CIUDAD DEL VATICANO, 24 ABR 2006 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy a los obispos de la Conferencia Episcopal de Ghana que acaban de concluir su visita "ad limina". En su discurso, el Papa recordó que los prelados habían venido a la ciudad donde "los apóstoles Pedro y Pablo se entregaron completamente imitando a Cristo" y subrayó que el "don de sí mismo al otro es el corazón del sacramento del orden sacerdotal" y que "los que reciben este sacramento están configurados de un modo particular a Cristo, cabeza de la Iglesia".
Hablando de Ghana, Benedicto XVI elogió los esfuerzos recientes para "acabar con el azote de la pobreza y reforzar la economía", si bien quede todavía mucho por hacer para superar una situación que afecta aún a gran parte de la población". "La pobreza extrema y difusa -subrayó el Papa- a menudo conlleva un declive moral general que conduce al crimen y a la corrupción, a los ataques contra la santidad de la vida humana e incluso al regreso a las prácticas supersticiosas del pasado"
En esta situación, donde es fácil perder la confianza en el futuro, "la Iglesia debe ser un faro de esperanza para la vida de los cristianos, (...) ayudando a los fieles a comprender mejor las promesas de Jesús" y "formándoles para que puedan ocupar su lugar legítimo tanto en la Iglesia de Cristo como en la sociedad". En este contexto, el Papa elogió la labor de los catequistas, lamentando que su tarea se vea a veces obstaculizada por "la escasez de recursos o la hostilidad del ambiente", e invitó a los obispos a asegurarles todo su "apoyo espiritual, doctrinal, moral y material para que desempeñen su misión".
El Papa observo después que en Ghana, "los jóvenes constituyen casi la mitad de la población" y que allí "la Iglesia es joven". Por ello, es necesario reforzar la identidad católica de la población, dándole "los instrumentos necesarios para enfrentarse a los desafíos de cambiar la realidad económica, y de la globalización", y "ayudándoles a responder a los argumentos de las sectas religiosas".
Refiriéndose a la "tarea de la Iglesia de ayudar a las familias cristianas a vivir fiel y generosamente como verdaderas "iglesias domésticas", el Papa hizo suyas las preocupaciones expresadas por los obispos en sus informes sobre "la correcta celebración del matrimonio cristiano" en su país, y subrayó que "el cristianismo procura respetar siempre las venerables tradiciones de las culturas y los pueblos, pero procura al mismo tiempo purificarlas de aquellas prácticas que son contrarias al Evangelio".
"Por eso, es esencial -dijo-, que la entera comunidad católica acentúe siempre la importancia de la unión monógama e indisoluble de hombre y mujer, consagrados en el matrimonio sagrado. Para los cristianos, las formas tradicionales de matrimonio nunca pueden sustituir el matrimonio sacramental".
Hablando del ministerio sacerdotal, el Papa recalcó que éste "nunca debe considerarse un modo de mejorar la propia categoría social o el nivel de vida. De ser así, la ofrenda de sí mismo y la docilidad al proyecto de Dios cederán el paso a los deseos personales y el sacerdote será ineficaz".
Por último, el Santo Padre animó a los obispos a seguir asegurando que los candidatos al sacerdocio correspondiesen a las exigencias de su tarea y a darles la formación adecuada. Tras recordar que este año celebran el centenario de la llegada de los misioneros al norte de Ghana, les deseó que "el valor misionero os impulse, al igual que a vuestro amado pueblo, reforzando vuestros esfuerzos para difundir el Evangelio".
AL/.../GHANA VIS 20060424 (600)
Hablando de Ghana, Benedicto XVI elogió los esfuerzos recientes para "acabar con el azote de la pobreza y reforzar la economía", si bien quede todavía mucho por hacer para superar una situación que afecta aún a gran parte de la población". "La pobreza extrema y difusa -subrayó el Papa- a menudo conlleva un declive moral general que conduce al crimen y a la corrupción, a los ataques contra la santidad de la vida humana e incluso al regreso a las prácticas supersticiosas del pasado"
En esta situación, donde es fácil perder la confianza en el futuro, "la Iglesia debe ser un faro de esperanza para la vida de los cristianos, (...) ayudando a los fieles a comprender mejor las promesas de Jesús" y "formándoles para que puedan ocupar su lugar legítimo tanto en la Iglesia de Cristo como en la sociedad". En este contexto, el Papa elogió la labor de los catequistas, lamentando que su tarea se vea a veces obstaculizada por "la escasez de recursos o la hostilidad del ambiente", e invitó a los obispos a asegurarles todo su "apoyo espiritual, doctrinal, moral y material para que desempeñen su misión".
El Papa observo después que en Ghana, "los jóvenes constituyen casi la mitad de la población" y que allí "la Iglesia es joven". Por ello, es necesario reforzar la identidad católica de la población, dándole "los instrumentos necesarios para enfrentarse a los desafíos de cambiar la realidad económica, y de la globalización", y "ayudándoles a responder a los argumentos de las sectas religiosas".
Refiriéndose a la "tarea de la Iglesia de ayudar a las familias cristianas a vivir fiel y generosamente como verdaderas "iglesias domésticas", el Papa hizo suyas las preocupaciones expresadas por los obispos en sus informes sobre "la correcta celebración del matrimonio cristiano" en su país, y subrayó que "el cristianismo procura respetar siempre las venerables tradiciones de las culturas y los pueblos, pero procura al mismo tiempo purificarlas de aquellas prácticas que son contrarias al Evangelio".
"Por eso, es esencial -dijo-, que la entera comunidad católica acentúe siempre la importancia de la unión monógama e indisoluble de hombre y mujer, consagrados en el matrimonio sagrado. Para los cristianos, las formas tradicionales de matrimonio nunca pueden sustituir el matrimonio sacramental".
Hablando del ministerio sacerdotal, el Papa recalcó que éste "nunca debe considerarse un modo de mejorar la propia categoría social o el nivel de vida. De ser así, la ofrenda de sí mismo y la docilidad al proyecto de Dios cederán el paso a los deseos personales y el sacerdote será ineficaz".
Por último, el Santo Padre animó a los obispos a seguir asegurando que los candidatos al sacerdocio correspondiesen a las exigencias de su tarea y a darles la formación adecuada. Tras recordar que este año celebran el centenario de la llegada de los misioneros al norte de Ghana, les deseó que "el valor misionero os impulse, al igual que a vuestro amado pueblo, reforzando vuestros esfuerzos para difundir el Evangelio".
AL/.../GHANA VIS 20060424 (600)
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