CIUDAD DEL VATICANO, 28 FEB 2002 (VIS) - El Papa recibió ayer por la tarde a los miembros de la Pontificia Academia para la Vida que han participado en su VIII Asamblea Plenaria sobre el tema "Naturaleza y dignidad de la persona humana como fundamento del derecho a la vida. Los desafíos del contexto cultural contemporáneo".
El Papa afirmó que es importante recuperar "el significado antropológico y ético de la ley natural y del concepto de derecho natural. Se trata de demostrar si y cómo es posible 'reconocer' los rasgos propios de cada ser humano, en términos de naturaleza y dignidad, como fundamento del derecho a la vida. (...) Sólo sobre esta base es posible un verdadero diálogo y una auténtica colaboración entre creyentes y no creyentes".
"Es importante -continuó- ayudar a nuestros contemporáneos a comprender el valor positivo y humanizador de la ley moral natural, aclarando una serie de equívocos y de interpretaciones falaces. El primer equívoco que hay que eliminar es 'el presunto conflicto entre la libertad y la naturaleza'". Otro punto es "el presunto car cter est tico atribuido a la noción de ley moral natural, sugerido quizá por una errónea analogía con el concepto de naturaleza propio de las realidades físicas".
Juan Pablo II recordó que "el Magisterio de la Iglesia invoca la universalidad y el car cter dinámico y perfectivo de la ley natural con referencia a la transmisión de la vida, tanto para mantener en el acto procreativo la plenitud de la unión esponsal, como para conservar en el amor conyugal la apertura a la vida. El Magisterio hace una invocación an loga en el tema del respeto a la vida humana inocente: me refiero aquí al aborto, a la eutanasia, a la eliminación y experimentación destructiva de los embriones y de los fetos humanos".
"Los derechos humanos -subrayó- deben ser referidos a lo que el ser humano es por naturaleza y según su propia dignidad, y no (...) a las decisiones subjetivas de aquellos que gozan del poder de participar en la vida social o de aquellos que obtienen el consenso de la mayoría". Y añadió que "esta falsa interpretación de los derechos del hombre (...) puede llevar también a los regímenes democráticos a transformarse en un totalitarismo sustancial".
El Santo Padre terminó haciendo hincapié en que "la Iglesia afirma el derecho a la vida de todos los seres humanos inocentes y en todos los momentos de su existencia. La distinción que a veces se hace en algunos documentos internacionales entre 'ser humano' y 'persona humana', para después reconocer el derecho a la vida y a la integridad física solo a la persona ya nacida, es una distinción artificial sin fundamento científico y filosófico".
AC;DERECHO VIDA;...;...;VIS;20020228;450;
El Papa afirmó que es importante recuperar "el significado antropológico y ético de la ley natural y del concepto de derecho natural. Se trata de demostrar si y cómo es posible 'reconocer' los rasgos propios de cada ser humano, en términos de naturaleza y dignidad, como fundamento del derecho a la vida. (...) Sólo sobre esta base es posible un verdadero diálogo y una auténtica colaboración entre creyentes y no creyentes".
"Es importante -continuó- ayudar a nuestros contemporáneos a comprender el valor positivo y humanizador de la ley moral natural, aclarando una serie de equívocos y de interpretaciones falaces. El primer equívoco que hay que eliminar es 'el presunto conflicto entre la libertad y la naturaleza'". Otro punto es "el presunto car cter est tico atribuido a la noción de ley moral natural, sugerido quizá por una errónea analogía con el concepto de naturaleza propio de las realidades físicas".
Juan Pablo II recordó que "el Magisterio de la Iglesia invoca la universalidad y el car cter dinámico y perfectivo de la ley natural con referencia a la transmisión de la vida, tanto para mantener en el acto procreativo la plenitud de la unión esponsal, como para conservar en el amor conyugal la apertura a la vida. El Magisterio hace una invocación an loga en el tema del respeto a la vida humana inocente: me refiero aquí al aborto, a la eutanasia, a la eliminación y experimentación destructiva de los embriones y de los fetos humanos".
"Los derechos humanos -subrayó- deben ser referidos a lo que el ser humano es por naturaleza y según su propia dignidad, y no (...) a las decisiones subjetivas de aquellos que gozan del poder de participar en la vida social o de aquellos que obtienen el consenso de la mayoría". Y añadió que "esta falsa interpretación de los derechos del hombre (...) puede llevar también a los regímenes democráticos a transformarse en un totalitarismo sustancial".
El Santo Padre terminó haciendo hincapié en que "la Iglesia afirma el derecho a la vida de todos los seres humanos inocentes y en todos los momentos de su existencia. La distinción que a veces se hace en algunos documentos internacionales entre 'ser humano' y 'persona humana', para después reconocer el derecho a la vida y a la integridad física solo a la persona ya nacida, es una distinción artificial sin fundamento científico y filosófico".
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