Ciudad
del Vaticano, 2 de junio de 2013 (VIS).-Después de rezar el Ángelus,
el Papa ha manifestado su viva preocupación por la persistencia del
conflicto que desde hace más de dos años “inflama Siria y golpea
especialmente a la población inerme, que aspira a una paz en la
justicia y la comprensión”.
“Esta
atormentada situación de guerra -ha reiterado el Santo Padre-
acarrea trágicas consecuencias: muerte, destrucción, ingentes daños
económicos y ambientales, como también la plaga de los secuestros
de personas. Deploro estos hechos y aseguro mi oración y mi
solidaridad a las personas secuestradas y a sus familiares y hago un
llamamiento a la humanidad de los secuestradores para que liberen a
sus víctimas”.
Pero
el Santo Padre ha señalado igualmente que si en el mundo hay tantas
situaciones de conflicto, también hay “tantos signos de esperanza”
y en este sentido ha alentado los pasos que se han dado en varios
países de América Latina para la reconciliación y la paz y ha
pedido que los acompañemos con nuestras oraciones.
Por
último ha recordado la Misa que ha celebrado esta mañana con
algunos militares y con los familiares de diversos italianos caídos
en misiones “que intentan promover la reconciliación y la paz en
países en los que, todavía, se derrama tanta sangre fraterna en
guerras que son siempre una locura. “Todo se pierde con la guerra.
Todo se gana con la paz. Pido una oración por los caídos, los
heridos y sus familiares”, ha
exclamado el Papa, rogando por primera vez a los presentes en la
Plaza de San Pedro una oración silenciosa; “en el silencio de
nuestros corazones” por los caídos en las operaciones de paz.
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