Ciudad
del Vaticano, 9 de junio 2013 (VIS).-”Los Diez Mandamientos no son
una limitación, sino una indicación para la libertad”. Este ha
sido el centro del vídeo mensaje del Papa Francisco transmitido ayer
a las 21, 40 a los miles de personas reunidas en la Plaza del Duomo
de Milán para participar en la iniciativa “Diez Plazas para Diez
Mandamientos”, promovida por el movimiento “Renovación en el
Espíritu” en colaboración con el Pontificio Consejo para la Nueva
Evangelización en el contexto del Año de la Fe.
Milán
es la cuarta ciudad protagonista de esta iniciativa que comenzó bajo
el pontificado de Benedicto XVI en septiembre de 2012 y hasta ahora
se ha desarrollado en Roma, Nápoles y Verona. El vídeo mensaje del
Papa Francisco se proyectará en los próximos meses en las plazas de
Bari, Génova, Cagliari, Florencia, Palermo, Bolonia y Turín
“Los
Diez Mandamientos - ha afirmado el Pontífice- son un don de Dios. La
palabra “mandamiento” no está de moda: al hombre de hoy le suena
como algo negativo, como la voluntad de alguien que impone límites...
Y desgraciadamente la historia, también la reciente, está jalonada
de tiranías, de ideologías... que han impuesto y oprimido, que no
buscaban el bien del ser humano, sino el poder, el éxito, el
beneficio. Pero los Diez Mandamientos proceden de un Dios que nos ha
creado por amor, de un Dios que ha establecido una alianza con la
humanidad... Tengamos confianza en Dios... Los Diez Mandamientos nos
indican un camino para recorrer y constituyen también una especie de
“código ético” para la construcción de una sociedad justa a la
medida de la persona. ¡Cuantas desigualdades en el mundo! ¡Cuánta
hambre de comida y de verdad! ¡Cuánta pobreza moral y material se
deriva del rechazo de Dios y de poner en su lugar a tantos ídolos.
Dejémonos guiar por estas Diez Palabras que iluminan y orientan a
los que buscan paz y justicia!”.
“Es
fundamental recordar cuando Dios da al pueblo de Israel, por medio de
Moisés, los Diez Mandamientos. En el Mar Rojo el pueblo había
experimentado la gran liberación; había sentido muy cerca la
potencia y la fidelidad de Dios, del Dios que nos hace libres. Y Dios
mismo, en el Monte Sinaí indica a su pueblo y a todos nosotros el
recorrido para permanecer libres, un recorrido grabado en el corazón
del hombre, como una Ley moral universal. No tenemos que considerar
los Diez Mandamientos como una limitación de la libertad; no, no son
esto; tenemos que verlos como indicaciones para la libertad.. Nos
enseñan a evitar la esclavitud a la que nos reducen tantos ídolos
que nosotros mismos construimos... Nos enseñan a abrirnos a una
dimensión más amplia de la material, a vivir el respeto por las
personas,,, a ser sinceros y honrados en nuestras relaciones, a
custodiar toda la creación y a nutrir a nuestro planeta con ideales
elevados, nobles y espirituales. Seguir los Diez Mandamientos
significa ser fieles a nosotros mismos, a nuestra naturaleza más
auténtica y caminar hacia la libertad verdadera que Cristo nos
enseñó en las Bienaventuranzas”.
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