Ciudad
del Vaticano, 15 de junio de 2015 (Vis).- Ayer tarde el Papa
Francisco inauguró en la Plaza de San Pedro el Congreso eclesial de
la diócesis de Roma cuyo tema este año es : ''Os transmitimos lo
que hemos recibido. Nosotros, padres, testigos de la belleza de la
vida''. El encuentro se abrió con el saludo del cardenal Agostino
Vallini, Vicario de Su Santidad para la diócesis romana, y una
oración de invocación al Espíritu Santo. A continuación el Santo
Padre dirigió un discurso improvisado a las familias, catequistas,
sacerdotes y agentes de la pastoral del que reproducimos diversos
párrafos.
''Nuestra
ciudad debe renacer espiritual y moralmente, porque parece que todo
es lo mismo, todo es relativo; que el Evangelio es una hermosa
historia, agradable de leer, pero se queda allí, como una idea.¡
No llega al corazón! Nuestra ciudad necesita este renacimiento. Y
este compromiso es muy importante cuando se trata de educar a los
niños y los jóvenes, de los que sois responsables vosotros, los
padres''.
''Esta
tarde me gustaría reflexionar con vosotros sobre algunos simples
palabras que expresan el misterio de vuestro ser padres. No sé si
lograré decir todo lo que quiero, pero al menos me gustaría hablar
de la vocación, la comunión y la misión''.
''La
primera palabra es vocación. San Pablo escribe que de Dios se deriva
toda paternidad y también podemos agregar toda maternidad. Todos
somos hijos, pero ser padre y madre es una llamada de Dios. Es una
llamada de Dios y es una vocación. Dios es el amor eterno que se da
incesantemente y nos llama a la existencia. Es un misterio, que la
Providencia ha confiado, en particular, al hombre y a la mujer,
llamados a amarse completamente y sin reservas, cooperando con Dios
en este amor y transmitiendo la vida a sus hijos. El Señor os ha
elegido para amar y transmitir la vida. Vuestros hijos, necesitan
descubrir , viendo vuestra vida, que amarse es hermoso. No os
olvidéis nunca de que los niños os miran siempre. Los
niños,antes que vivir en una casa hecha de ladrillos, viven en
otra casa, aún más esencial: en la del amor mutuo de sus padres''.
''La
segunda palabra, el segundo pensamiento para reflexionar es comunión
... Ser padres se basa en la diversidad de ser, como recuerda la
Biblia, varón y hembra. Esta es la "primera" y más
fundamental diferencia, constitutiva del ser humano. Y es una
riqueza. Las diferencias son riquezas ... ... Nosotros, los hombres
aprendemos a reconocer, a través de los personajes femeninos que
encontramos en la vida, la belleza extraordinaria de que es portadora
la mujer. Y las mujeres hacen un camino similar, aprendiendo de las
figuras masculinas que el hombre es diferente y tiene su propia forma
de sentir, de comprender, de vivir. Y esta comunión en la diversidad
es también muy importante para la educación de los niños''.
''Es
muy doloroso cuando una familia vive una tensión que no se puede
resolver, una fractura que no se puede curar. Es doloroso. Un padre y
una madre cuando ven los primeros signos, tienen el deber, por ellos
mismos y por sus hijos de buscar ayuda,de obtener ayuda. ... E
incluso cuando la separación – tenemos que hablar también de
esto - parece inevitable, sabed que la Iglesia os lleva en el
corazón. Y vuestra tarea educativa no se interrumpe: vosotros sois
y seréis siempre papá y mamá, que no pueden vivir juntos por
heridas, por problemas. Por favor, buscad siempre la comprensión, la
cooperación, la armonía por el bien y la felicidad de vuestros
hijos''.
''Y
el don del matrimonio, que es tan hermoso, también tiene una misión.
Una misión que es muy importante. ¡Sois colaboradores del Espíritu
que os susurra las palabras de Jesús! Sedlo también para vuestros
hijos! Sed misioneros de vuestros hijos. Ellos aprenderán de
vuestros labios y de vuestra vida que seguir al Señor da entusiasmo,
ganas de hacer cosas por los demás, siempre da esperanza, incluso
frente a la dificultad y dolor, porque nunca estás solo, sino
siempre con el Señor y con los hermanos''.
''Y
no iba a terminar sin decir una palabra a los abuelos, que tienen la
sabiduría de un pueblo, que son la memoria de un pueblo, la
sabiduría de la familia.... Los abuelos que salvaron la fe en
muchos países en los que estaba prohibido practicar la religión y
llevaban a los niños a escondidas para que los bautizaran; los
abuelos que enseñan las oraciones''.
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