Ciudad
del Vaticano, 23 de mayo 2015 (VIS).-El Papa ha enviado un mensaje de
saludo y aliento a los participantes en la II Conferencia
Internacional sobre la Mujer -que concluye hoy sus trabajos en Roma-
organizada por el Pontificio Consejo Justicia y Paz en colaboración
con la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas y
con la World Alliance for Life and Family, dedicada al tema ''Mujeres
hacia la agenda para el Desarrollo post-2015: ¿Qué retos de los
Objetivos para el Desarrollo Sostenible?''.
''En
las diversas partes del mundo las mujeres se enfrentan a problemas y
desafíos diferentes -escribe Francisco- En el mundo occidental
todavía sufren, a veces, la discriminación en el lugar de trabajo;
a menudo se ven obligadas a elegir entre el trabajo y la familia; su
vida de novias, esposas, madres, hermanas, abuelas, conoce a menudo
por desgracia la violencia. En los países en desarrollo y en los
más pobres son las mujeres las que llevan el peso más grande sobre
los hombros; las que recorren día a día kilometros en busca de
agua; las que muy a menudo mueren al dar a luz un hijo; las que son
secuestradss para fines de explotación sexual u obligadas al
matrimonio en edad demasiado joven o en contra de su voluntad; a
veces incluso se les niega el derecho a la vida sólo por ser
mujeres. Todas estas cuestiones se reflejan en las propuestas de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible que actualmente se están
discutiendo en las Naciones Unidas''.
''Los
temas relacionados con la vida están intrínsecamente ligadaos a los
sociales; cuando defendemos el derecho a la vida, lo hacemos también
para que esa vida, desde su concepción hasta su fin natural, sea una
vida digna, que no conoce las heridas del hambre y la pobreza, de la
violencia y la persecución. El Papa Benedicto XVI, en su encíclica
''Caritas in veritate'' subrayaba que la Iglesia propone con fuerza
esta relación entre ética de la vida y ética social,consciente de
que 'no puede tener bases sólidas, una sociedad que -mientras afirma
valores como la dignidad de la persona, la justicia y la paz- se
contradice radicalmente aceptando y tolerando las más variadas
formas de menosprecio y violación de la vida humana, sobre todo si
es débil y marginada'.''
''A
vosotros que estáis comprometidos en la defensa de la dignidad de
las mujeres y la promoción de sus derechos, os pido que os dejéis
guiar por el espíritu de humanidad y compasión en el servicio al
prójimo. Que la competencia profesional sea vuestra cualidad
esencial, pero sin individualismo, sin mero activismo, sino con
compromiso generoso. Así haréis surgir los dones inconmensurables
con que Dios ha enriquecido a la mujer, haciéndola capaz de
comprensión y de diálogo para conciliar conflictos grandes y
pequeños, de sensibilidad para sanar las heridas y cuidar de cada
vida, también en el ámbito social, y de misericordia y ternura
para unir a las personas. Estos aspectos, junto con otros, son parte
del "genio femenino" que es necesario que se manifiesta
plenamente en beneficio de toda la sociedad''.
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