Ciudad
del Vaticano, 15 de junio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco ha
recibido esta mañana a los representantes de la Iglesia Husita
checoslava y de la Iglesia evangélica de los Hermanos Checos venidos
a Roma para celebrar una liturgia de reconciliación con motivo del
600 aniversario de la muerte del reformador Jan Hus, iustre
predicador y rector de la Universidad de Praga, cuyo suplicio fue ya
lamentado por san Juan Pablo II en 1999 que lo incluyó entre los
reformadores de la Iglesia.
''A
la luz de esa consideración -ha dicho Francisco- es necesario
continuar el estudio sobre la persona y la obra de Jan Hus, que ha
sido durante mucho tiempo un tema de controversia entre los
cristianos, mientras que hoy se ha convertido en un motivo para el
diálogo. Esta investigación, llevada a cabo sin condicionamientos
ideológicos, brindará un importante servicio a la verdad histórica,
a todos los cristianos y a la sociedad, incluso más allá de las
fronteras de vuestra nación''.
''El
encuentro de hoy nos da la oportunidad de renovar y profundizar las
relaciones entre nuestras comunidades -ha añadido- Muchas disputas
del pasado piden ser revisadas a la luz del nuevo contexto en el que
vivimos, y llegaremos a acuerdos y convergencias si enfrentamos
las tradicionales cuestiones conflictivas con una mirada nueva. Por
encima de todo, no podemos olvidar que la profesión común de fe en
Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la que fuimos
bautizados, ya nos une en lazos de auténtica fraternidad''.
''El
Concilio Vaticano II -ha recordado- afirmaba que "la
renovación de la Iglesia, que "consiste esencialmente en el
aumento de la fidelidad a su vocación … es, sin duda, la base del
movimiento hacia la unidad ... Esta renovación, por tanto, tiene
gran importancia ecuménica''- Hoy en día, en particular, la
necesidad de una nueva evangelización de tantos hombres y mujeres
que parecen indiferentes a la alegre noticia del Evangelio, hace
improrrogable el deber de renovación de toda estructura eclesial,
de forma que favorezca la respuesta positiva de todos aquellos a
quienes Jesús ofrece su amistad . Y la comunión visible entre los
cristianos seguramente hará más creíble el anuncio''.
''Respondiendo
a la llamada de Cristo a la conversión continua, que todos
necesitamos, podemos avanzar juntos en el camino de la reconciliación
y la paz. A lo largo de este camino aprendemos, por la gracia de
Dios, a reconocernos unos a otros como amigos y a considerar las
motivaciones de los demás bajo la mejor luz posible. En este sentido
espero que se desarrollen lazos de amistad a nivel de las comunidades
locales y de las parroquias. Con estos sentimientos me uno
espiritualmente a la liturgia penitencial que celebraréis aquí en
Roma. Dios, rico de misericordia, nos conceda la gracia de
reconocernos todos pecadores y de sabernos perdonar unos a otros'',
finalizó el Obispo de Roma.
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