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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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domingo, 20 de abril de 2008

PAPA EN GROUND ZERO: ¡DIOS OTORGUE PAZ A MUNDO VIOLENTO!

CIUDAD DEL VATICANO, 20 ABR 2008 (VIS).-Esta mañana, a las 9,30 hora local, el Papa llegó a Ground Zero, como se denomina ahora el lugar ocupado hasta 2001 por el complejo comercial y administrativo World Trade Center.

  Durante el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001 que causó 2.896 víctimas, dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas, los dos rascacielos más altos de Nueva York que formaban parte del complejo, destruyéndolas al igual que varios edificios anejos. En su lugar hay un enorme cráter profundo 80 metros y cercado (Ground Zero) donde hay plantada una cruz.

  En 2002 se proclamó un bando de concurso para la reconstrucción del World Trade Center, del que resultó vencedor el arquitecto Daniel Libensky. Hoy Ground Zero es una cantera y el final de los trabajos está previsto en 2012. El edificio central del nuevo complejo será la "Freedom Tower" (Torre de la Libertad), cuya altura, 1.776 pies (541metros), corresponde al año de la independencia americana.

  Benedicto XVI, acompañado por el cardenal Edward Egan, arzobispo de New York, entró en Ground Zero, donde le esperaban el alcalde de New York, Michael Bloomberg, los gobernadores de New York y New Jersey, respectivamente David A. Paterson y John Corzine, y veinticuatro personas en representación de las fuerzas que prestaron socorro durante el atentado del 11 de septiembre (bomberos y protección civil), diversos heridos y parientes de las víctimas.

  El Santo Padre se arrodilló para rezar unos minutos en silencio, encendió una vela por las víctimas del atentado y posteriormente pronunció la siguiente oración:

"¡Oh Dios de amor, compasión y salvación!
¡Míranos, gente de diferentes creencias y tradiciones,
reunidos hoy en este lugar,
escenario de violencia y dolor increíbles.

Te pedimos que por tu bondad
concedas la luz y la paz eternas
a todos los que murieron aquí:
a los que heroicamente acudieron los primeros,
nuestros bomberos, policías,
servicios de emergencia y las autoridades del puerto,
y a todos los hombres y mujeres inocentes
que fueron víctimas de esta tragedia
simplemente  porque vinieron aquí para cumplir con su deber
el 11 de septiembre de 2001.

Te pedimos que tengas compasión
y alivies las penas de aquellos que,
por estar presentes aquí ese día,
hoy están heridos o enfermos.
Alivia también el dolor de las familias que todavía sufren
y de todos los que han perdido a sus seres queridos en esta tragedia.
Dales fortaleza para seguir viviendo con valentía y esperanza.

También tenemos presentes
a cuantos murieron, resultaron heridos o sufrieron pérdidas
ese mismo día en el Pentágono y en Shanskville, Pennsylvania.
Nuestros corazones se unen a los suyos,
mientras nuestras oraciones abrazan su dolor y sufrimiento.

Dios de la paz, concede tu paz a nuestro violento mundo:
paz en los corazones de todos los hombres y mujeres
y paz entre las naciones de la tierra.
Lleva por tu senda del amor
a aquellos cuyas mentes y corazones
están nublados por el odio.

Dios de comprensión,
abrumados por la magnitud de esta tragedia,
buscamos tu luz y tu guía
cuando nos enfrentamos con hechos tan terribles como éste.
Haz que aquellos cuyas vidas fueron salvadas
vivan de manera que las vidas perdidas aquí
no lo hayan sido en vano.
Confórtanos y consuélanos,
fortalécenos en la esperanza,
y danos la sabiduría y el coraje
para trabajar incansablemente por un mundo
en el que la verdadera paz y el amor
reinen entre las naciones y en los corazones de todos".

  Finalizada la oración, el Papa saludó a los familiares de las víctimas y a algunos supervivientes, así como a los miembros de los equipos de rescate, e impartió la bendición a los presentes.

  Una vez acabada la ceremonia el Santo Padre se trasladó a la residencia papal, donde recibió el saludo del personal y los colaboradores de la Misión Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en New York.
PV-EE.UU./ORACION:GROUND ZERO/NUEVA YORK     VIS 20080420 (630)

JOVENES: ORACION PERSONAL, LITURGICA Y CARIDAD


CIUDAD DEL VATICANO, 19 ABR 2008 (VIS).-A las 16,30, el Papa se encontró con los jóvenes y seminaristas en el Seminario de San José de Nueva York.

  Después del saludo del cardenal Edward Egan, arzobispo de Nueva York, tres representantes de los 20.000 jóvenes presentes ofrecieron al Papa pan, arroz y maíz, como símbolo de la riqueza de sus diversas tradiciones. A continuación, varios chicos le cantaron el cumpleaños feliz en alemán.

  Al comienzo de su discurso, Benedicto XVI se refirió a las imágenes expuestas en este encuentro de "seis hombres y mujeres ordinarios que se superaron para llevar una vida extraordinaria": Santa Isabel Ana Seton, Santa Francisca Javier Cabrini, San Juan Neumann, la beata Kateri Tekakwitha, el venerable Pierre Toussaint y el padre Félix Varela. "Cada uno de ellos -dijo- respondió a la llamada de Dios y a una vida de caridad, y lo sirvió aquí en las calles y callejas o en los suburbios de Nueva York".

   "Y ¿qué ocurre hoy? ¿Quién da testimonio de la Buena Nueva de Jesús en las calles de Nueva York, en los suburbios agitados en la periferia de las grandes ciudades, en las zonas donde se reúnen los jóvenes buscando a alguien en quien confiar? Dios es nuestro origen y nuestra meta, y Jesús es el camino".

  Tras poner de relieve que como jóvenes americanos estaban siendo educados "con un sentido de generosidad, servicio y rectitud", el Santo Padre recordó que sus años de juventud "fueron arruinados por un régimen funesto que pensaba tener todas las respuestas; su influjo creció -filtrándose en las escuelas y los organismos civiles, así como en la política e incluso en la religión- antes de que pudiera percibirse claramente que era un monstruo. Declaró proscrito a Dios".

  El Papa invitó a los jóvenes a dar gracias a Dios porque a pesar de todo, "hoy muchos de su generación pueden gozar de las libertades que surgieron gracias a la expansión de la democracia y del respeto de los derechos humanos".

  "Sin embargo -continuó-, el poder destructivo permanece. Decir lo contrario sería engañarse a sí mismos. Pero éste jamás triunfará; ha sido derrotado". En la liturgia de la Vigilia pascual, "clamamos a Dios por nuestro mundo: "Disipa las tinieblas del corazón. Disipa las tinieblas del espíritu". Y se preguntó: "¿Qué pueden ser estas tinieblas? ¿Qué sucede cuando las personas, sobre todo las más vulnerables, encuentran el puño cerrado de la represión o de la manipulación en vez de la mano tendida de la esperanza?". En este contexto mencionó "a los afectados por el abuso de la droga y los estupefacientes, por la falta de casa o la pobreza, por el racismo, la violencia o la degradación, en particular muchachas y mujeres".

  El Papa señaló que "el segundo grupo de tinieblas -las que afectan al espíritu- a menudo no se percibe, y por eso es particularmente nocivo. La manipulación de la verdad distorsiona nuestra percepción de la realidad y enturbia nuestra imaginación y nuestras aspiraciones". Por eso, dijo, "hay que salvaguardar rigurosamente la importancia fundamental de la libertad", que "puede ser malentendida y usada mal, de manera que no lleva a la felicidad que todos esperamos, sino hacia un escenario oscuro de manipulación, en el que nuestra comprensión de nosotros mismos y del mundo se hace confusa o se ve incluso distorsionada por quienes ocultan sus propias intenciones".

  A menudo, continuó, "se reivindica la libertad sin hacer jamás referencia a la verdad de la persona humana" y "en lugar de la verdad -o mejor, de su ausencia- se ha difundido la idea de que, dando un valor indiscriminado a todo, se asegura la libertad y se libera la conciencia. A esto llamamos relativismo".

  "La verdad no es una imposición. Tampoco es un mero conjunto de reglas. Es el descubrimiento de Alguien que jamás nos traiciona; de Alguien del que siempre podemos fiarnos. (...) En definitiva, la verdad es una persona: Jesucristo. Ésta es la razón por la que la auténtica libertad no es optar por "desentenderse de". Es decidir "comprometerse con".

  Benedicto XVI invitó a los jóvenes a plantearse cómo ayudar a los demás "a caminar por el camino de la libertad que lleva a la satisfacción plena y a la felicidad duradera". "La luz de Cristo les invita a ser estrellas-guía para los otros, marchando por el camino de Cristo, que es camino de perdón, de reconciliación, de humildad, de gozo y de paz".

  El Papa consideró a continuación "cuatro aspectos esenciales del tesoro de nuestra fe: la oración personal y el silencio, la oración litúrgica, la práctica de la caridad y las vocaciones".

  "Lo más importante -aseguró- es que ustedes desarrollen su relación personal con Dios. Esta relación se manifiesta en la oración". Por otra parte, animó a no tener miedo "del silencio y del sosiego; escuchen a Dios, adórenlo en la Eucaristía. Permitan que su palabra modele su camino como crecimiento de la santidad".

  El Santo Padre recordó que "mediante la liturgia, "la obra de Jesús" entra continuamente en contacto con la historia; con nuestra vida, para modelarla. (...) Cada vez que se reúnen para la Santa Misa, cuando van a confesarse, cada vez que celebran uno de los sacramentos, Jesús está actuando".

  Refiriéndose a las "nuevas injusticias", derivadas de "la explotación del corazón y de la manipulación del espíritu; (...) la tierra misma gime bajo el peso de la avidez consumista y de la explotación irresponsable", exhortó a "responder con una acción social renovada que nazca del amor universal que no conoce límites".

  Benedicto XVI invitó a los chicos y chicas a agradecer a los padres, abuelos y padrinos "la posibilidad de recibir el don más grande de su vida: el bautismo", con el que "llegaron a ser hijos e hijas adoptivos del Padre. Fueron incorporados a Cristo".

  Dirigiéndose a 300 seminaristas procedentes de las diócesis de la East Coast (Costa Oriental), el Papa les dijo: "El Pueblo de Dios espera de ustedes que sean sacerdotes santos. (...) Les exhorto a profundizar su amistad con Jesús, el Buen Pastor. (...) Rechacen toda tentación de ostentación, hacer carrera o de vanidad".

  El Santo Padre resaltó la contribución generosa de las religiosas, religiosos y sacerdotes de las Congregaciones "a la misión de la Iglesia. (...) El maravilloso conjunto de carismas propios de cada Instituto religioso es un tesoro espiritual extraordinario. (...) Estoy seguro que, descubriendo los carismas que producen esta riqueza de sabiduría espiritual, algunos de ustedes, jóvenes, se sentirán atraídos por una vida de servicio apostólico o contemplativo"

  Tras hacer hincapié en que "Cristo es la esperanza que jamás defrauda", Benedicto XVI aseguró a los jóvenes que en la Iglesia "encontrarán el aliento y el apoyo para marchar por el camino del Señor. (...) Hoy son ustedes los discípulos de Cristo. Irradien su luz en esta gran ciudad y en otras".

  El Papa se despidió con un "hasta pronto", "hasta encontrarme de nuevo con ustedes en julio, para la Jornada Mundial de la Juventud en Sidney".
PV-EE.UU./JOVENES:SEMINARISTAS/NUEVA YORK        VIS 20080420 (1100)


LA FE AYUDA A VER LA VIDA COMO LA VE DIOS


CIUDAD DEL VATICANO, 19 ABR 2008 (VIS).-Después del almuerzo con los obispos de la archidiócesis de Nueva York, el Papa se trasladó en automóvil al Seminario de San José, donde fue recibido por el rector, monseñor Gerald T. Walsh.

  El Santo Padre se dirigió a la capilla, en la que estaban presentes 50 jóvenes discapacitados. Tras el saludo de uno de ellos en nombre del grupo, el Papa pronunció unas palabras.

   "Dios -dijo- les ha bendecido con el don de la vida, y con otros talentos y cualidades, por medio de las cuales pueden servirlo a Él y a la sociedad de diferentes modos. (...) A veces es un reto encontrar una razón a lo que parece solamente una dificultad que superar o un dolor que afrontar. No obstante, la fe nos ayuda a ampliar el horizonte más allá de nosotros mismos para ver la vida como Dios la ve. El amor incondicional de Dios, que alcanza a todo ser humano, otorga un significado y finalidad a cada vida humana".

  Benedicto XVI les animó a rezar a diario por el mundo y "también por los que todavía no han llegado a conocer a Jesús" y les pidió que pidieran también por él, que, "como saben -dijo-, acabo de cumplir un año más. El tiempo vuela".
PV-EE.UU./DISCAPACITADOS/NUEVA YORK                VIS 20080420 (230)


DESAFIO DE LA IGLESIA: COMUNICAR ALEGRIA QUE NACE DE LA FE

CIUDAD DEL VATICANO, 19 ABR 2008 (VIS).-Benedicto XVI celebró esta mañana a las 9,15 la Santa Misa en la neogótica catedral de Saint Patrick. A su llegada el Santo Padre fue recibido por el cardenal Edward Egan, arzobispo de New York, el rector de la catedral Robert T. Ritchie y el alcalde de esa ciudad Michael Bloomberg.

  La Santa Misa, por la Iglesia universal, que coincidió con el tercer aniversario de la elección al solio pontificio de Benedicto XVI, fue ofrecida por el clero y los religiosos y religiosas de las diócesis de la Costa Oriental (East Coast) de Estados Unidos, donde se encuentra New York.

  En su homilía, el Santo Padre recordó que "en este país la misión de la Iglesia ha conllevado siempre atraer a la gente "de todas las naciones de la tierra" hacia una unidad espiritual, enriqueciendo el Cuerpo de Cristo con la multiplicidad de sus dones. Al mismo tiempo que damos gracias por las bendiciones del pasado y consideramos los desafíos del futuro, queremos implorar de Dios la gracia de un nuevo Pentecostés para la Iglesia en América".

  "La Iglesia (...) -prosiguió- está llamada a proclamar el don de la vida, a proteger la vida y a promover una cultura de la vida. (...) La proclamación de la vida, de la vida abundante, debe ser el centro de la nueva evangelización. Pues la verdadera vida - nuestra salvación- se encuentra sólo en la reconciliación, en la libertad y en el amor, que son dones gratuitos de Dios".

  "Éste es el mensaje de esperanza que estamos llamados a anunciar y encarnar en un mundo en el que egocentrismo, avidez, violencia y cinismo parecen sofocar muy a menudo el crecimiento frágil de la gracia en el corazón de la gente", observó el Papa, y afirmó a continuación que "quizá hemos perdido de vista que en una sociedad en la que la Iglesia parece a muchos que es legalista e "institucional", nuestro desafío más urgente es comunicar la alegría que nace de la fe y de la experiencia del amor de Dios".

  Benedicto XVI se detuvo después en algunos aspectos de la catedral para relacionarlos con la misión del clero y los religiosos en la Iglesia.

  "El primer aspecto -dijo- se refiere a los ventanales con vidrieras, que "vistos desde fuera (...) parecen oscuros, recargados y hasta lúgubres. Pero cuando se entra en el templo, de improviso toman vida; al reflejar la luz que las atraviesa revelan todo su esplendor", y subrayó que la Iglesia estaba llamada a "atraer dentro de este misterio de luz a toda la gente".

  "No es un cometido fácil -aseguró -en un mundo que es propenso a mirar "desde fuera" a la Iglesia, igual que a aquellos ventanales: un mundo que siente profundamente una necesidad espiritual, pero que encuentra difícil "entrar en el" misterio de la Iglesia. También para algunos de nosotros, desde dentro, la luz de la fe puede amortiguarse por la rutina y el esplendor de la Iglesia puede ofuscarse por los pecados y las debilidades de sus miembros. La ofuscación puede originarse por los obstáculos encontrados en una sociedad que, a veces, parece haber olvidado a Dios e irritarse ante las exigencias más elementales de la moral cristiana"

  "Sin embargo, la palabra de Dios nos recuerda que, en la fe, vemos los cielos abiertos y la gracia del Espíritu Santo que ilumina a la Iglesia y que lleva una esperanza segura a nuestro mundo".

  Benedicto XVI habló después de la compleja estructura del templo, "cuyas proporciones precisas y armoniosas simbolizan la unidad de la creación de Dios. (...) Esta imagen, ¿no nos hace pensar quizá en la necesidad de ver todas las cosas con los ojos de la fe para, de este modo, poder comprenderlas en su perspectiva más auténtica, en la unidad del plan eterno de Dios? Esto requiere, como sabemos, una continua conversión y el esfuerzo de "renovarnos en el espíritu de nuestra mente para conseguir una mentalidad nueva y espiritual. (...)  Esta constante conversión "intelectual", ¿acaso no es tan necesaria como la conversión "moral" para nuestro crecimiento en la fe, para nuestro discernimiento de los signos de los tiempos y para nuestra aportación personal a la vida y misión de la Iglesia?".

   En este contexto, el Papa dijo que una de "las grandes desilusiones que siguieron al Concilio Vaticano II, con su exhortación a un mayor compromiso en la misión de la Iglesia para el mundo" fue "la experiencia de división entre diferentes grupos, distintas generaciones y diversos miembros de la misma familia religiosa". "¡Podemos avanzar sólo si fijamos juntos nuestra mirada en Cristo! -exclamó-. Con la luz de la fe descubriremos entonces la sabiduría y la fuerza necesarias para abrirnos hacia puntos de vista que no siempre coinciden del todo con nuestras ideas o nuestras suposiciones .(...) De este modo caminaremos juntos hacia la verdadera renovación espiritual que quería el Concilio, la única renovación que puede reforzar a la Iglesia en la santidad y en la unidad, indispensable para la proclamación eficaz del Evangelio en el mundo de hoy".

  "Aquí, en el contexto de nuestra necesidad de una perspectiva fundamentada en la fe, y de unidad y colaboración en el trabajo de edificación de la Iglesia, querría decir unas palabras sobre los abusos sexuales que han causado tantos sufrimientos. Ya he tenido ocasión de hablar de esto y del consiguiente daño para la comunidad de los fieles. Ahora deseo expresaros sencillamente, queridos sacerdotes y religiosos, mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que tratáis de responder con esperanza cristiana a los continuos desafíos surgidos por esta situación. Me siento unido a vosotros rezando para que éste sea un tiempo de purificación para cada uno y para cada Iglesia y comunidad religiosa, y también un tiempo de sanación".

  "La unidad de una catedral gótica, es sabido, no es la unidad estática de un templo clásico, sino una unidad nacida de la tensión dinámica de diferentes fuerzas que empujan la arquitectura hacia arriba, orientándola hacia el cielo. Aquí podemos ver también un símbolo de la unidad de la Iglesia que es (...)  unidad de un cuerpo vivo compuesto por muchos elementos diferentes, cada uno con su propia función y su propia determinación".

  "Ciertamente, en la estructura de la Iglesia querida por Dios se ha de distinguir entre los dones jerárquicos y los carismáticos. Pero precisamente la variedad y riqueza de las gracias concedidas por el Espíritu nos invitan constantemente a discernir cómo estos dones tienen que ser insertados correctamente en el servicio de la misión de la Iglesia".

 "De acuerdo con las tradiciones más nobles de la Iglesia en este país -finalizó el Santo Padre-, sed también los primeros amigos del pobre, del prófugo, del extranjero, del enfermo y de todos los que sufren! ¡Actuad como faros de esperanza, irradiando la luz de Cristo en el mundo y animando a los jóvenes a descubrir la belleza de una vida entregada enteramente al Señor y a su Iglesia!".

  Al final de la celebración eucarística, el Santo Padre improvisó unas palabras relativas a su ministerio petrino:

  "En este momento no me queda más que agradecerles su amor a la Iglesia y a Nuestro Señor; agradecerles su amor al pobre Sucesor de San Pedro. Intentaré hacer todo lo posible para ser un digno sucesor de este gran Apóstol, el cual era también un hombre con sus defectos y sus pecados, pero que al final sigue siendo la roca de la Iglesia. Con toda mi pobreza espiritual, también yo puedo ser ahora, por gracia del Señor, el Sucesor de Pedro. Ciertamente las plegarias y el amor de ustedes son lo que me da la certeza de que el Señor me ayudará en mi ministerio. Les agradezco profundamente, pues, su amor, sus oraciones. En este momento, mi respuesta a todo lo que me han dado durante mi visita es la bendición que ahora les imparto al final de esta hermosa celebración".
PV-EE.UU./HOMILIA:RELIGIOSOS/NUEVA YORK           VIS 20080420 (1250)


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