Ciudad
del Vaticano, 15 de junio de 2015 (Vis).-Se ha publicado hoy la
homilía, en español, que el Papa Francisco pronunció el pasado
viernes en la basílica de San Juan de Letrán durante el III Retiro
Mundial de los Sacerdotes, promovido por el International Catholic
Charismatic Renewal Services (ICCRS) y de la Catholic Fraternity,
dedicado al tema ''Llamados a la santidad para la nueva
evangelización'', cuyo hilo conductor era la Exhortación Apostólica
Evangelii gaudium. Antes de la celebración eucarística el Santo
Padre reflexionó en alta voz con los presentes sobre el argumento
''Transformados por el amor y para el amor'' y respondió a cinco
preguntas de los presentes. Sigue un extracto de la homilía centrada
en la ternura de Dios
''Qué
lindo escuchar Dios me enseña a caminar, el Omnipotente se abaja y
me enseña a caminar.... Y la cercanía de Dios es ésta ternura: me
enseñó a caminar, sin Él yo no sabría caminar en el Espíritu''.
''Cuántas
veces pienso que le tenemos miedo a la ternura de Dios, y porque le
tenemos miedo a la ternura de Dios, no dejamos que se experimente en
nosotros y por eso tantas veces somos duros, severos, castigadores,
somos pastores sin ternura. ¿Qué nos dice Jesús en el capítulo XV
de Lucas, de aquel pastor que notó que tenía solamente noventa y
nueve ovejas y le faltaba una, que las dejó bien cuidaditas cerradas
con llave y se fue a buscar a la otra, que estaba enredada ahí entre
los espinos y no le pegó, no la retó, la tomó en sus brazos, en
sus hombros y la trajo y la curó, si estaba herida. ¿Hacés lo
mismo vos con tus feligreses, cuando notás que no hay uno en el
rebaño o nos hemos acostumbrado a ser una Iglesia que tiene una sola
oveja en el rebaño y dejamos que noventa y nueve se pierdan en el
monte?''.
''Hoy
les pido a ustedes en este Retiro que sean pastores con ternura de
Dios, que dejen el látigo colgado en la sacristía y sean pastores
con ternura, incluso con los que le traen más problemas. Es una
gracia, es una gracia divina. Nosotros no creemos en un Dios etéreo,
creemos en un Dios que se hizo carne, que tiene un corazón, y ese
corazón hoy nos habla así: ''vengan a mí si están cansados,
agobiados, yo los voy a aliviar, pero a los míos, a mis pequeños
trátenlos con ternura, con la misma ternura con que los trato yo''
Eso nos dice el corazón de Cristo hoy y es lo que en esta misa pido
para ustedes y también para mí''.
En
el curso de la celebración eucarística el Papa entregó a los
sacerdotes el mandato misionero.
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