CIUDAD DEL VATICANO, 11 DIC 2002 (VIS) - El arzobispo John P. Foley, presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, habló ayer por la tarde en un encuentro celebrado en Montecarlo (Mónaco) sobre el tema: "La responsabilidad social corporativa, la dignidad y los derechos humanos".
El arzobispo recordó que su dicasterio había publicado en los últimos años varios documentos sobre la ética: en la publicidad, en las comunicaciones y en internet, en los que se ponen de relieve "tres principios fundamentales que valen para todo tipo de comunicación: verdad, dignidad de la persona humana y bien común".
"La dignidad de la persona humana puede ser enaltecida o dañada por la publicidad y en realidad por todos los medios de comunicación. ¿Con cu nta frecuencia -preguntó- vemos anuncios en los que se trata a los individuos -especialmente a las mujeres- como objetos, y a menudo como objetos sexuales? ¿Con cu nta frecuencia percibimos que la publicidad no busca contribuir positivamente al bienestar de los individuos sino que persigue obtener un mayor beneficio? Los individuos llegan a ser vistos como cifras y no como seres humanos a los que hay que servir".
"La persona y la comunidad humana -dijo- son el fin y quienes evalúan el uso de los medios de comunicación. Para lograr el desarrollo integral de las personas, la comunicación debe ser interpersonal". El desarrollo integral exige, concluyó, "considerar la 'dimensión interior', una dimensión que es al menos moral si no religiosa y espiritual. (...) Los individuos tienen una dignidad irreducible y una importancia y no pueden ser sacrificados por intereses colectivos".
...;ETICA; PUBLICIDAD;...;MONACO; FOLEY;VIS;20021211;280;
El arzobispo recordó que su dicasterio había publicado en los últimos años varios documentos sobre la ética: en la publicidad, en las comunicaciones y en internet, en los que se ponen de relieve "tres principios fundamentales que valen para todo tipo de comunicación: verdad, dignidad de la persona humana y bien común".
"La dignidad de la persona humana puede ser enaltecida o dañada por la publicidad y en realidad por todos los medios de comunicación. ¿Con cu nta frecuencia -preguntó- vemos anuncios en los que se trata a los individuos -especialmente a las mujeres- como objetos, y a menudo como objetos sexuales? ¿Con cu nta frecuencia percibimos que la publicidad no busca contribuir positivamente al bienestar de los individuos sino que persigue obtener un mayor beneficio? Los individuos llegan a ser vistos como cifras y no como seres humanos a los que hay que servir".
"La persona y la comunidad humana -dijo- son el fin y quienes evalúan el uso de los medios de comunicación. Para lograr el desarrollo integral de las personas, la comunicación debe ser interpersonal". El desarrollo integral exige, concluyó, "considerar la 'dimensión interior', una dimensión que es al menos moral si no religiosa y espiritual. (...) Los individuos tienen una dignidad irreducible y una importancia y no pueden ser sacrificados por intereses colectivos".
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