CIUDAD DEL VATICANO, 5 JUL 2007 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los prelados de la Conferencia del Episcopado Dominicano al final de su visita "ad Limina".
"El objetivo primordial de vuestro ministerio pastoral -dijo el Papa a los prelados- ha de ser que la verdad sobre Cristo y la verdad sobre el hombre penetren más profundamente aún en los diversos estratos de la sociedad dominicana".
Benedicto XVI afirmó que esta labor, "no exenta de dificultades, se desarrolla en medio de un pueblo de espíritu abierto y sensible a la Buena Nueva". A pesar de que en la República Dominicana "se dejan sentir también los síntomas de un proceso de secularización en el que para muchos Dios ya no representa el origen y la meta, ni el sentido último de la vida, en el fondo, como sabéis muy bien, este pueblo tiene un alma profundamente cristiana".
"La nueva evangelización -continuó- tiene también como un objetivo primordial la familia". En este sentido aseguró que la Iglesia apoya a las familias frente a los "grandes desafíos que deben afrontar" y "las anima en la fe y salvaguarda su perseverancia en un proyecto cristiano de vida sujeto con frecuencia a tantos avatares y peligros".
El Santo Padre puso de relieve que "la Iglesia promueve que la familia sea de verdad el ámbito donde la persona nace, crece y se educa para la vida, y donde los padres, amando con ternura a sus hijos, los van preparando para unas sanas relaciones interpersonales que encarnen los valores morales y humanos en medio de una sociedad tan marcada por el hedonismo o la indiferencia religiosa".
Tras hacer hincapié en la necesidad de que las autoridades del país "colaboren cada vez más en la irrenunciable tarea de trabajar en favor de las familias", el Papa afirmó que no ignoraba "las dificultades que la institución familiar encuentra en la nación, especialmente con el drama del divorcio y las presiones para legalizar el aborto, así como por la extensión de uniones no acordes con el designio del Creador sobre el matrimonio".
Refiriéndose a las vocaciones sacerdotales y religiosas, Benedicto XVI señaló que su promoción "ha de ser una prioridad de los obispos y un compromiso de todo el pueblo fiel. (...) Además de una formación integral, se requiere un profundo discernimiento sobre la idoneidad humana y cristiana de los seminaristas, para asegurar del mejor modo posible el digno desempeño de su futuro ministerio".
El Papa subrayó que en el campo de la migración, los obispos dedicaban "muchos esfuerzos para atender a los grupos de dominicanos en el extranjero", y les invitó también "a acompañar con gran caridad, como ya lo estáis haciendo, a los inmigrantes haitianos que han dejado su país buscando mejores condiciones de vida para ellos y sus familias".
Hablando de la evangelización de la cultura, el Santo Padre dijo que "en esta tarea no puede prescindirse de los medios de comunicación social: radio, producciones televisivas, videos y redes informáticas pueden ser de gran utilidad para una amplia difusión del Evangelio. Este es un cometido -añadió- que atañe especialmente a los laicos".
Benedicto XVI afirmó que es necesario proporcionar a los laicos "una formación religiosa adecuada, que les capacite para afrontar los numerosos retos de la sociedad actual. A ellos corresponde promover los valores humanos y cristianos que iluminen la realidad política, económica y cultural del país, con el fin de instaurar un orden social más justo y equitativo, según la Doctrina Social de la Iglesia".
"Al mismo tiempo -concluyó-, en coherencia con las normas éticas y morales, han de dar ejemplo de honestidad y transparencia en la gestión de sus actividades públicas, frente a la solapada y difundida lacra de la corrupción, que a veces alcanza incluso las áreas del poder político y económico, además de otros ámbitos públicos y sociales.
AL/.../REPUBLICA DOMINICANA VIS 20070705 (640)
"El objetivo primordial de vuestro ministerio pastoral -dijo el Papa a los prelados- ha de ser que la verdad sobre Cristo y la verdad sobre el hombre penetren más profundamente aún en los diversos estratos de la sociedad dominicana".
Benedicto XVI afirmó que esta labor, "no exenta de dificultades, se desarrolla en medio de un pueblo de espíritu abierto y sensible a la Buena Nueva". A pesar de que en la República Dominicana "se dejan sentir también los síntomas de un proceso de secularización en el que para muchos Dios ya no representa el origen y la meta, ni el sentido último de la vida, en el fondo, como sabéis muy bien, este pueblo tiene un alma profundamente cristiana".
"La nueva evangelización -continuó- tiene también como un objetivo primordial la familia". En este sentido aseguró que la Iglesia apoya a las familias frente a los "grandes desafíos que deben afrontar" y "las anima en la fe y salvaguarda su perseverancia en un proyecto cristiano de vida sujeto con frecuencia a tantos avatares y peligros".
El Santo Padre puso de relieve que "la Iglesia promueve que la familia sea de verdad el ámbito donde la persona nace, crece y se educa para la vida, y donde los padres, amando con ternura a sus hijos, los van preparando para unas sanas relaciones interpersonales que encarnen los valores morales y humanos en medio de una sociedad tan marcada por el hedonismo o la indiferencia religiosa".
Tras hacer hincapié en la necesidad de que las autoridades del país "colaboren cada vez más en la irrenunciable tarea de trabajar en favor de las familias", el Papa afirmó que no ignoraba "las dificultades que la institución familiar encuentra en la nación, especialmente con el drama del divorcio y las presiones para legalizar el aborto, así como por la extensión de uniones no acordes con el designio del Creador sobre el matrimonio".
Refiriéndose a las vocaciones sacerdotales y religiosas, Benedicto XVI señaló que su promoción "ha de ser una prioridad de los obispos y un compromiso de todo el pueblo fiel. (...) Además de una formación integral, se requiere un profundo discernimiento sobre la idoneidad humana y cristiana de los seminaristas, para asegurar del mejor modo posible el digno desempeño de su futuro ministerio".
El Papa subrayó que en el campo de la migración, los obispos dedicaban "muchos esfuerzos para atender a los grupos de dominicanos en el extranjero", y les invitó también "a acompañar con gran caridad, como ya lo estáis haciendo, a los inmigrantes haitianos que han dejado su país buscando mejores condiciones de vida para ellos y sus familias".
Hablando de la evangelización de la cultura, el Santo Padre dijo que "en esta tarea no puede prescindirse de los medios de comunicación social: radio, producciones televisivas, videos y redes informáticas pueden ser de gran utilidad para una amplia difusión del Evangelio. Este es un cometido -añadió- que atañe especialmente a los laicos".
Benedicto XVI afirmó que es necesario proporcionar a los laicos "una formación religiosa adecuada, que les capacite para afrontar los numerosos retos de la sociedad actual. A ellos corresponde promover los valores humanos y cristianos que iluminen la realidad política, económica y cultural del país, con el fin de instaurar un orden social más justo y equitativo, según la Doctrina Social de la Iglesia".
"Al mismo tiempo -concluyó-, en coherencia con las normas éticas y morales, han de dar ejemplo de honestidad y transparencia en la gestión de sus actividades públicas, frente a la solapada y difundida lacra de la corrupción, que a veces alcanza incluso las áreas del poder político y económico, además de otros ámbitos públicos y sociales.
AL/.../REPUBLICA DOMINICANA VIS 20070705 (640)
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