CIUDAD DEL VATICANO, 29 MAR 2006 (VIS).-En la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro y a la que asistieron más de 40.000 personas, Benedicto XVI prosiguió la catequesis sobre la relación entre Cristo y la Iglesia a partir de la experiencia de los apóstoles y de la tarea que se les confió.
"A través del ministerio apostólico -dijo el Papa-, la Iglesia, comunidad reunida por el Hijo de Dios, (...) vivirá a lo largo de los siglos, edificando y nutriendo la comunión en Cristo y en el Espíritu, a la que todos están llamados y en la que pueden experimentar la salvación ofrecida por el Padre".
"Para ello, los doce apóstoles se preocuparon por encontrar sucesores con el fin de que la misión que les habían confiado continuase tras su muerte. En el curso de los siglos, la Iglesia, orgánicamente estructurada bajo la guía de los pastores legítimos, ha vivido en el mundo como misterio de comunión, en el que se refleja de alguna manera la misma comunión trinitaria".
El Santo Padre explicó que el Evangelio de San Juan trata en profundidad "la idea de comunión como participación en la vida trinitaria donde la comunión de amor que une al Hijo con el Padre y con los seres humanos es al mismo tiempo el modelo y la fuente de la comunión fraternal que debe unir entre sí a los discípulos".
"Durante la peregrinación en la tierra -prosiguió el Papa-, el discípulo, mediante la comunión con el Hijo, puede participar ya en la vida divina de El y del Padre. (...) Esta vida de comunión con Dios y entre nosotros es la finalidad propia del anuncio de la buena nueva".
"La comunión, fruto del Espíritu Santo, se nutre del Pan eucarístico y se expresa en las relaciones fraternales, como una especie de anticipo de la gloria futura. Es el don que nos hace salir de nuestra soledad y nos hace partícipes del amor que nos une a Dios y entre nosotros. Es fácil entender la grandeza de este don pensando en las divisiones y conflictos que afligen a las relaciones entre los individuos, los grupos y los pueblos enteros".
"La comunión es realmente la buena nueva que remedia toda soledad -concluyó el Papa-. El don precioso que hace que nos sintamos acogidos y amados por Dios, en la unidad de su pueblo reunido en el nombre de la Trinidad: es la luz que hace que la Iglesia resplandezca. (...) La Iglesia se revela así, una maravillosa creación de amor, hecha para acercar a Cristo a los seres humanos".
AG/IGLESIA:COMUNION/... VIS 20060329 (440)
"A través del ministerio apostólico -dijo el Papa-, la Iglesia, comunidad reunida por el Hijo de Dios, (...) vivirá a lo largo de los siglos, edificando y nutriendo la comunión en Cristo y en el Espíritu, a la que todos están llamados y en la que pueden experimentar la salvación ofrecida por el Padre".
"Para ello, los doce apóstoles se preocuparon por encontrar sucesores con el fin de que la misión que les habían confiado continuase tras su muerte. En el curso de los siglos, la Iglesia, orgánicamente estructurada bajo la guía de los pastores legítimos, ha vivido en el mundo como misterio de comunión, en el que se refleja de alguna manera la misma comunión trinitaria".
El Santo Padre explicó que el Evangelio de San Juan trata en profundidad "la idea de comunión como participación en la vida trinitaria donde la comunión de amor que une al Hijo con el Padre y con los seres humanos es al mismo tiempo el modelo y la fuente de la comunión fraternal que debe unir entre sí a los discípulos".
"Durante la peregrinación en la tierra -prosiguió el Papa-, el discípulo, mediante la comunión con el Hijo, puede participar ya en la vida divina de El y del Padre. (...) Esta vida de comunión con Dios y entre nosotros es la finalidad propia del anuncio de la buena nueva".
"La comunión, fruto del Espíritu Santo, se nutre del Pan eucarístico y se expresa en las relaciones fraternales, como una especie de anticipo de la gloria futura. Es el don que nos hace salir de nuestra soledad y nos hace partícipes del amor que nos une a Dios y entre nosotros. Es fácil entender la grandeza de este don pensando en las divisiones y conflictos que afligen a las relaciones entre los individuos, los grupos y los pueblos enteros".
"La comunión es realmente la buena nueva que remedia toda soledad -concluyó el Papa-. El don precioso que hace que nos sintamos acogidos y amados por Dios, en la unidad de su pueblo reunido en el nombre de la Trinidad: es la luz que hace que la Iglesia resplandezca. (...) La Iglesia se revela así, una maravillosa creación de amor, hecha para acercar a Cristo a los seres humanos".
AG/IGLESIA:COMUNION/... VIS 20060329 (440)
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