CIUDAD DEL VATICANO, 14 ENE 2007 (VIS).-Los cardenales y obispos de Polonia que participaron esta semana en la sesión plenaria del consejo permanente y los obispos diocesanos de la conferencia episcopal, han dirigido una carta a todos los fieles de la Iglesia en este país, que se leyó este domingo en todas las parroquias.
"En los últimos días -escriben los prelados- hemos vivido el evento dramático relacionado con la renuncia al cargo del arzobispo metropolitano de Varsovia, monseñor Stanislaw Wielgus. (...) Hemos seguido con dolor las acusaciones contra él durante las semanas pasadas. (...) Agradecemos al Santo Padre Benedicto XVI su ayuda paternal (...) ante la difícil situación que afrontamos. Gracias a su decisión y a su actitud estamos mejor preparados para vivir con valentía y con fruto este tiempo insólito".
Los obispos polacos afirman "con dolor que el no tener en cuenta las normas universalmente aceptadas de presunción de inocencia, contribuyeron a crear un clima de presión en torno al arzobispo acusado, sin permitirle presentar ante la opinión pública una adecuada defensa, a la que tenía derecho".
"Deseamos -escriben más adelante- que el próximo 21 de febrero, miércoles de ceniza, sea una jornada de oración y penitencia para todos los sacerdotes de Polonia. Que en todas las iglesias de nuestras diócesis haya celebraciones de oración a la Misericordia de Dios, en las que se pida perdón por los errores y las debilidades en la transmisión del Evangelio".
Los prelados polacos piden a los gobernantes y parlamentarios que aseguren "un uso del material hallado en los archivos, correspondiente al período de la República Popular de Polonia, que no perjudique los derechos de la persona ni degrade su dignidad, de modo que pueda ser examinado por un tribunal independiente. No se debe olvidar, por otra parte, que estos documentos acusan sobre todo a sus autores".
"Pedimos a todos -continúan- que desistan de emitir juicios superficiales y apresurados, porque pueden ser ofensivos. Pensamos en todos los que trabajan en los medios de comunicación social. Que la conciencia cristiana y la sensibilidad humana les sugieran lo que deben presentar a la opinión pública y cómo presentarlo, teniendo siempre en cuenta la dignidad de la persona humana, su derecho a la defensa y a la reputación, incluso después de la muerte".
Los obispos de Polonia terminan: "Creemos que lo que estamos experimentado ahora contribuirá a una renovación de la Iglesia, a una mayor transparencia y madurez de sus miembros. Creemos que ayudará a la Iglesia a ser fiel al Evangelio, a buscar en éste las soluciones a nuestros problemas y a renacer desde él para ser levadura de bien y de amor en el mundo".
.../WIELGUS/OBISPOS POLACOS VIS 20070115 (450)
"En los últimos días -escriben los prelados- hemos vivido el evento dramático relacionado con la renuncia al cargo del arzobispo metropolitano de Varsovia, monseñor Stanislaw Wielgus. (...) Hemos seguido con dolor las acusaciones contra él durante las semanas pasadas. (...) Agradecemos al Santo Padre Benedicto XVI su ayuda paternal (...) ante la difícil situación que afrontamos. Gracias a su decisión y a su actitud estamos mejor preparados para vivir con valentía y con fruto este tiempo insólito".
Los obispos polacos afirman "con dolor que el no tener en cuenta las normas universalmente aceptadas de presunción de inocencia, contribuyeron a crear un clima de presión en torno al arzobispo acusado, sin permitirle presentar ante la opinión pública una adecuada defensa, a la que tenía derecho".
"Deseamos -escriben más adelante- que el próximo 21 de febrero, miércoles de ceniza, sea una jornada de oración y penitencia para todos los sacerdotes de Polonia. Que en todas las iglesias de nuestras diócesis haya celebraciones de oración a la Misericordia de Dios, en las que se pida perdón por los errores y las debilidades en la transmisión del Evangelio".
Los prelados polacos piden a los gobernantes y parlamentarios que aseguren "un uso del material hallado en los archivos, correspondiente al período de la República Popular de Polonia, que no perjudique los derechos de la persona ni degrade su dignidad, de modo que pueda ser examinado por un tribunal independiente. No se debe olvidar, por otra parte, que estos documentos acusan sobre todo a sus autores".
"Pedimos a todos -continúan- que desistan de emitir juicios superficiales y apresurados, porque pueden ser ofensivos. Pensamos en todos los que trabajan en los medios de comunicación social. Que la conciencia cristiana y la sensibilidad humana les sugieran lo que deben presentar a la opinión pública y cómo presentarlo, teniendo siempre en cuenta la dignidad de la persona humana, su derecho a la defensa y a la reputación, incluso después de la muerte".
Los obispos de Polonia terminan: "Creemos que lo que estamos experimentado ahora contribuirá a una renovación de la Iglesia, a una mayor transparencia y madurez de sus miembros. Creemos que ayudará a la Iglesia a ser fiel al Evangelio, a buscar en éste las soluciones a nuestros problemas y a renacer desde él para ser levadura de bien y de amor en el mundo".
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