Ciudad
del Vaticano, 23 de mayo 2015 (VIS).-''Tenemos que conseguir que a
través del trabajo, libre, creativo, participativo y solidario, el
ser humano exprese y aumente la dignidad de su vida'', ha dicho el
Papa Francisco recibiendo esta mañana a los miembros de las
Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos (ACLI) que este año
celebran el 70 aniversario de su fundación.
Una
conmemoración que ha brindado al Santo Padre la oportunidad de
reflexionar sobre la dimensión y la urgencia de la problemática
laboral en el mundo actual para proponer soluciones equitativas y
solidarias que puedan ponerse en práctica. ''La difusión de la
inseguridad, del trabajo ilegal y del chantaje mafioso hace que,
sobre todo los jóvenes, sientan que la falta de trabajo priva de la
dignidad, impide la plenitud de la vida humana y exige una respuesta
inmediata y vigorosa'', dijo, indicando a continuación las cuatro
características que tendrían que ser propias de todo trabajo.
En
primer lugar, el trabajo libre para que el ser humano, continuando la
obra del Creador, haga que el mundo encuentre su finalidad. Una
característica que choca con la realidad de un trabajo que se nutre
de opresiones en distintos ámbitos, desde la personal, hasta la de
las nuevas organizaciones esclavistas que oprimen a los más pobres.
''En particular muchos niños y muchas mujeres están sometidos a
una economía que obliga a un trabajo indigno que contradice a la
creación en su belleza y en su armonía. Debemos asegurarnos de que
el trabajo no sea un instrumento de alienación, sino de esperanza y
nueva vida''.
Después,
el trabajo creativo, que permite a la persona utilizar sus
capacidades únicas y originales. ''Sucede así cuando la libertad y
la creatividad … se expresan en algunas formas de empresa, de
trabajo colaborativo realizado en una comunidad que consienta un
pleno desarrollo económico y social . No podemos cortar las alas a
cuantos, especialmente los jóvenes, tienen mucho que dar con su
inteligencia y su capacidad; hay que liberarlos de las cargas que los
oprimen y les impiden entrar con pleno derecho y tan pronto como sea
posible en el mundo del trabajo''.
El
trabajo participativo corresponde a la dimensión relacional de la
persona y lleva a establecer lazos de colaboración responsable. Sin
embargo, ''allí, donde, debido a una visión economicista, se piensa
en el ser humano en clave egoísta y en los demás como medios y no
como fines, el trabajo pierde su sentido primario de continuación de
la obra de Dios.. destinada a la humanidad y de la que todos puedan
beneficiarse''.
Por
último, el trabajo solidario, para dar respuesta a los tantos
hombres y mujeres que han perdido el empleo y que tienen derecho,
ante todo a la cercanía y al interés de los demás. Las
asociaciones como la ACLI, además de lugares de acogida y encuentro,
deben preocuparse por individuar oportunidades de formación y
recalificación profesional.
Francisco
se refirió a continuación a tres aspectos de la ACLI: la presencia
fuera del país que comenzó con la emigración italiana y cuyo valor
sigue siendo actual porque de nuevo muchos jóvenes dejan Italia en
busca de un trabajo adecuado a su nivel de estudios. ''Ayudadlos en
su camino -dijo- en sus ojos podéis ver un reflejo de la mirada de
vuestros padres o de vuestros abuelos que se fueron muy lejos para
trabajar''.
Además,
la asociación está abordando el tema de la lucha contra la pobreza
y el empobrecimiento de las clases medias. ''La propuesta de una
ayuda no sólo económica a las personas por debajo del umbral de la
pobreza absoluta, que en Italia han aumentado en los últimos años,
puede aportar beneficios a toda la sociedad -afirmó el Pontífice-
Al mismo tiempo se debe evitar que caigan en la pobreza los que
hasta hace poco vivían una vida digna. Hoy basta un nada para
convertirse en pobres: la pérdida del empleo, un anciano que ya no
autosuficiente, una enfermedad en la familia, incluso - pensad en la
terrible paradoja - el nacimiento de un niño. Es una importante
batalla cultural, la de considerar el welfare una infraestructura
para el bienestar y no un costo. Podéis servir de coordinación y
de motor a la ''Alianza nueva contra la pobreza ", que tiene
como objetivo desarrollar un plan nacional para el trabajo decente y
digno''.
''La
inspiración cristiana y la dimensión popular -destacó al final el
Papa- determinan el modo de entender y actualizar histórica triple
fidelidad lealtad de las ACLI: a los trabajadores, a la democracia,
a la Iglesia. Hasta el punto de que en el contexto actual, de alguna
manera se puede decir que vuestras tres fidelidades históricas... se
resumen en una nueva y siempre actual: la fidelidad a los pobres''.
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