CIUDAD DEL VATICANO, 8 ENE 2003 (VIS) - El Salmo 99, "La alegría de aquellos que entran en el templo" fue el tema de la catequesis del Santo Padre durante la primera audiencia general de 2003, celebrada en el Aula Pablo VI.
Tras poner de relieve que el Salmo 99 "constituye una alegre invitación a alabar al Señor, pastor de su pueblo", el Papa dijo que existen siete verbos en forma imperativa: aclamad, servid, presentaos, reconoced, atravesad las puertas, alabadlo, bendecid, que "exaltan el vínculo de la alianza entre Dios e Israel. Ante todo se resalta la afirmación de una plena pertenencia a Dios".
Juan Pablo II afirmó que "el primer llamamiento consiste en la aclamación festiva de toda la tierra en el canto de alabanza al Creador". Los verbos servir, presentarse y atravesar "describen -continuó- los diversos gestos que realizan los fieles cuando entran en el santuario de Sión para participar en la oración comunitaria".
"El verbo reconocer -añadió- expresa el contenido de la profesión de fe en el único Dios. Debemos proclamar que solo 'el Señor es Dios', combatiendo toda idolatría y toda soberbia y potencia humana que se opone a El. El fin de los otros verbos, alabar y bendecir, es igualmente 'el nombre' del Señor, es decir, su persona, su presencia eficaz y salvadora".
El Papa terminó señalando que el Salmo acaba con "una solemne exaltación de Dios, que es una profesión de fe: el Señor es bueno y su fidelidad no nos abandona nunca, porque El está siempre dispuesto a sostenernos con su amor misericordioso. Por eso, el orante pone su confianza en Dios y se abandona en sus manos".
AG;SALMO 99;...;...;VIS;20030108;280;
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