CIUDAD DEL VATICANO, 1 FEB 2008 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Vaticano a los obispos de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana al final de su primera visita "ad Limina" después de 70 años.
El Papa manifestó su alegría por acoger a los obispos, a quienes "razones graves y objetivas" habían impedido hasta ahora efectuar juntos esta peregrinación a la Sede de Pedro, diciendo después: "Ahora, cuando vuestras Iglesias respectivas han vuelto a encontrar la libertad plena, estáis aquí como representantes de comunidades renacidas y vibrantes de fe que nunca han dejado de sentirse en plena comunión con el Sucesor de Pedro. Sed bienvenidos a esta casa donde siempre se ha elevado una oración intensa e incesante por la amada Iglesia Greco-Católica en Ucrania".
Comentando los informes de los obispos sobre la situación de sus exarcados y eparquías, el Santo Padre señaló que había notado su interés por "promover, consolidar y verificar constantemente la unidad y la colaboración en las comunidades y hacer frente juntos a los retos que, como pastores, están en el centro de vuestras preocupaciones e intereses pastorales".
Benedicto XVI elogió "la obra generosa y el testimonio infatigable" que los prelados ofrecen "al pueblo y a la Iglesia", y recordó que en esa tarea pastoral y misionera "los sacerdotes constituyen una ayuda indispensable". El Papa invitó a los obispos a animar a los presbíteros para que cuando participasen "en las diversas iniciativas de actualización, no sigan las novedades del mundo, sino que ofrezcan a la sociedad esas respuestas que solo Cristo puede dar al anhelo de justicia y de paz del corazón humano".
Asimismo, el Santo Padre insistió en la importancia de intensificar cursos de ejercicios espirituales, de formación y de actualización teológica y pastoral para los sacerdotes, "si es posible también en colaboración con el episcopado latino, respetando cada uno sus propias tradiciones", porque "es innegable que esa colaboración entre ambos ritos fomentaría la sintonía de los corazones entre los que sirven a una única Iglesia".
"Estoy convencido -subrayó el Papa- de que con esa actitud interior se podrán sanar con más facilidad los eventuales malentendidos, convencidos de que ambos ritos pertenecen a la única Comunidad Católica y tienen una ciudadanía igual y plena en el único pueblo ucraniano". En este sentido, el pontífice recomendó a los obispos que se encontrasen "regularmente, por ejemplo una vez al año, con los obispos latinos".
Después, refiriéndose a las dificultades que encuentran los prelados ucranianos "en lo que concierne a la obediencia responsable de los religiosos y religiosas y a su cooperación en las necesidades de la Iglesia", el Papa invitó a los obispos a exhortarles "con magnanimidad de pastores y paciencia de padres" a "defender incansablemente el carácter a-secular de su vocación peculiar" y a "observar fielmente los votos (...) para que puedan rendir a la Iglesia el testimonio que se les pide".
Por cuanto concierne al ecumenismo, el Papa reconoció que en este campo "sigue habiendo obstáculos concretos y objetivos. Sin embargo, no hay que desanimarse frente a las dificultades, sino proseguir el camino emprendido con la oración y la caridad paciente. Por otra parte, en Ucrania, desde hace siglos, ortodoxos y católicos intentan entablar un diálogo cotidiano, humilde y sereno que abarca tantos aspectos de la vida".
"Lo que hay que promover antes que nada es el ecumenismo del amor, (...) que acompañado con gestos coherentes crea confianza, hace abrir los corazones y los ojos. El diálogo de la caridad, por su naturaleza, promueve e ilumina el diálogo de la verdad".
Benedicto XVI concluyó su discurso dando gracias a Dios "por el renacimiento de la Iglesia en Ucrania después del dramático período de la persecución". "Quiero que sepáis -dijo- que el Papa os lleva a todos en su corazón y os acompaña y apoya con afecto en vuestra no fácil misión".
AL/.../IGLESIA GRECO CATOLICA UCRANIA VIS 20080201 (640)
El Papa manifestó su alegría por acoger a los obispos, a quienes "razones graves y objetivas" habían impedido hasta ahora efectuar juntos esta peregrinación a la Sede de Pedro, diciendo después: "Ahora, cuando vuestras Iglesias respectivas han vuelto a encontrar la libertad plena, estáis aquí como representantes de comunidades renacidas y vibrantes de fe que nunca han dejado de sentirse en plena comunión con el Sucesor de Pedro. Sed bienvenidos a esta casa donde siempre se ha elevado una oración intensa e incesante por la amada Iglesia Greco-Católica en Ucrania".
Comentando los informes de los obispos sobre la situación de sus exarcados y eparquías, el Santo Padre señaló que había notado su interés por "promover, consolidar y verificar constantemente la unidad y la colaboración en las comunidades y hacer frente juntos a los retos que, como pastores, están en el centro de vuestras preocupaciones e intereses pastorales".
Benedicto XVI elogió "la obra generosa y el testimonio infatigable" que los prelados ofrecen "al pueblo y a la Iglesia", y recordó que en esa tarea pastoral y misionera "los sacerdotes constituyen una ayuda indispensable". El Papa invitó a los obispos a animar a los presbíteros para que cuando participasen "en las diversas iniciativas de actualización, no sigan las novedades del mundo, sino que ofrezcan a la sociedad esas respuestas que solo Cristo puede dar al anhelo de justicia y de paz del corazón humano".
Asimismo, el Santo Padre insistió en la importancia de intensificar cursos de ejercicios espirituales, de formación y de actualización teológica y pastoral para los sacerdotes, "si es posible también en colaboración con el episcopado latino, respetando cada uno sus propias tradiciones", porque "es innegable que esa colaboración entre ambos ritos fomentaría la sintonía de los corazones entre los que sirven a una única Iglesia".
"Estoy convencido -subrayó el Papa- de que con esa actitud interior se podrán sanar con más facilidad los eventuales malentendidos, convencidos de que ambos ritos pertenecen a la única Comunidad Católica y tienen una ciudadanía igual y plena en el único pueblo ucraniano". En este sentido, el pontífice recomendó a los obispos que se encontrasen "regularmente, por ejemplo una vez al año, con los obispos latinos".
Después, refiriéndose a las dificultades que encuentran los prelados ucranianos "en lo que concierne a la obediencia responsable de los religiosos y religiosas y a su cooperación en las necesidades de la Iglesia", el Papa invitó a los obispos a exhortarles "con magnanimidad de pastores y paciencia de padres" a "defender incansablemente el carácter a-secular de su vocación peculiar" y a "observar fielmente los votos (...) para que puedan rendir a la Iglesia el testimonio que se les pide".
Por cuanto concierne al ecumenismo, el Papa reconoció que en este campo "sigue habiendo obstáculos concretos y objetivos. Sin embargo, no hay que desanimarse frente a las dificultades, sino proseguir el camino emprendido con la oración y la caridad paciente. Por otra parte, en Ucrania, desde hace siglos, ortodoxos y católicos intentan entablar un diálogo cotidiano, humilde y sereno que abarca tantos aspectos de la vida".
"Lo que hay que promover antes que nada es el ecumenismo del amor, (...) que acompañado con gestos coherentes crea confianza, hace abrir los corazones y los ojos. El diálogo de la caridad, por su naturaleza, promueve e ilumina el diálogo de la verdad".
Benedicto XVI concluyó su discurso dando gracias a Dios "por el renacimiento de la Iglesia en Ucrania después del dramático período de la persecución". "Quiero que sepáis -dijo- que el Papa os lleva a todos en su corazón y os acompaña y apoya con afecto en vuestra no fácil misión".
AL/.../IGLESIA GRECO CATOLICA UCRANIA VIS 20080201 (640)
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