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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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sábado, 21 de marzo de 2015

El Santo Padre llega al Santuario de la Virgen del Rosario en Pompeya


Ciudad del Vaticano, 21 de marzo 2015 (VIS).-Esta mañana a las 7,00, el Santo Padre salió en helicóptero desde el helipuerto del Vaticano para visitar el popular santuario de la Virgen del Rosario en Pompeya y la ciudad de Nápoles.

El Papa aterrizó cerca del santuario pompeyano a las 8.00 y fue recibido por monseñor Tommaso Caputo, arzobispo de Pompeya y Delegado Pontificio para el santuario y por el alcalde de esa ciudad. Poco después, entraba en el templo donde ante la imagen de la Virgen rezó la ''Pequeña Súplica'' . ''Te entregamos -dice la oración- nuestras miserias, los tantos caminos del odio y la sangre, las mil antiguas y nuevas pobrezas y sobre todo nuestro pecado.. Nos confiamos a tí, Madre de misericordia: consíguenos el perdón de Dios, ayúdanos a construir un mundo según tu corazón''.

Francisco dio las gracias a las numerosas personas que le dieron la bienvenida. ''Gracias, gracias -dijo- por esta acogida tan calurosa. Hemos rezado a la Virgen para que nos bendiga a todos: a vosotros, a mí, a todo el mundo. Necesitamos a la Virgen para que nos proteja. Y rezad por mí, no os olvidéis. ''Ahora os invito a rezar todos juntos un Ave María a la Virgen y luego os daré la bendición''.


Después el Papa volvió a subir al helicóptero para comenzar su visita a Nápoles partiendo, como era su deseo del suburbio napolitano de Scampia donde fue recibido por el cardenal arzobispo de Nápoles Crescenzio Sepe.

El Papa en Scampia invita a luchar por la dignidad


Ciudad del Vaticano, 21 marzo 2015 (VIS).-A las 9,00 el helicóptero del Papa aterrizaba en el campo deportivo del barrio de Scampia, uno de los más poblados de Nápoles, construido principalmente entre 1970 y 1990, y en muchos casos para responder a la emergencia del terremoto que devastó Nápoles en 1980. Es también una de las zonas con el porcentaje más alto de desempleo de toda la península.

Desde el campo deportivo el Papa recorrió en papamóvil la distancia que lo separaba de la Plaza Juan Pablo II donde se encontró con los habitantes del barrio y con los representantes de diversas categorías sociales. Francisco, rodeado de niños, recibió el saludo del cardenal arzobispo de Nápoles, Crescenzio Sepe y de dos personas que le dieron la bienvenida en nombre de los emigrantes y de los trabajadores.

A continuación pronunció un discurso cuyo texto oficial dejó en varias ocasiones de lado, para dialogar abiertamente con los presentes. ''Pertenecéis a un pueblo con una larga historia, atravesada por vicisitudes complejas y dramáticas -dijo- La vida en Nápoles nunca ha sido fácil, pero nunca ha sido triste Este es vuestro recurso más grande, la alegría. El camino diario en esta ciudad, con sus dificultades, su malestar y a veces sus duras pruebas produce una cultura de la vida que siempre ayuda a levantarse después de cada caída, y conseguir que el mal no tenga nunca la última palabra. Es la esperanza, cómo sabéis bien, esta gran herencia, esta "palanca del alma", tan preciosa, pero también tan expuesta al asalto y al robo. El que voluntariamente emprende el camino del mal roba un trozo de esperanza...Lo roba a sí mismo y a tanta gente honrada y trabajadora, al buen nombre de la ciudad, a su economía''.

Después respondió a una inmigrante filipina, que había hablado también en nombre de las personas sin hogar pidiendo una palabra que les asegurase que eran ''hijos de Dios''. Francisco, visiblemente emocionado, contestó que los emigrantes no solo tenían que estar seguros de ser amados y queridos por Dios, sino tener también la certeza de ser ciudadanos y recordó que hacer que se sintieran así era responsabilidad de todos. Más aún, subrayó, que todos en esta tierra somos emigrantes, hijos de Dios en camino, porque ninguno tiene una morada fija en esta tierra.

La falta de trabajo -dijo el Papa al segundo interlocutor- es un signo negativo de nuestro tiempo, de un sistema que descarta a la gente y esta vez el turno les ha tocado a los jóvenes que no pueden esperar en un futuro. El Santo Padre reiteró que el desempleo, el no poder llevar el pan a casa, comporta para el que lo padece, la pérdida de la dignidad. También denunció las formas de explotación laboral, como el trabajo sin contribuciones a la Seguridad Social o a la jubilación y subrayó que no podía llamarse cristiana la persona que propone un trabajo de once horas al día sin seguro de ningún tipo pagado poco y mal y que, ante la perplejidad del trabajador le dice que si no está dispuesto a aceptar hay muchos otros dispuestos a ocupar su puesto. Francisco se refirió a esta forma de explotación como esclavitud e invitó a todos a combatirla de raíz, a luchar por la dignidad y a no callar ante la injusticia.

Por último respondiendo al saludo de un representante de la magistratura, que había hablado de la importancia de la educación para crear ciudadanos honrados, afirmó que sin lugar a dudas el camino de la educación era un camino de esperanza y la mejor prevención para los males.

No dejó tampoco de nombrar a la corrupción, afirmando que una sociedad que cierra las puertas a los emigrantes y no da trabajo a la gente es una sociedad corrupta, una sociedad descompuesta y advirtió, al mismo tiempo, que ninguno de nosotros puede decir que está a salvo de la corrupción, porque es muy fácil caer víctima de ella, es ''un deslizarse hacia los negocios fáciles... hacia la explotación de las personas''. ''Un cristiano que deja entrar dentro de sí la corrupción, no es un cristiano -exclamó- hiede''.

Francisco alentó la presencia y el compromiso de las instituciones ciudadanas porque ''una comunidad no puede progresar sin su respaldo'' e invitó a realizar una ''buena política'', que es un servicio a las personas, que se lleva a cabo sobre todo en ámbito local, donde el peso de las omisiones y los retrasos es todavía más fuerte. ''La buena política es una de las manifestaciones más altas de la caridad, del servicio y del amor''. ''Haced una buena política -exclamó- pero entre vosotros: la política se hace todos juntos''.

''Nápoles -concluyó- está siempre dispuesta a resurgir, haciendo palanca sobre una esperanza forjada con mil pruebas y por lo tanto, un verdadero recurso con que contar siempre. Su raíz está en el ánimo de los napolitanos, en su alegría, en su religiosidad, en su piedad... Os deseo que tengáis el valor de salir adelante con esta alegría... el valor de no robar jamás la esperanza a ninguno... Os deseo que sigáis adelante buscando fuentes de empleo, para que todos tengan la dignidad de llevar el pan a casa y de salir adelante con la limpieza del alma propia, con la limpieza de la ciudad, con la limpieza de la sociedad, para que no haya ese hedor que da la corrupción''.



''No os dejéis robar la esperanza''


Ciudad del Vaticano, 21 de marzo 2015 (VIS).-La Plaza del Plebiscito, en pleno centro de Nápoles y abarrotada de fieles, fue el telón de fondo de la concelebración eucarística presidida por el Papa Francisco esta mañana a las once. El Santo Padre habló en su homilía del pasaje del evangelio de San Juan en el que Jesús en el templo habla de sí mismo como fuente de agua viva y la gente comienza a discutir sobre la veracidad de esa afirmación, mientras los sumos sacerdotes quieren detenerlo ''como se hace en las dictaduras'', comentó el Papa, pero los guardias enviados vuelven con las manos vacías porque han escuchado ''la voz de la verdad''.

''La palabra del Señor, hoy como ayer -explicó el Pontífice- causa siempre una división entre los que la acogen y los que la rechazan. Se trata, a veces, de un contraste interior en nuestros corazones porque experimentamos la fascinación, la belleza y la verdad de las palabras de Jesús, pero al mismo tiempo las rechazamos porque nos ponen en tela de juicio y nos cuesta demasiado observarlas''.

''Hoy he venido a Nápoles para proclamar con vosotros: ¡Jesús es el Señor!, ¡Ninguno habla como El! pero no quiero decirlo sólo, quiero escucharos a todos'' continuó Francisco, invitando a los fieles a repetir esa frase, como hicieron en coro. ''Sólo El tiene palabras de misericordia -continuó- que pueden curar las heridas de nuestro corazón. Sólo Él tiene palabras de vida eterna. La palabra de Cristo es poderosa...Su poder es el del amor: un amor que no conoce límites, un amor que nos hace amar a los demás antes que a nosotros mismos. La palabra de Jesús, el Santo Evangelio, enseña que los verdaderos bienaventurados son los pobres de espíritu, los no violentos, los mansos, los artífices de paz y justicia. Esta es la fuerza que cambia el mundo!''.

''La palabra de Cristo -destacó Francisco- quiere llegar a todos, especialmente a los que viven en las periferias de la existencia, para que encuentren en El el centro de su vida y la fuente de su esperanza. Y nosotros, que hemos tenido la gracia de recibir esta Palabra de vida, estamos llamados a salir, a dejar nuestros recintos y llevar a todos, con ardor, la misericordia, la ternura, la amistad de Dios... Ir y acoger.. Así late el corazón de la Madre Iglesia, y de todos sus hijos. Cuando los corazones se abren al Evangelio, el mundo comienza a cambiar y la humanidad resurge. La Cuaresma que estamos viviendo hace resonar en la Iglesia el eco de esta esperanza mientras caminamos hacia Pascua; en todo el Pueblo de Dios se vuelve a encender la esperanza de resurgir con Cristo''.

''Queridos napolitanos -exclamó el Obispo de Roma- dejad paso a la esperanza, no dejéis que os la roben. No cedáis a la lisonja del dinero fácil o de los ingresos poco honestos. Reaccionad con firmeza contra las organizaciones que explotan y corrompen a los jóvenes, a los pobres y los débiles, con el cínico tráfico de drogas y otros crímenes. ¡Que la corrupción y la delincuencia no desfiguren el rostro de esta hermosa ciudad! A los criminales y todos sus cómplices, hoy, humildemente como un hermano os repito: ¡Convertíos al amor y a la justicia! Déjaos encontrar por la misericordia de Dios! Sed conscientes de que Jesús os busca ..Con la gracia de Dios, que perdona todo y perdona siempre, podéis reemprenden una vida honesta. Os lo piden también las lágrimas de las madres de Nápoles, mezcladas con las de María, la Madre celestial...¡Que estas lágrimas fundan la dureza de los corazones y hagan regresar a todos al camino del bien!''.

''Hoy -finalizó- empieza la primavera y hoy también es el día del rescate para Nápoles: Es mi deseo y mi oración para una ciudad llena de potencialidades, de recursos espirituales, culturales y humanos, y sobre todo de una gran capacidad de amar. Las autoridades, las instituciones, las distintas realidades sociales y los ciudadanos, todos juntos y concordes pueden construir un futuro mejor. Y el futuro de Nápoles no es replegarse, resignada, sobre sí misma, sino abrirse con confianza al mundo. Esta ciudad puede encontrar en la misericordia de Jesús, que hace nuevas todas las cosas, la fuerza para seguir adelante con esperanza... Esperar es ya resistir al mal. Tener esperanza es ver el mundo a través de los ojos y el corazón de Dios. Esperar es apostar por la misericordia de Dios, que es Padre y perdona siempre y perdona todo''.

Acabada la misa, el Papa se desplazó al centro penitenciario de Poggioreale donde almorzó con los reclusos.



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