CIUDAD DEL VATICANO, 26 ABR 2007 (VIS).-Este mediodía se presentó en la Oficina de Prensa de la Santa Sede la XIII sesión plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, que se celebrará en el Vaticano del 27 de abril al 1 de mayo y este año tendrá como tema: "Caridad y justicia en las relaciones entre pueblos y naciones".
Intervinieron en la rueda de prensa Mary Ann Glendon, presidenta de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, profesora de Derecho en la "Harvard University" (EE.UU.); el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de las Pontificias Academias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales y Juan José Llach, consejero de la Academia de Ciencias Sociales, profesor de Economía en la Universidad Austral (Buenos Aires, Argentina).
En una nota sobre el tema de la plenaria se afirma que "si a veces se tiene la convicción de que buscar la caridad y la justicia a nivel internacional es muy importante para la sociedad contemporánea, al mismo tiempo existen signos de que estamos trabajando en sentido contrario". En este sentido, se enumeran una serie de "signos preocupantes de los tiempos", como "el resurgir del nacionalismo", "los signos de convergencia económica y social entre países desarrollados y en desarrollo, que se limitan únicamente a unas pocas naciones de esta última categoría".
También son "señales preocupantes", el hecho de que "la incidencia de la pobreza y de la pobreza extrema siga siendo muy elevada". Por otro lado, instituciones multilaterales como la ONU, la OMC (Organización Mundial del Comercio), el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, "dan señales de debilidad y de cansancio". Además, existe la duda de si los objetivos del Milenio (Millennium Goals) de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de pobres, se alcanzarán en el plazo previsto.
Otro de los temas que se discutirán en la reunión es el de la "ayuda insuficiente respecto al objetivo de destinar el 0,7% del PIB de los países desarrollados para ayudas internacionales. Además esta ayuda se ha distribuido a menudo de modo ineficaz". Por último, en cuanto al problema del terrorismo y de la guerra, en la nota se pone de relieve que "el inicio del nuevo siglo se ha caracterizado por un notable incremento del flagelo social y moral del terrorismo. Al mismo tiempo, el mundo sigue estando afligido a gran escala por guerras externas e internas".
La nota se refiere después a la encíclica "Deus caritas est", fuente de inspiración del encuentro y afirma que "en particular este documento nos recuerda que la virtud teológica y humana de la caridad debe presidir toda la enseñanza social y toda la obra social de la Iglesia y de sus miembros". En ella, el Papa "llama nuestra atención sobre el hecho de que esta enseñanza es adecuada a nuestro tiempo y significativa "en un mundo donde a veces al nombre de Dios se liga la venganza o incluso el deber del odio y de la violencia".
"Este es el motivo por el cual "Deus caritas est" se considera en parte y justamente como una encíclica social. Es el amor quien determina la atención de la Iglesia por los necesitados, el trabajo de laicos y laicas por la paz y la justicia en la esfera secular y la levadura de la Iglesia en la sociedad".
La encíclica se sitúa "en la larga tradición de otras encíclicas sociales, no solamente porque llama en causa la virtud de la caridad, sino también porque atribuye una importancia primordial a la virtud de la justicia" y en ella Benedicto XVI afirma que "en la situación difícil en que hoy nos encontramos, debido también a la mundialización de la economía, la doctrina social de la Iglesia se ha convertido en una indicación fundamental que propone orientaciones válidas mucho más allá de sus confines".
Analizando la relación entre la Iglesia "comunidad de amor" y la política, el Papa formula "la teoría más fuerte de la edad contemporánea sobre la relación entre política y justicia", es decir "el justo orden de la sociedad y del Estado es tarea central de la política" porque "la justicia es el objetivo, y por tanto la medida intrínseca de toda política". Para el Papa "la justicia (y la política) no es una mera técnica utilitarista o contractual, ya que por su misma naturaleza atañe a la ética".
Por otra parte, Benedicto XVI percibe "el peligro moderno de separar la razón de la fe" cuando escribe que "para poder obrar rectamente la razón debe ser siempre purificada , porque su ceguera ética, derivada del prevalecer del interés y del poder que la oscurecen, es un peligro que nunca se puede eliminar totalmente".
"Esa tarea crítica de la fe libera a la razón de sus límites", ya que como se lee en "Deus caritas est": "No solo la dimensión histórica del significado de justicia -fundado sea en la tradición judía que en la cristiana y en la herencia griega y romana- sino su significado actual, se derivan de la purificación constante que la fe aporta a la razón" y "es aquí donde se coloca la doctrina social católica que no quiere conferir a la Iglesia un poder sobre el Estado, ni tampoco imponer a aquellos que no comparten la fe perspectivas y formas de comportamiento que le pertenecen".
Así, en conformidad con estas enseñanzas sobre la caridad y la justicia, el Papa "solicita estructuras de servicio caritativo en el contexto social actual con el fin de promover el bienestar de los individuos, de las poblaciones y de toda la humanidad".
ACAD-SS/CARIDAD:JUSTICIA/GLENDON VIS 20070426 (900)
Intervinieron en la rueda de prensa Mary Ann Glendon, presidenta de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, profesora de Derecho en la "Harvard University" (EE.UU.); el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de las Pontificias Academias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales y Juan José Llach, consejero de la Academia de Ciencias Sociales, profesor de Economía en la Universidad Austral (Buenos Aires, Argentina).
En una nota sobre el tema de la plenaria se afirma que "si a veces se tiene la convicción de que buscar la caridad y la justicia a nivel internacional es muy importante para la sociedad contemporánea, al mismo tiempo existen signos de que estamos trabajando en sentido contrario". En este sentido, se enumeran una serie de "signos preocupantes de los tiempos", como "el resurgir del nacionalismo", "los signos de convergencia económica y social entre países desarrollados y en desarrollo, que se limitan únicamente a unas pocas naciones de esta última categoría".
También son "señales preocupantes", el hecho de que "la incidencia de la pobreza y de la pobreza extrema siga siendo muy elevada". Por otro lado, instituciones multilaterales como la ONU, la OMC (Organización Mundial del Comercio), el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, "dan señales de debilidad y de cansancio". Además, existe la duda de si los objetivos del Milenio (Millennium Goals) de reducir a la mitad, para el año 2015, el número de pobres, se alcanzarán en el plazo previsto.
Otro de los temas que se discutirán en la reunión es el de la "ayuda insuficiente respecto al objetivo de destinar el 0,7% del PIB de los países desarrollados para ayudas internacionales. Además esta ayuda se ha distribuido a menudo de modo ineficaz". Por último, en cuanto al problema del terrorismo y de la guerra, en la nota se pone de relieve que "el inicio del nuevo siglo se ha caracterizado por un notable incremento del flagelo social y moral del terrorismo. Al mismo tiempo, el mundo sigue estando afligido a gran escala por guerras externas e internas".
La nota se refiere después a la encíclica "Deus caritas est", fuente de inspiración del encuentro y afirma que "en particular este documento nos recuerda que la virtud teológica y humana de la caridad debe presidir toda la enseñanza social y toda la obra social de la Iglesia y de sus miembros". En ella, el Papa "llama nuestra atención sobre el hecho de que esta enseñanza es adecuada a nuestro tiempo y significativa "en un mundo donde a veces al nombre de Dios se liga la venganza o incluso el deber del odio y de la violencia".
"Este es el motivo por el cual "Deus caritas est" se considera en parte y justamente como una encíclica social. Es el amor quien determina la atención de la Iglesia por los necesitados, el trabajo de laicos y laicas por la paz y la justicia en la esfera secular y la levadura de la Iglesia en la sociedad".
La encíclica se sitúa "en la larga tradición de otras encíclicas sociales, no solamente porque llama en causa la virtud de la caridad, sino también porque atribuye una importancia primordial a la virtud de la justicia" y en ella Benedicto XVI afirma que "en la situación difícil en que hoy nos encontramos, debido también a la mundialización de la economía, la doctrina social de la Iglesia se ha convertido en una indicación fundamental que propone orientaciones válidas mucho más allá de sus confines".
Analizando la relación entre la Iglesia "comunidad de amor" y la política, el Papa formula "la teoría más fuerte de la edad contemporánea sobre la relación entre política y justicia", es decir "el justo orden de la sociedad y del Estado es tarea central de la política" porque "la justicia es el objetivo, y por tanto la medida intrínseca de toda política". Para el Papa "la justicia (y la política) no es una mera técnica utilitarista o contractual, ya que por su misma naturaleza atañe a la ética".
Por otra parte, Benedicto XVI percibe "el peligro moderno de separar la razón de la fe" cuando escribe que "para poder obrar rectamente la razón debe ser siempre purificada , porque su ceguera ética, derivada del prevalecer del interés y del poder que la oscurecen, es un peligro que nunca se puede eliminar totalmente".
"Esa tarea crítica de la fe libera a la razón de sus límites", ya que como se lee en "Deus caritas est": "No solo la dimensión histórica del significado de justicia -fundado sea en la tradición judía que en la cristiana y en la herencia griega y romana- sino su significado actual, se derivan de la purificación constante que la fe aporta a la razón" y "es aquí donde se coloca la doctrina social católica que no quiere conferir a la Iglesia un poder sobre el Estado, ni tampoco imponer a aquellos que no comparten la fe perspectivas y formas de comportamiento que le pertenecen".
Así, en conformidad con estas enseñanzas sobre la caridad y la justicia, el Papa "solicita estructuras de servicio caritativo en el contexto social actual con el fin de promover el bienestar de los individuos, de las poblaciones y de toda la humanidad".
ACAD-SS/CARIDAD:JUSTICIA/GLENDON VIS 20070426 (900)
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