Ciudad
del Vaticano, 8 de junio de 2015 (VIS).-Los prelados de la
Conferencia Episcopal de Puerto Rico han sido recibidos esta mañana
en audiencia por el Papa al final de su quinquenal visita ''ad
limina''. En el discurso que entregó a los obispos durante la misma,
Francisco recuerda que en ese archipiélago del Caribe se fundó una
de las tres primeras diócesis que se establecieron en el continente
americano y les invita ''como pregoneros del Evangelio y custodios de
la esperanza de su pueblo,... a continuar escribiendo esa obra de
Dios en sus Iglesias locales, animados por un espíritu de comunión
eclesial, procurando que la fe crezca y la luz de la verdad brille
también en nuestros días''.
''No
gasten energías en divisiones y enfrentamientos, sino en construir y
colaborar -advierte el Papa- Ya saben que, cuanto más intensa es la
comunión, tanto más se favorece la misión. Sepan tomar distancia
de toda ideologización o tendencia política que les puede hacer
perder tiempo y el verdadero ardor por el Reino de Dios. La Iglesia,
por razón de su misión, no está ligada a sistema político alguno,
para poder ser siempre signo y salvaguardia del carácter
trascendente de la persona humana''.
''El
Obispo es modelo para sus sacerdotes y los anima a buscar siempre la
renovación espiritual y a redescubrir la alegría de apacentar su
grey dentro de la gran familia de la Iglesia -observa Francisco-
Ante el próximo Jubileo de la Misericordia, recuerden primero
ustedes y luego los sacerdotes el servicio de ser fieles servidores
del perdón de Dios, sobre todo en el sacramento de la
Reconciliación, que permite experimentar en carne propia el amor de
Dios y ofrecer a cada penitente la fuente de la verdadera paz
interior''.
Refiriéndose
a la tarea de los laicos, el Papa recuerda a los obispos que
''facilitar a los fieles la vida sacramental y ofrecerles una
adecuada formación permanente hace posible que también éstos
puedan cumplir su propia misión '' y manifiesta el deseo de que
animados por el ejemplo de insignes laicos ''como el beato Carlos
Manuel Rodríguez Santiago, modelo de entrega y servicio apostólico,
o el venerable maestro Rafael Cordero y Molina, sigan avanzando por
el camino de una gozosa adhesión al Evangelio, profundizando en la
Doctrina Social de la Iglesia y participando lúcida y serenamente en
los debates públicos que atañen a la sociedad en la que viven.
También
señala el Obispo de Roma que entre las iniciativas que es necesario
consolidar cada vez más está la pastoral familiar, ''ante los
graves problemas sociales que la aquejan: la difícil situación
económica, la emigración, la violencia doméstica, la desocupación,
el narcotráfico, la corrupción. Son realidades que generan
preocupación. Permítanme llamar su atención sobre el valor y la
belleza del matrimonio.... Las diferencias entre hombre y mujer no
son para la contraposición o subordinación, sino para la comunión
y la generación, siempre a ''imagen y semejanza'' de Dios. Sin la
mutua entrega, ninguno de los dos puede siquiera comprenderse en
profundidad El sacramento del matrimonio es signo del amor de Dios
por la humanidad y de la entrega de Cristo por su Esposa, la Iglesia.
Cuiden este tesoro, uno de los ''más importantes de los pueblos
latinoamericanos y caribeños''.
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