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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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viernes, 9 de diciembre de 2011

TRES DESEOS DEL PAPA PARA NAVIDAD


CIUDAD DEL VATICANO, 9 DIC 2011 (VIS).-Benedicto XVI encendió en la tarde del miércoles, 7 de diciembre -desde su apartamento pontificio y gracias a un “tablet” conectado con el cuadro eléctrico-, el árbol de Navidad más grande del mundo, que se encuentra en la ciudad italiana de Gubbio. Previamente, dirigió unas palabras -transmitidas por televisión- a cuantos asistían a la ceremonia.

   “Antes de encender el árbol –dijo- quisiera expresar tres deseos. Este árbol de Navidad tan grande está en las laderas del monte Ingino, en cuya cima se encuentra la basílica del patrón de Gubbio, San Ubaldo. Cuando lo miramos, nuestros ojos se dirigen hacia arriba, hacia el cielo, hacia el mundo de Dios”.

“Mi primer deseo es, por lo tanto, que nuestra mirada, la de la mente y la del corazón, no se detenga solamente en el horizonte de este mundo, en las cosas materiales, sino que sea de alguna forma como este árbol, que tienda hacia arriba, que se dirija a Dios. Dios nunca nos olvida, pero también nos pide que no nos olvidemos de Él”.

   “El Evangelio narra que en la noche santa de Navidad una luz envolvió a los pastores, anunciándoles una gran alegría: el nacimiento de Jesús, de Aquel que nos trajo la luz, más aún, de Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todos. El gran árbol que encenderé dentro de poco domina la ciudad de Gubbio e iluminará con su luz la oscuridad de la noche”.

“El segundo deseo es que nos recuerde que también nosotros necesitamos una luz que ilumine el camino de nuestra vida y nos de esperanza, especialmente en esta época en que sentimos tanto el peso de las dificultades, de los problemas, de los sufrimientos, y parece que nos envuelve un velo de tinieblas. Pero ¿qué luz puede iluminar verdaderamente nuestro corazón y darnos una esperanza firme y segura? Es el Niño que contemplamos en la Navidad santa, en un pobre y humilde pesebre, porque es el Señor que se acerca a cada uno de nosotros y pide que lo acojamos nuevamente en nuestra vida, nos pide que lo queramos, que tengamos confianza en Él, que sintamos su presencia que nos acompaña, nos sostiene y nos ayuda”.

  “Pero este árbol tan grande lo forman muchas luces. El último deseo es que cada uno de nosotros aporte algo de luz en los ambientes en que vive: en la familia, en el trabajo, en el barrio, en los pueblos, en las ciudades. Que cada uno sea una luz para quien tiene al lado; que deje de lado el egoísmo que, tan a menudo, cierra el corazón y lleva a pensar sólo en uno mismo; que preste más atención a los demás, que los ame más. Cualquier pequeño gesto de bondad es como una luz de este gran árbol: junto con las otras luces ilumina la oscuridad de la noche, incluso de la noche más oscura”.
BXVI/        VIS 20111209 (490)

EL PAPA CONFIA A LA “MADRE DE LOS REDIMIDOS” LAS ANGUSTIAS DE PRESOS Y DESEMPLEADOS


CIUDAD DEL VATICANO, 8 DIC 2011 (VIS).-En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, Benedicto XVI se asomó a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con las personas reunidas en la Plaza de San Pedro.

  Antes de la oración mariana, el Papa recordó que el beato Pío IX, en su carta Apostólica ‘Ineffabilis Deus’ de 1854, afirmaba que María “‘fue preservada, por gracia y privilegio singular de Dios omnipotente, en previsión de los méritos de Jesucristo Salvador del género humano, inmune de toda mancha de pecado original’. Esta verdad de fe está contenida en las palabras del saludo del arcángel Gabriel: ‘Alégrate, llena de gracia: el Señor está contigo’. La frase ‘llena de gracia’ indica la obra maravillosa del amor de Dios, que nos restituyó la vida y la libertad, perdidas con el pecado, mediante su Hijo Unigénito encarnado, muerto y resucitado”.

 “Por eso –continuó el Santo Padre-, desde el siglo II, en Oriente y en Occidente la Iglesia invoca y celebra a la Virgen que, con su ‘Sí’, acercó el Cielo a la tierra, haciéndose ‘generadora de Dios y nodriza de nuestra vida’”.

“También a nosotros se nos ha dado  la ‘plenitud de la gracia’, que tenemos que hacer resplandecer en nuestra vida, porque el Padre de nuestro Señor Jesucristo -escribe San Pablo- ‘que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual ya que en Él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha (...) nos predestinó a ser sus hijos adoptivos’. Esta filiación la recibimos por medio de la Iglesia en el día del Bautismo. A propósito,  santa Hildegarda de Bingen escribe: ‘La Iglesia es, por tanto, la virgen madre de todos los cristianos. En la fuerza secreta del Espíritu Santo los concibe y los da a  luz, ofreciéndolos a Dios de modo que sean llamados también hijos de Dios’”, finalizó el Papa.

   Después del Ángelus, Benedicto XVI saludó a los miembros de Acción Católica Italiana que en la fiesta de la Inmaculada renuevan la adhesión a esa asociación que es “una escuela de santidad y de evangelización. Le deseo todo lo mejor en su tarea formativa y apostólica”.

   También se dirigió a los peregrinos de lengua española para confiar a “la Madre de los Redimidos (...) las intenciones y los santos deseos que inspira en nosotros este tiempo de Adviento, así como las necesidades y angustias de aquellos que están privados de libertad, carecen de trabajo o pasan por momentos de dificultad y dolor”.
ANG/        VIS 20111209 (450)

LA IGLESIA DEBE TEMER SOLAMENTE EL PECADO DE SUS MIEMBROS


CIUDAD DEL VATICANO, 9 DIC 2011 (VIS).-A primera hora de la tarde de ayer,  Benedicto XVI se dirigió a la Plaza de España, en Roma, para el tradicional acto de veneración a la imagen de la Inmaculada, situada en lo alto de una columna frente a la  embajada de España ante la Santa Sede.

  Durante el trayecto, el Santo Padre se detuvo ante la iglesia de la Santísima Trinidad, donde recibió el saludo de la asociación de comerciantes “Via Condotti”. Una vez en la plaza de España, el acto comenzó con una oración, seguida por la lectura de un fragmento del Apocalipsis de San Juan, el discurso del Papa y la ofrenda floral a la imagen de la Virgen.

  En su discurso, Benedicto XVI explicó que el texto del Apocalipsis -que habla de una mujer vestida de sol con la luna a sus pies y una corona de doce estrellas- se refiere tanto a la Virgen como a la Iglesia. Por una parte, “la mujer del Apocalipsis es María. (…) El símbolo del vestido luminoso expresa claramente una condición que se refiere a todo su ser: Ella es la ‘llena de gracia’, colmada del amor de Dios”.

  La luna que tiene bajo los pies simboliza la muerte: “María está plenamente asociada a la victoria de Jesucristo, su Hijo, sobre el pecado y la muerte. (…) Del mismo modo que la muerte no tiene ningún poder sobre Jesús resucitado, así, por una gracia y un privilegio singulares de Dios Omnipotente, María la ha dejado tras de sí, la ha superado. Y esto se manifiesta en los dos grandes misterios de su existencia: al inicio, la concepción sin pecado original, que es el misterio que celebramos hoy; y al final, la asunción en alma y cuerpo al Cielo”.

  La corona de doce estrellas sobre la cabeza de la mujer “representa las doce tribus de Israel, y significa que la Virgen María está en el centro del pueblo de Dios, de toda la comunión de los santos. Así, esta imagen (…) nos introduce a la segunda gran interpretación del signo celeste de la ‘mujer vestida de sol’: además de representar a la Virgen, este signo indica a la Iglesia. (…) Está encinta en el sentido de que lleva a Jesús en su seno, y debe darlo a luz al mundo. (…) Precisamente porque lleva a Jesús, la Iglesia encuentra la oposición de un feroz adversario”, simbolizado por un dragón que trata de devorar al hijo de la mujer, aunque “en vano, porque Jesús, mediante su muerte y resurrección, ha ascendido hasta Dios. (…) Por eso el dragón, vencido para siempre en el cielo, dirige sus ataques contra la mujer, la Iglesia, en el desierto del mundo. Pero en todas las épocas, la luz y la fuerza de Dios sostienen a la Iglesia. (…) Y así, a través de todas las pruebas que ha encontrado en el transcurso del tiempo y en las diversas partes del mundo, la Iglesia sufre persecuciones, pero resulta vencedora”.

  “La única insidia que la Iglesia puede y debe temer es el pecado de sus miembros. Mientras que María es Inmaculada, libre de toda mancha de pecado, la Iglesia es santa, pero al mismo tiempo está marcada por nuestros pecados. Por eso el pueblo de Dios, peregrino en el tiempo, se dirige a la Madre celeste y pide su ayuda (…) para que acompañe el camino de la fe, anime el compromiso de la vida cristiana y sostenga la esperanza. Lo necesitamos, sobre todo en este momento tan difícil para Europa y para varias partes del mundo. Que María nos ayude a ver que hay luz más allá de la capa de niebla que parece envolver la realidad”.
BXVI/HOMENAJE INMACULADA                              VIS 20111209 (640)

ACUERDO ENTRE LA SANTA SEDE Y MOZAMBIQUE


CIUDAD DEL VATICANO, 9 DIC 2011 (VIS).-La Secretaría de Estado ha hecho público hoy un comunicado en el que da a conocer la firma de un acuerdo entre la Santa Sede y la República de Mozambique, que tuvo lugar el 7 de diciembre en la sede del ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de dicho país africano.

  En el comunicado se lee que “el acuerdo, el primero de este tipo firmado por un país del África austral, consolida los vínculos de amistad y colaboración existentes entre las dos partes. Se compone de un preámbulo y veintitrés artículos que regulan diversos ámbitos, entre ellos el estatuto jurídico de la Iglesia Católica en Mozambique, el reconocimiento de los títulos de estudio y del matrimonio canónico, y el régimen fiscal”.

 Firmaron el acuerdo el arzobispo Antonio Arcari, Nuncio Apostólico en Mozambique, por la Santa Sede; y Oldemiro Julio Marques Baloi, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, por la República de Mozambique. Asistieron al solemne acto numerosas autoridades de ambas partes.
SS/                                                 VIS 20111209 (180)

OTROS ACTOS PONTIFICIOS


CIUDAD DEL VATICANO, 9 DIC 2011 (VIS).-El Santo Padre:

-Ha aceptado la renuncia del obispo Paul Nkhumische al gobierno pastoral de la diócesis de Polowkane (Sudáfrica) en conformidad con el canon 401 párrafo 2 del CIC y ha nombrado a monseñor Jeremiah Madimetja Masela, administrador apostólico “sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis” de la misma diócesis.

-Ha nombrado a monseñor Nunzio Galantino obispo de Cassano all’Jonio (superficie 1.311, población 107.600, católicos 106.000, sacerdotes 87, religiosos 77, diáconos permanentes 3) en Italia. El obispo electo nació en 1948 en Cerignola (Italia), fue ordenado sacerdote en 1972. Es licenciado en Filosofía y doctor en Teología Dogmática, y ha sido vicerrector del seminario de Foggia (Italia), profesor en el Pontificio Seminario regional de Benevento; párroco y vicario episcopal para la Pastoral, la Cultura y la Formación permanente.  En 1996 fue nombrado capellán de Su Santidad. Desde 2001 es profesor numerario de Antropología en la Facultad Teológica de Italia meridional (Nápoles); y desde 2004, Responsable del Servicio Nacional para los Estudios Superiores de Teología y de Ciencias Religiosas de la Conferencia Episcopal Italia.

  El pasado día 8, el Santo Padre aceptó la renuncia del obispo Geraldo Verdier al gobierno pastoral de la diócesis de Guajará-Mirim en Brasil en conformidad con el canon 401 párrafo 2 del CIC. Le sucede el obispo Benedito Araujo, hasta ahora coadjutor en la misma sede.
RE:NER/        VIS 20111209 (260)
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