CIUDAD DEL VATICANO, 24 ABR 2007 (VIS).-Se ha publicado hoy el Mensaje de Benedicto XVI para la XLIV Jornada Mundial de Oración por las vocaciones que se celebra el próximo domingo 29 de abril, cuarto domingo de Pascua, y cuyo tema este año es: "La vocación al servicio de la Iglesia comunión".
Ofrecemos a continuación amplios extractos del texto, fechado el 10 de febrero y publicado en español, inglés, francés italiano, alemán, portugués y polaco.
"La primera comunidad cristiana se constituyó, en su núcleo originario, cuando algunos pescadores de Galilea, habiendo encontrado a Jesús (...) acogieron su apremiante invitación: "Seguidme, os haré pescadores de hombres".
"En realidad, Dios siempre ha escogido a algunas personas para colaborar de manera más directa con Él en la realización de su plan de salvación; (...) a Abrahán para formar "un gran pueblo", (...) a Moisés para liberar a Israel de la esclavitud de Egipto. (...) En el Nuevo Testamento, Jesús, el Mesías prometido, invitó personalmente a los Apóstoles a estar con él y compartir su misión. (...) La misión de la Iglesia se funda por tanto en una íntima y fiel comunión con Dios".
"La Constitución "Lumen gentium" del Concilio Vaticano II describe la Iglesia como "un pueblo reunido por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" en el cual se refleja el misterio mismo de Dios. Esto comporta que en él se refleja el amor trinitario y, gracias a la obra del Espíritu Santo, todos sus miembros forman "un solo cuerpo y un solo espíritu" en Cristo. Sobre todo cuando se congrega para la Eucaristía ese pueblo, orgánicamente estructurado bajo la guía de sus Pastores, vive el misterio de la comunión con Dios y con los hermanos. La Eucaristía es el manantial de aquella unidad eclesial por la que Jesús oró en la vigilia de su pasión".
"Esa intensa comunión favorece el florecimiento de generosas vocaciones para el servicio de la Iglesia: el corazón del creyente, lleno de amor divino, se ve empujado a dedicarse totalmente a la causa del Reino. Para promover vocaciones es por tanto importante una pastoral atenta al misterio de la Iglesia-comunión, porque quien vive en una comunidad eclesial concorde, corresponsable, atenta, aprende ciertamente con más facilidad a discernir la llamada del Señor".
"El cuidado de las vocaciones, exige por tanto una constante "educación" para escuchar la voz de Dios. (...) La escucha dócil y fiel sólo puede darse en un clima de íntima comunión con Dios. Que se realiza ante todo en la oración. Según el explícito mandato del Señor, hemos de implorar el don de la vocación en primer lugar rezando incansablemente y juntos al "dueño de la mies". La invitación está en plural. (...) El buen Pastor nos invita pues a rezar al Padre celestial, a rezar unidos y con insistencia, para que Él envíe vocaciones al servició de la Iglesia-comunión".
"Es indispensable que en el pueblo cristiano todo ministerio y carisma esté orientado hacia la plena comunión, y el obispo y los presbíteros han de favorecerla en armonía con toda otra vocación y servicio eclesial. Incluso la vida consagrada, por ejemplo, en su "proprium" está al servicio de esta comunión".
"Queridos hermanos y hermanas a los que el Señor llama a vocaciones particulares en la Iglesia, quiero encomendaros de manera especial a María, para que ella que comprendió mejor que nadie el sentido de las palabras de Jesús: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica" (..) os ayude a decir con la vida: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad".
MESS/JORNADA ORACION VOCACIONES/... VIS 20070424 (610)
Ofrecemos a continuación amplios extractos del texto, fechado el 10 de febrero y publicado en español, inglés, francés italiano, alemán, portugués y polaco.
"La primera comunidad cristiana se constituyó, en su núcleo originario, cuando algunos pescadores de Galilea, habiendo encontrado a Jesús (...) acogieron su apremiante invitación: "Seguidme, os haré pescadores de hombres".
"En realidad, Dios siempre ha escogido a algunas personas para colaborar de manera más directa con Él en la realización de su plan de salvación; (...) a Abrahán para formar "un gran pueblo", (...) a Moisés para liberar a Israel de la esclavitud de Egipto. (...) En el Nuevo Testamento, Jesús, el Mesías prometido, invitó personalmente a los Apóstoles a estar con él y compartir su misión. (...) La misión de la Iglesia se funda por tanto en una íntima y fiel comunión con Dios".
"La Constitución "Lumen gentium" del Concilio Vaticano II describe la Iglesia como "un pueblo reunido por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" en el cual se refleja el misterio mismo de Dios. Esto comporta que en él se refleja el amor trinitario y, gracias a la obra del Espíritu Santo, todos sus miembros forman "un solo cuerpo y un solo espíritu" en Cristo. Sobre todo cuando se congrega para la Eucaristía ese pueblo, orgánicamente estructurado bajo la guía de sus Pastores, vive el misterio de la comunión con Dios y con los hermanos. La Eucaristía es el manantial de aquella unidad eclesial por la que Jesús oró en la vigilia de su pasión".
"Esa intensa comunión favorece el florecimiento de generosas vocaciones para el servicio de la Iglesia: el corazón del creyente, lleno de amor divino, se ve empujado a dedicarse totalmente a la causa del Reino. Para promover vocaciones es por tanto importante una pastoral atenta al misterio de la Iglesia-comunión, porque quien vive en una comunidad eclesial concorde, corresponsable, atenta, aprende ciertamente con más facilidad a discernir la llamada del Señor".
"El cuidado de las vocaciones, exige por tanto una constante "educación" para escuchar la voz de Dios. (...) La escucha dócil y fiel sólo puede darse en un clima de íntima comunión con Dios. Que se realiza ante todo en la oración. Según el explícito mandato del Señor, hemos de implorar el don de la vocación en primer lugar rezando incansablemente y juntos al "dueño de la mies". La invitación está en plural. (...) El buen Pastor nos invita pues a rezar al Padre celestial, a rezar unidos y con insistencia, para que Él envíe vocaciones al servició de la Iglesia-comunión".
"Es indispensable que en el pueblo cristiano todo ministerio y carisma esté orientado hacia la plena comunión, y el obispo y los presbíteros han de favorecerla en armonía con toda otra vocación y servicio eclesial. Incluso la vida consagrada, por ejemplo, en su "proprium" está al servicio de esta comunión".
"Queridos hermanos y hermanas a los que el Señor llama a vocaciones particulares en la Iglesia, quiero encomendaros de manera especial a María, para que ella que comprendió mejor que nadie el sentido de las palabras de Jesús: "Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica" (..) os ayude a decir con la vida: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad".
MESS/JORNADA ORACION VOCACIONES/... VIS 20070424 (610)
No hay comentarios:
Publicar un comentario