CIUDAD DEL VATICANO, 22 DIC 2002 (VIS) - A las 12,00 de hoy, IV domingo de Adviento, el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio para rezar el Angelus con los fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Hablando del Belén, el Papa afirmó que su "sencillez contrasta con aquella imagen de la Navidad que a veces se propone de modo insistente a través de los mensajes publicitarios. También la bonita tradición de intercambiarse, entre familiares y amigos, los regalos con ocasión de la Navidad, corre el riesgo de perder su auténtico sentido navideño en medio de una mentalidad consumista".
Juan Pablo II dijo que la costumbre de intercambiarse regalos se entiende porque "Jesús en persona es el Don de Dios para la humanidad, del que nuestros dones en esta fiesta son su reflejo y expresión. Por este motivo, es muy oportuno privilegiar aquellos gestos que manifiestan solidaridad y acogida hacia los pobres y los necesitados".
Tras recordar la escena que se contempla en el Belén, donde "la Virgen y San José esperan el nacimiento de Jesús", el Papa dijo que las condiciones indispensables para prepararnos a la Navidad son "el silencio interior y la oración, que permiten contemplar el misterio que se conmemora y la disponibilidad para acoger la voluntad de Dios".
"El 'sí' de María y de José -terminó- es pleno y encierra a toda su persona: espíritu, alma y cuerpo. ¡Que así sea -exclamó- para cada uno de nosotros! Que Jesús, que dentro de pocos días vendr a hacer resplandecer de alegría nuestro Belén, encuentre en cada familia cristiana una generosa acogida, como sucedió en Belén en la Noche Santa".
ANG;NAVIDAD;...;...;VIS;20021223;290;
Hablando del Belén, el Papa afirmó que su "sencillez contrasta con aquella imagen de la Navidad que a veces se propone de modo insistente a través de los mensajes publicitarios. También la bonita tradición de intercambiarse, entre familiares y amigos, los regalos con ocasión de la Navidad, corre el riesgo de perder su auténtico sentido navideño en medio de una mentalidad consumista".
Juan Pablo II dijo que la costumbre de intercambiarse regalos se entiende porque "Jesús en persona es el Don de Dios para la humanidad, del que nuestros dones en esta fiesta son su reflejo y expresión. Por este motivo, es muy oportuno privilegiar aquellos gestos que manifiestan solidaridad y acogida hacia los pobres y los necesitados".
Tras recordar la escena que se contempla en el Belén, donde "la Virgen y San José esperan el nacimiento de Jesús", el Papa dijo que las condiciones indispensables para prepararnos a la Navidad son "el silencio interior y la oración, que permiten contemplar el misterio que se conmemora y la disponibilidad para acoger la voluntad de Dios".
"El 'sí' de María y de José -terminó- es pleno y encierra a toda su persona: espíritu, alma y cuerpo. ¡Que así sea -exclamó- para cada uno de nosotros! Que Jesús, que dentro de pocos días vendr a hacer resplandecer de alegría nuestro Belén, encuentre en cada familia cristiana una generosa acogida, como sucedió en Belén en la Noche Santa".
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