CIUDAD DEL VATICANO, 27 MAR 2004 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, C.S., observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, intervino el 22 de marzo durante la LX sesión de la Comisión de Derechos Humanos en el curso del debate sobre el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y todas las formas de discriminación. La sesión comenzó el 15 de marzo y concluirá el 23 de abril.
En su intervención, publicada hoy, el nuncio observa que "la herida del racismo sigue emponzoñando las relaciones humanas. Las formas que asumen las manifestaciones contemporáneas del racismo son evidentes en las actitudes espontáneas, toleradas oficialmente o a veces institucionalizadas. En los acontecimientos recientes, la intolerancia, basada en la idea de superioridad de grupo, fundada en el origen del grupo o de las características que se le atribuyen, provoca nuevas violencias y muertes, limpiezas étnicas, oleadas de refugiados y miseria indecible".
En la lucha actual contra el racismo, afirmó el arzobispo Tomasi, "la piedra angular sigue siendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con sus principios de igualdad sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de grupo nacional o social de pertenencia, propiedad, nacimiento u otra condición".
"El reto que debemos afrontar es llevar a la práctica las normas que protegen los derechos humanos y se proponen, en particular, la eliminación de cualquier forma de racismo y de intolerancia relacionada. (…) Para lograr esos objetivos es necesario partir de la actitud de aceptación del 'otro' y del aprecio auténtico de la multiplicidad de dones con que los grupos humanos y las culturas contribuyen a la tarea de la familia humana".
Al final, el arzobispo, afirmó que la "batalla contra el racismo y todas las formas de intolerancia será satisfactoria si la dignidad humana y la igualdad se reconocen como los fundamentos verdaderos de las relaciones sociales".
DELSS/RACISMO/GINEBRA:TOMASI VIS 20040329 (290)
En su intervención, publicada hoy, el nuncio observa que "la herida del racismo sigue emponzoñando las relaciones humanas. Las formas que asumen las manifestaciones contemporáneas del racismo son evidentes en las actitudes espontáneas, toleradas oficialmente o a veces institucionalizadas. En los acontecimientos recientes, la intolerancia, basada en la idea de superioridad de grupo, fundada en el origen del grupo o de las características que se le atribuyen, provoca nuevas violencias y muertes, limpiezas étnicas, oleadas de refugiados y miseria indecible".
En la lucha actual contra el racismo, afirmó el arzobispo Tomasi, "la piedra angular sigue siendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, con sus principios de igualdad sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de grupo nacional o social de pertenencia, propiedad, nacimiento u otra condición".
"El reto que debemos afrontar es llevar a la práctica las normas que protegen los derechos humanos y se proponen, en particular, la eliminación de cualquier forma de racismo y de intolerancia relacionada. (…) Para lograr esos objetivos es necesario partir de la actitud de aceptación del 'otro' y del aprecio auténtico de la multiplicidad de dones con que los grupos humanos y las culturas contribuyen a la tarea de la familia humana".
Al final, el arzobispo, afirmó que la "batalla contra el racismo y todas las formas de intolerancia será satisfactoria si la dignidad humana y la igualdad se reconocen como los fundamentos verdaderos de las relaciones sociales".
DELSS/RACISMO/GINEBRA:TOMASI VIS 20040329 (290)
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