Ciudad
del Vaticano, 6 de noviembre 2015 (Vis).-''Os animo a proseguir
vuestra importante obra a favor de la vida desde la concepción hasta
su fin natural, teniendo también en cuenta los sufrimientos con los
que tantos hermanas y hermanos nuestros se enfrentan y a los que a
veces se ven sometidos'', ha dicho el Papa Francisco recibiendo
esta mañana en la Sala Regia a 510 participantes en el Congreso de
los Centros de Ayuda a la Vida que tiene lugar en Sacrofano (Italia)
del 6 al 8 de noviembre.
''En
las dinámicas existenciales todo está relacionado y se debe
alimentar la sensibilidad personal y social tanto para acoger una
nueva vida como hacia las situaciones de pobreza y explotación que
afectan a los más vulnerables y desfavorecidos. Si por una parte no
parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles
que nos rodean si no se protege a un embrión humano, por otra la
propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de
degradación'', afirmó, citando su encíclica ''Laudato si'” y
añadió que ''efectivamente constatamos con dolor que son tantas
las personas probadas por condiciones de vida díficiles que
requieren nuestra atención y nuestro compromiso solidario''.
'Para
los discípulos de Cristo, ayudar a la vida humana herida significa
''salir al encuentro de las personas que lo necesitan, ponerse a su
lado, hacerse cargo de su fragilidad y su dolor para que puedan
recuperarse''. ''¡Cuántas familias son vulnerables debido a la
pobreza, la enfermedad, la falta de trabajo y de una vivienda!
¡Cuántos ancianos padecen la carga del sufrimiento y la soledad!
¡Cuántos jóvenes se pierden, amenazados por las adicciones y
otros formas de esclavitud y esperan recuperar la confianza en la
vida!''- exclamó Francisco, subrayando que estas personas, heridas
en cuerpo y espíritu- son ''iconos de aquel hombre del Evangelio que
yendo por el camino de Jerusalén a Jericó cayó en manos de
ladrones que lo robaron y lo golpearon. Él experimentó primero la
indiferencia de algunos y después la proximidad del buen
samaritano''.
En
ese camino ''que atraviesa por el desierto de la vida, también en
nuestro tiempo hay muchos heridos, a causa de los ladrones de hoy,
que los despojan no sólo de sus haberes, sino también de su
dignidad. Y ante el dolor y las necesidades de estos hermanos
indefensos, algunos miran al otro lado o pasan de largo mientras
otros se detienen y responden con generosa dedicación a su grito de
ayuda. Vosotros, miembros del Movimiento por la Vida, en cuarenta
años habéis tratado de imitar el Buen Samaritano. Frente a las
diversas formas de amenazas a la vida humana, os habéis acercado a
la fragilidad del prójimo, habéis trabajado para que no se
sientan excluidos y rechazados por la sociedad aquellos que viven
en condiciones precarias''.
El
Papa agradeció nuevamente la labor de los Centros de Ayuda a la
Vida, invitándolos a seguir trabajando ''para proteger a las
personas más vulnerables, que tienen el derecho a nacer a la vida,
así como a cuántos piden una existencia más sana y digna. En
particular es necesario actuar en diferentes niveles y con
perseverancia, en la promoción y defensa de la familia, el primer
recurso de la sociedad , sobre todo en referencia al don de los hijos
y la afirmación de la dignidad de la mujer''
''En
este sentido -finalizó- me gustaría subrayar que en el curso de
vuestra actividad, habéis acogido a todos, independientemente de la
religión y la nacionalidad. El número relevante de mujeres,
especialmente las inmigrantes, que vienen a sus centros demuestra que
cuando se les ofrece un apoyo concreto, la mujer, a pesar de los
problemas y limitaciones, es capaz de hacer triunfar en su interior
el sentido del amor, de la vida y de la maternidad''.
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