CIUDAD DEL VATICANO, 11 MAR 2004 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede en la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones especializadas en Ginebra, pronunció el pasado 8 de marzo un discurso durante la VII sesión del Grupo de expertos gubernamentales de los estados parte sobre la "Convención sobre la interdicción o limitación del uso de algunas armas convencionales que pueden provocar efectos traumáticos excesivos o indiscriminados". La reunión se celebra en Ginebra del 8 al 12 de marzo.
"Los negociados multilaterales de control de armas o de desarme -dijo el nuncio- siguen siendo lentos y largos y se llega a los resultados casi siempre sobre la base del mínimo común denominador. Por el contrario, la producción de nuevas armas convencionales sigue los descubrimientos científicos y técnicos más avanzados y actuales", lo que desemboca en armas cada vez más devastadoras y "sufrimientos humanos inútiles". Después se refirió al incremento en el uso de las bombas de dispersión, de las que subrayó "los efectos traumáticos y devastadores sobre las poblaciones civiles, así como a las negativas consecuencias socio-económicas".
"La Santa Sede -prosiguió el arzobispo Tomasi- se dedica en numerosos países de todo el mundo a iniciativas dedicadas a las víctimas de los conflictos armados y a sus familiares. Entre estas iniciativas están las dedicadas a las víctimas de minas anti personal y a los residuos bélicos". "La prevención -subrayó- seguramente cuesta mucho menos que las armas en términos de vidas humanas y de daños socio-económicos. Una cultura de la prevención es lo más adecuado para garantizar una seguridad basada en la justicia, la verdad y la cooperación entre los estados. Por ese motivo, el justo equilibrio tendría que cifrarse en mantener los armamentos al nivel más bajo y que los daños y sufrimientos que provocan fuesen los menores posibles".
DELSS/ARMAS/GINEBRA:TOMASI VIS 20040311 (300)
"Los negociados multilaterales de control de armas o de desarme -dijo el nuncio- siguen siendo lentos y largos y se llega a los resultados casi siempre sobre la base del mínimo común denominador. Por el contrario, la producción de nuevas armas convencionales sigue los descubrimientos científicos y técnicos más avanzados y actuales", lo que desemboca en armas cada vez más devastadoras y "sufrimientos humanos inútiles". Después se refirió al incremento en el uso de las bombas de dispersión, de las que subrayó "los efectos traumáticos y devastadores sobre las poblaciones civiles, así como a las negativas consecuencias socio-económicas".
"La Santa Sede -prosiguió el arzobispo Tomasi- se dedica en numerosos países de todo el mundo a iniciativas dedicadas a las víctimas de los conflictos armados y a sus familiares. Entre estas iniciativas están las dedicadas a las víctimas de minas anti personal y a los residuos bélicos". "La prevención -subrayó- seguramente cuesta mucho menos que las armas en términos de vidas humanas y de daños socio-económicos. Una cultura de la prevención es lo más adecuado para garantizar una seguridad basada en la justicia, la verdad y la cooperación entre los estados. Por ese motivo, el justo equilibrio tendría que cifrarse en mantener los armamentos al nivel más bajo y que los daños y sufrimientos que provocan fuesen los menores posibles".
DELSS/ARMAS/GINEBRA:TOMASI VIS 20040311 (300)
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