CIUDAD DEL VATICANO, 15 ENE 2003 (VIS) - Durante la audiencia general de los miércoles celebrada en el Aula Pablo VI, Juan Pablo II prosiguió su catequesis sobre los salmos, centrada esta vez en los versículos 145-152 del salmo 118, el más largo del salterio.
"El salmo 118 formado por 22 estancias correspondientes a las 22 letras del alfabeto judío -dijo el Papa- es una gran celebración de la Palabra de Dios como fuente de sabiduría, vida y verdad". Después recordó que "en el salmo 118 las palabras de la plegaria y la Palabra del Señor forman una constelación que es como la estrella polar de la fe y de la confianza del salmista. Su oración constituye un diálogo que comienza antes del alba y prosigue toda la jornada, en particular en las dificultades de la existencia".
"Nos confiaremos para nuestra meditación a un padre de la Iglesia - prosiguió el Santo Padre- San Ambrosio, que ha comentado ampliamente este salmo e invita al creyente a anticiparse a la aurora para salir al encuentro del sol de justicia: 'Cristo será la luz primera que brilla en el secreto de tu corazón. El hará resplandecer para ti la luz de la mañana si meditas su palabra'. Acojamos este llamamiento a empezar cada día rezando al Señor para que se acerque a nosotros y nos guíe".
"Recojamos también nosotros el llamamiento de San Ambrosio y cada mañana dirijamos nuestra mirada a la vida diaria, a sus alegrías y pesadillas, invocando a Dios para que esté cerca de nosotros y nos guíe con su palabra, que infunde serenidad y gracia".
Después el Papa resumió su catequesis en alemán, español, francés, inglés, polaco y portugués y saludó a los peregrinos presentes en esos idiomas.
AG;SALMO 118;...;...;VIS;20030115;290;
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