CIUDAD DEL VATICANO, 4 ABR 2003 (VIS) - Monseñor Piero Monni, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización Mundial del Turismo, ha intervenido hoy en Roma en la Conferencia Europea para la protección de los niños contra la explotación sexual. La reunión, que se celebra del 3 al 4 de abril, está promovida por la OMT y la Dirección General para el Turismo Italiano y está financiada por la Unión Europea.
"Esta cita -dice una nota de la oficina de monseñor Monni- subraya los problemas ligados con la pederastia, los efectos negativos de este fenómeno y la necesidad de políticas específicas de prevención en la esfera del turismo". Los participantes discutir n también de como combatir más eficazmente la guerra contra la explotación sexual de los menores, de como aplicar o mejorar las leyes existentes contra esa explotación y la necesidad de organizar campañas informativas sobre ese tipo de turismo.
En su discurso, el observador de la Santa Sede definió la explotación de los menores como "una realidad alarmante". Mientras el turismo legítimo aporta beneficios positivos, desde el punto de vista social, económico y cultural a las sociedades, "desde hace algún tiempo nos encontramos con los tent culos, desestabilizadores y repugnantes, del llamado turismo sexual". "El turista sexual -prosiguió- es el hombre o la mujer que organiza períodos de vacaciones con el fin de practicar el sexo con los menores en los países que además de tolerar la prostitución de los menores, hacen propaganda de ella, para atraer a los turistas y conseguir así divisas". Después citó las palabras, sobre este tema, del ministro de Exteriores de Canadá, Lloyd Awxorthy: "El turismo sexual constituye una parte mínima del 'negocio' de la explotación niño como objeto del sexo, pero es de seguro lucrativo y patente".
Monseñor Monni recordó que la carencia de leyes adecuadas al respecto e incluso la connivencia de la policía están entre las causas del enorme aumento del turismo sexual. La situación de la infancia en el mundo está muy lejos de ser satisfactoria, dijo, y recalcó que "millones de niños son víctimas de los desastres de la guerra, de la enfermedad, del trabajo infantil y de la explotación sexual".
El delegado de la Santa Sede habló del papel de la Iglesia en la promoción de un turismo sano y responsable y de los incesantes esfuerzos y los compromisos concretos de las instituciones religiosas en todo el mundo para combatir la explotación de los niños en todas sus formas. "He acompañado personalmente -dijo- a las monjas que salían a altas horas de la noche en jeep por las calles de Bangkok para recoger a los niños a los que se exhibía en locales y centros particulares. Su valor, que desafiaba situaciones dramáticas y grupos criminales, es un recuerdo que llevo siempre conmigo cuando viajo con la OMT por los caminos del mundo".
Monseñor Monni se refirió al final a los recientes esfuerzos de la Iglesia en todo el mundo en la lucha contra la pederastia, especialmente en los Estados Unidos, así como al documento de los obispos norteamericanos titulado "Carta para la protección de los niños y los jóvenes". "No sólo en Europa y en Estados Unidos -subrayó- sino en todos los continentes, las conferencias episcopales se están activando para hacer frente con medios más adecuados a los tent culos de este monstruo desestabilizador que es la pederastia".
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