CIUDAD DEL VATICANO, 18 JUN 2003 (VIS) - En la audiencia general de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, en la que participaron 11.000 personas, el Papa habló sobre el Cántico: "Júbilo del profeta por la nueva Jerusalén", que se recoge en la tercera parte del libro del profeta Isaías.
En el Cántico proclamado hoy, dijo el Santo Padre, Isaías describe "la reconstrucción de Jerusalén y del templo" tras el exilio de Babilonia.
"El profeta abre su canto describiendo al pueblo renacido, envuelto en un vestido espléndido, como una pareja de novios que se prepara para el gran día de la boda. (...) Los profetas recurren a la imagen del germen para representar al rey mesiánico. El Mesías es un germen fecundo que renueva el mundo, y el profeta especifica el sentido profundo de esta vitalidad: 'El Señor Dios hará germinar la justicia', de modo que la ciudad santa será como un jardín de justicia, es decir, de fidelidad y de verdad, de derecho y de amor".
Juan Pablo II afirmó que "el simbolismo esponsal (...) es una de las imágenes más intensas que aparecen en la Biblia para exaltar el lazo de intimidad y el pacto de amor entre el Señor y el pueblo elegido".
"Los nombres que indicaban la anterior situación de abandono y desolación, es decir, la devastación de la ciudad por obra de los babilonios y el drama del exilio -continuó-, ahora indican el renacimiento y son términos de amor, de ternura, de fiesta y de felicidad".
El Papa concluyó señalando que "el Nuevo Testamento y los Padres de la Iglesia usar n este simbolismo nupcial. San Ambrosio, por ejemplo, recuerda que en esta perspectiva 'el marido es Cristo, la mujer es la Iglesia'".
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