CIUDAD DEL VATICANO, 22 SEP 2006 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el palacio apostólico de Castelgandolfo a los participantes en la XXII Asamblea plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, que preside el arzobispo Stanislaw Rylko. El tema de la asamblea es: "La parroquia reencontrada. Recorridos de renovación".
"Durante mis años de servicio en la Curia ya me había dado cuenta de la importancia creciente asumida por el Pontificio Consejo para los Laicos en la Iglesia", dijo el Papa, citando a continuación algunos acontecimientos presididos por él, ya como pontífice, y promovidos por ese dicasterio como la Jornada Mundial de la Juventud (Colonia 2005) o el multitudinario encuentro con los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades celebrado este año en la vigilia de Pentecostés en la Plaza de San Pedro.
Después, refiriéndose a los trabajos de la XXII asamblea, el Santo Padre recordó que los participantes habían analizado ya "la naturaleza teológica y pastoral de la comunidad parroquial" para afrontar ahora esa cuestión "desde un punto de vista operativo, buscando elementos útiles para favorecer una renovación parroquial auténtica".
"Efectivamente, el aspecto teológico-pastoral y el operativo no pueden disociarse si se quiere acceder al misterio de comunión del que la parroquia está llamada a ser cada vez más signo y medio de actuación", subrayó Benedicto XVI, enumerando seguidamente los "criterios esenciales" que ya San Lucas indica para la "comprensión de la naturaleza de la comunidad cristiana y por lo tanto de toda parroquia", describiendo la primera comunidad de Jerusalén: "perseverante en la escucha de la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en la fracción del pan y en las oraciones, una comunidad acogedora y solidaria hasta el punto de poner todo en común".
"La parroquia puede revivir esta experiencia y crecer en el entendimiento y la cohesión fraterna si reza (...) y escucha la Palabra de Dios, sobre todo si participa con fe en la celebración de la Eucaristía presidida por el sacerdote. (...) La deseable renovación de la parroquia, por lo tanto, no puede brotar solo de iniciativas pastorales, no obstante sean útiles y oportunas, ni mucho menos de programas preparados sobre el tapete".
"Inspirándose en el modelo apostólico, (...) la parroquia se reencuentra en el encuentro con Cristo. (...) Nutrida con el pan eucarístico, crece en la comunión católica, camina en fidelidad plena al Magisterio" y "la unión constante con Cristo le da fuerzas para comprometerse (...) en el servicio a los hermanos, sobre todo los más pobres, para los que representa el primer referente".
El Papa finalizó su discurso auspiciando que los trabajos de la asamblea contribuyeran a "hacer que los fieles laicos sean cada vez más conscientes de su misión en la Iglesia, especialmente dentro de la comunidad parroquial, que es una "familia" de familias cristianas".
AC/PARROQUIAS/RYLKO VIS 20060922 (470)
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