EL SACERDOTE, HOMBRE DE LA PALABRA Y DE LA EUCARISTIA

CIUDAD DEL VATICANO, 11 MAY 2003 (VIS) - A las 9,00 de hoy, IV Domingo de Pascua, el Papa celebró la Santa Misa en la basílica vaticana y confirió la ordenación sacerdotal a 31 diáconos de la diócesis de Roma.

Comentando el Evangelio de hoy, en el que "Jesús se define como el Buen Pastor que ofrece la vida por su rebaño", Juan Pablo II dijo: "Ejemplo sublime de entrega amorosa, Jesús invita a sus discípulos, en particular a los sacerdotes, a seguir sus huellas. Llama a cada presbítero a ser buen pastor del rebaño que la Providencia le confía".

"El sacerdote -afirmó- es el hombre de la Palabra, a quien corresponde llevar el anuncio evangélico a los hombres y mujeres de su tiempo. Debe hacerlo con vivo sentido de responsabilidad, esforz ndose por estar siempre en plena sintonía con el magisterio de la Iglesia. También es el hombre de la Eucaristía, mediante la que penetra en el corazón del misterio pascual. En la Santa Misa advierte especialmente la exigencia de configurarse cada vez con mayor intimidad con Jesús el Buen Pastor, sumo y eterno sacerdote".

"Alimentaos, por tanto -prosiguió-, de la palabra de Dios; visitad cada día a Cristo presente realmente en el sacramento del Altar. Dejaos empapar por el amor infinito de su corazón, prolongad la adoración eucarística en los momentos importantes de vuestra vida, cuando haya que tomar decisiones personales y pastorales difíciles, al comienzo y al final de vuestras jornadas. Puedo aseguraros que yo ¡he hecho esta experiencia, y de ella he sacado fuerza, consuelo y apoyo!".

Juan Pablo II recordó a los recién ordenados que a partir de ahora ser n "los ministros de la divina misericordia. Administraréis el sacramento de la Reconciliación. (...) ¡De cuántos milagros y prodigios obrados por la misericordia de Dios en el confesionario seréis testigos!". "Pero para poder realizar dignamente la misión que hoy se os confía -concluyó- tendréis que manteneros en unión constante con Dios en la oración, y hacer vosotros mismos experiencia de su amor misericordioso mediante una regular práctica de la Confesión, dej ndoos guiar por expertos consejeros espirituales, sobre todo en los momentos en que encontréis más dificultades".

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