Ciudad
del Vaticano, 24 marzo 2014
(VIS).-Gratitud por el gran trabajo de evangelización que se lleva a
cabo en Guinea, a pesar de la escasez de medios materiales e
invitaciones a la unidad, la reconciliación y el diálogo con los
miembros de otras religiones, son los puntos claves del discurso que
ha entregado el Papa a los obispos de la Conferencia Episcopal de
Guinea a quienes ha recibido esta mañana en audiencia al final de su
visita “ad Limina”.
“Los
discípulos de Cristo -escribe el Pontífice- forman un cuerpo vivo
que manifiesta la alegría del evangelio por el entusiasmo de la fe,
aunque las condiciones en que se anuncia la Buena Nueva sean, a
menudo, difíciles. Desde un punto de vista puramente humano los
medios de evangelización pueden parecer irrisorios. Lejos de
desalentaros no debéis olvidar jamás que se trata de la obra de
Jesús mismo , más allá de todo lo que podamos descubrir y
comprender . Sin embargo , para que el Evangelio toque y convierta
los corazones profundamente , debemos recordar que sólo si estamos
unidos en el amor podemos dar testimonio de la verdad del
Evangelio... Las discordias entre los cristianos son el mayor
obstáculo para la evangelización. Favorecen el desarrollo de
grupos que se aprovechan de la pobreza y la credulidad de la gente
para proponer soluciones fáciles, pero ilusorias a sus problemas.
En un mundo herido por tantos conflictos étnicos, políticos y
religiosos , las comunidades deben ser "auténticamente
fraternas y reconciliadas porque eso es siempre una luz que atrae ".
Dios nos da la gracia, si sabemos acogerla, para hacer que la unidad
sea superior al conflicto”.
Francisco
recuerda posteriormente que para que el anuncio del Evangelio sea
fructífero toda la existencia debe ser coherente con lo que se
anuncia. Da las gracias a los obispos por haber instituido, para este
fin, centros de formación de laicos y catequistas y les pide que
sostengan a las familias que deben vivir sin ambigüedad un
matrimonio cristiano, ya que la poligamia está todavía muy
difundida en el país. También les sugiere que inviten a a los
jóvenes a “dar testimonio de su fe comprometiéndose en la
sociedad , demostrando así el apego a su país. En colaboración con
los diferentes sujetos de la vida social deben ser siempre y en
todas partes artesanos de la paz y la reconciliación en la lucha
contra la pobreza extrema a la que Guinea se enfrenta . En esta
perspectiva a pesar de las dificultades, os animo -escribe- a
profundizar las relaciones con vuestros compatriotas musulmanes ,
aprendiendo mutuamente a aceptar modos de ser, de pensar y de
expresarse diferentes”.
No
olvida el Papa a los religiosos y religiosas que en Guinea
“manifiestan el amor de Cristo a través de su obra de asistencia a
la población , tanto en el ámbito sanitario como en el de la
educación y la instrucción...llevando a cabo un verdadero acto de
evangelización, y dando un auténtico testimonio de la ternura de
Dios para todos los hombres , especialmente para los más pobres y
los más débiles; un testimonio que toca los corazones y arraiga
sólidamente la fe de los fieles”. A pesar de la escasez de
recursos, Francisco suplica a los prelados que los sostengan siempre
“tanto en lo espiritual como en lo material para que perseveren con
valentía en la obra de evangelización y de promoción social”.
Los
últimos párrafos están dedicados a los sacerdotes, cuyo número en
el país es todavía exiguo. El Santo Padre se congratula por la
reciente apertura del Seminario Mayor Benedicto XVI que da
esperanzas para el futuro y subraya que el ejemplo de los sacerdotes
que viven su vocación con alegría es capital para los nuevos
presbíteros que deben “aprender a vivir en verdad las exigencias
del celibato eclesiástico, así como la relación justa con los
bienes materiales rechazando la mundanidad y el arribismo - porque el
sacerdocio no es un medio de ascenso social -, así como el
compromiso real con los más pobres”.
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