Ciudad
del Vaticano, 3 junio 2013
(VIS).- El 3 de junio de 1963 moría Angelo Giuseppe Roncalli,
popularmente conocido como el Papa Bueno, tras cinco años de un
pontificado que dejó huella con reformas históricas en la Iglesia.
El
que parecía un pontífice de transición, elegido tras tres días de
cónclave, “supo rejuvenecer a la Iglesia y retomar el diálogo con
el mundo moderno con una confianza afectuosa”, según lo describió
Juan Pablo II cuando en septiembre de 2000 lo declaró beato.
Aunque
Juan XXIII no pudo llegar a ver muchos de los frutos de los cambios
propuestos por él, estos crearon una gran trasformación de época
en la Iglesia católica. Fue un Papa que lucho por traer la paz al
mundo como demostró en su encíclica "Pacem in Terris"
(Paz en la Tierra) de 1963; que revolucionó convocando el Concilio
Vaticano II, modernizando y adecuando la institución a su tiempo y
que reformó la misa que pasó a celebrarse en el idioma local en vez
de en latín.
En
cinco años marcó huella con un pontificado que no pasó
desapercibido y que aun hoy, como dijo él en su día después de
medio siglo, sigue abriendo “las puertas y ventanas para que entre
el aire fresco”, cosa que actualmente se ha comentado mucho tras la
elección del cardenal Bergoglio al que la prensa internacional ha
calificado como el nuevo Roncalli.
Papa
Francisco recibirá hoy, en la basílica de San Pedro, a dos mil
peregrinos provenientes de Bérgamo, Italia, para recordar al Beato
Juan XXIII que supo ganarse el aprecio y el cariño de los fieles
gracias a su carácter bondadoso, cordial y sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario