Ciudad
del Vaticano, 5 mayo 2014
(VIS).- ''Pedro es testimonio de la esperanza que hay en Cristo... es
el punto de referencia para el resto de la comunidad, porque se funda
sobre la Roca que es Cristo.. así fue Juan Pablo II, verdadera
piedra anclada en la gran roca''. Con estas palabras, el Papa
Francisco comenzó su homilía en la iglesia romana de San Estanislao
el domingo por la mañana junto a la comunidad polaca para dar
gracias al Señor por la canonización de Juan Pablo II. Francisco
recordó que el nuevo santo durante su pontificado visitó esa
iglesia más de 80 veces ''en los momentos de tristeza y abatimiento,
cuando todo parecía perdido -dijo- no perdía la esperanza, porque
su fe y su esperanza estaban enraizadas en Dios. Y por eso era
piedra, roca para esta comunidad''.
El
Obispo de Roma observó que el pueblo polaco sabe que para entrar en
la gloria hay que pasar por la pasión y la cruz ''y lo sabe no
porque lo haya estudiado sino porque lo ha vivido. San Juan Pablo II,
-continuó- como hijo digno de su patria, siguió este camino. Lo
siguió de una manera ejemplar, recibiendo de Dios un despojo total.
Por esta razón, su carne reposa en la esperanza".
El
Papa preguntó a los presentes si estaban dispuestos a seguir también
ellos por este camino y les recordó como san Pedro, por voz de san
Juan Pablo II, pide que nos comportemos con temor de Dios durante el
tiempo que vivamos aquí abajo como extranjeros. ''Somos caminantes,
-destacó- pero no errantes. ¡En camino, pero sabemos a dónde
vamos! El errante no lo sabe. Somos peregrinos, pero no vagabundos
-como decía san Juan Pablo II''.
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