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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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martes, 23 de marzo de 2004

OTROS ACTOS PONTIFICIOS


CIUDAD DEL VATICANO, 23 MAR 2004 (VIS).-El Santo Padre:

- Nombró al obispo Joseph Anthony Galante, hasta ahora coadjutor de Dallas (EE.UU.), obispo de Camden (superficie 6.967, población 1.337.476, católicos 450.271,  sacerdotes 353, religiosos 406, diáconos permanentes 115) en EE.UU.

- Nombró al obispo Joseph Augustine Charanakunnel primer arzobispo metropolitano de Raipur (superficie 135.242, población 19.057.921, católicos 367.028, sacerdotes 496, religiosos 1.380) en India. Monseñor Charanakunnel era hasta ahora obispo de esta misma sede.

- Nombró al  obispo George Thomas, hasta ahora auxiliar de la archidiócesis de Seattle (EE.UU.), obispo de Helena (superficie 134.426,  población 509.439, católicos 67.693, sacerdotes 82, religiosos 49, diáconos permanentes 34) en EE.UU.

- Aceptó la renuncia al oficio de auxiliar de la diócesis de Syracuse (EE.UU.), presentada por el obispo Thomas Joseph Costello, por motivos de edad.
NER:RE/…/…                               VIS 20040323  (150)

AUDIENCIAS


CIUDAD DEL VATICANO, 23 MAR 2004 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en audiencias separadas a seis prelados de la Conferencia de Obispos Católicos de Australia en visita "ad limina":

    - Cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, con los obispos auxiliares Julian Charles Porteous y Anthony Colin Fisher, O.P.
   
- Obispo Luc Julian Matthys, de Armidale.

- Obispo Patrick Dougherty, de Bathurst.
  
    - Obispo David Louis Walker, de Broken Bay.
AL/…/…                                    VIS 20040323 (80)

LAS IGLESIAS ORIENTALES CATOLICAS EN EL SIGLO XX


CIUDAD DEL VATICANO, 23 MAR 2004 (VIS).-Esta mañana, en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se presentó el libro "Fe y martirio: Las Iglesias orientales católicas en la Europa del siglo XX" (Actas del simposio de historia eclesiástica contemporánea - Ciudad del Vaticano, 22-24 de octubre de 1998).

  Intervenieron en la presentación el cardenal Ignace Moussa I Daoud, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales; Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio; el obispo Pavlo Vasylyk, de la eparquía de Kolomyia-Chernivtsi (Ucrania) y monseñor Tertulian Ioan Langa, de la eparquía de Cluj-Gherla (Rumania).

  El cardenal Daoud señaló que en este volumen se documentan "los casos de supresión de las diversas iglesias orientales católicas: ucraniana, rumana, eslovaca y rutena, que tras ser canceladas de la historia resurgieron y hoy se preocupan de no perder la memoria de la persecución".

  Tras poner de relieve que la publicación "no omite a los responsables de tantos sufrimientos", dijo: "A pesar de todo no existe rencor. A pesar de las relaciones históricamente difíciles, en muchos casos durante el 'siglo de los mártires', católicos orientales y de otras confesiones han sabido sufrir juntos en las cárceles, en los campos de concentración, en los campos de trabajo forzado".

  El prefecto de la congregación aseguró que seguirán recogiendo documentos y "reflexionando sobre los testigos de la fe de nuestras iglesias, que pueden explicar el origen de tantos prejuicios".

  El profesor Riccardi dijo que "el martirio de los católicos orientales depende también de su particular situación, la de pertenecer a dos mundos: el mundo de la tradición oriental y el mundo de la Iglesia católica".

  "Los católicos orientales -continuó- son una especie que la política comunista no admite en ninguna parte del imperio del Este (desde Checoslovaquia a Rumania), con raras excepciones, como en la pequeña y atormentada comunidad búlgara y en la húngara. Estas páginas ilustran el designio soviético de hacer desaparecer el catolicismo oriental".

  El fundador de San Egidio explicó que "el gran problema es la libertad religiosa. Negar la vida a las comunidades católicas orientales quiere decir negar la libertad religiosa y la libertad en el pluralismo, aquel que los regímenes comunistas no podían aceptar".

  Refiriéndose al llamado "mártir", afirmó que "es una palabra de la que se abusa en nuestro lenguaje". Así, se habla de "mártir suicida, que es muy distinto del mártir cristiano". Este último "no se suicida para matar a otros, sino que da la propia vida para que otros no sean asesinados, para no abandonar la propia fe, para sostener a los demás creyentes por amor. No busca la muerte, pero no renuncia a la propia fe o a un comportamiento humano al precio de salvar la propia vida. Esta es una historia que se recoge en estas páginas".

  Monseñor Tertulian Ioan Langa, de 82 años, habló de sus dieciséis años en las cárceles comunistas y describió "la masiva y amenazadora presencia soviética atea en las fronteras de Rumania", la "presencia violenta y atroz del comunismo ateo" y "la presencia brutal y humillante de las tropas soviéticas, que habían ocupado casi un tercio del territorio nacional".

  El sacerdote de la eparquía rumana de Cluj-Gherla contó las innumerables ocasiones en las que fue interrogado, los años de tortura, depravación, humillación y sufrimiento, los "ritos diabólicos" que hacían a los prisioneros para obligarles a hablar. También dijo que la oración, el rezo de las letanías y de los salmos fueron muy importantes y le ayudaron a sobrevivir.

  "No he escrito mucho sobre estas experiencias dramáticas. ¿Quién puede creer en lo que parece increíble? ¿Quién puede creer que las leyes de la biología pueden ser superadas por la voluntad? (…) Ni siquiera Jesús fue creído por todos los que le vieron. (…) Las cosas no suceden por caso. Todo lo que el Señor nos concede rebosa de la gracia -impaciencia benévola de Dios- y de nuestra oportunidad de responderle o recharzale por temor".

  Monseñor Langa habló de su obispo y de sus guías intelectuales, "todos víctimas del comunismo ateo", cuyas vidas y enseñanzas marcaron su propia vida. "A través de ellos descubrí lo que era el comunismo, lo que significa eliminar a Cristo de la vida social y cómo puede mutilarse el alma humana, la sociedad y la familia sin la Iglesia, la Santísima Eucaristía y el culto a la Santísima Virgen". Asimismo, señaló "la diferencia flagrante de percepción y de reacción frente al comunismo manifestado por los cristianos y los intelectuales de Occidente y los del Este de Europa, que han vivido y padecido el mundo comunista".

  El obispo ucraniano Vasylyk, de 77 años, que pertenece a una familia de once hijos, fue encarcelado muchas veces por las autoridades soviéticas. Durante su primera etapa en la prisión entre 1947 y 1956, fue ordenado diácono e inició entonces su actividad pastoral. "No sé de dónde sacaba fuerzas -afirmó- para hacer todo esto, pero lo que es imposible para la persona humana es sin embargo posible para Dios. Las condiciones en las que nos encontrábamos en los campos de concentración eran despiadadas, peores que las de los campos de concentración alemanes. (…) Sin embargo, el Evangelio fue para nosotros aquella fuente de agua viva gracias a la cual éramos no sólo personas humanas, sino también cristianos".

  Poco después de  ser liberado, en 1956 fue ordenado sacerdote. Después de ser encarcelado de nuevo entre 1959 y 1964, fue exiliado al recobrar la libertad. A pesar de todo, se le prohibió ejercer el ministerio en el oeste de Ucrania, pero hizo caso omiso a esta limitación. Consagrado obispo en 1974, fue amenazado constantemente por el KGB, pero siguió ejerciendo su tarea episcopal. El 4 de agosto de 1987 la Iglesia greco-católica ucraniana "anunció al mundo entero la salida de las catacumbas a una vida religiosa plena y normal".
OP/IGLESIA:MARTIRES/…                       VIS 20040323 (900)

EL TESTIMONIO CRISTIANO DISIPA SOMBRAS POBREZA, INJUSTICIA


CIUDAD DEL VATICANO, 23 MAR 2004 (VIS).-Hoy se hizo público un mensaje del Papa a la hermana Stella Holisz, superiora general de las Misioneras del Apostolado Católico, con ocasión de su XV capítulo general, en el que están reflexionado sobre el tema: "Reavivar vuestro primer amor - responder a los desafíos actuales".

  "Vuestra vocación de misioneras -escribe en el mensaje que entregó esta mañana a las religiosas durante una breve audiencia- se inspira en la vida de los apóstoles, y muestra con elocuencia que cuanto más se vive en Cristo, mejor se sirve a Cristo en los demás, llegando incluso a los lugares más lejanos para realizar la misión y afrontando los mayores desafíos".

  El Santo Padre señaló que "en un mundo en el que las sombras de pobreza, injusticia y secularismo se ciernen sobre todos los continentes, es más urgente que nunca la necesidad de auténticos discípulos de Jesucristo. Precisamente el testimonio del Evangelio de Cristo disipa la oscuridad e ilumina el camino de la paz, fomentando la esperanza en los corazones de las personas más marginadas y abatidas. Los hombres y mujeres de diversas religiones, culturas y grupos sociales que encontréis, que buscan el sentido y la dignidad de sus vidas, nunca podrán satisfacer sus aspiraciones con una vaga religiosidad".

  "La Iglesia -terminó- espera que habléis de Cristo a quienes servís y que les 'mostréis' a El. Este testimonio exige que vosotras en primer lugar contempléis el rostro de Cristo. Vuestros programas de formación inicial y permanente deben ayudar a todas las hermanas a conformarse totalmente a Cristo y a su amor del Padre".
MESS/HERMANAS MISIONERAS/HOLISZ                       VIS 20040323 (280)

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