Ciudad
del Vaticano, 14 septiembre 2013
(VIS).-Caminar, construir, confesar. El Papa Francisco indicó este
itinerario -el mismo que propuso al inicio de su ministerio- a los
participantes en la peregrinación de la Orden Ecuestre del Santo
Sepulcro a Roma con motivo del Año de la Fe durante la audiencia que
tuvo con ellos el viernes por la tarde en el Aula Pablo VI.
La
peregrinación, dijo, para explicar el primer término, es un símbolo
de la vida humana y cristiana y “cada uno de nosotros puede ser
“errante” o “peregrino”. En nuestro tiempo hay muchas
personas “errantes” porque carecen de un ideal de vida y a menudo
son incapaces de dar un sentido a lo que sucede en el mundo. Con el
signo de la peregrinación demostráis la voluntad de no ser
errantes. Vuestro camino está en la historia, en un mundo cuyos
confines se ensanchan, caen muchas barreras y nuestras sendas se
entrecruzan cada vez más con las de los otros. Sed testigos del
sentido profundo, de la luz que da la fe; conservad la gran riqueza
de valores y de sabiduría del pasado, pero viviendo intensamente el
presente, comprometiéndoos con el hoy, con la mirada hacia el
futuro, abriendo horizontes de esperanza con vuestra obra para dar un
rostro más humano a la sociedad”.
“La
Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén tiene una historia
casi milenaria y la vuestra es una de las órdenes caritativas más
antiguas todavía activas. Construid con la caridad, con la compasión
y el amor”, dijo Francisco, subrayando, en ese sentido, que esta
peregrinación tenía también el fin de ayudar a los habitantes de
Tierra Santa, sobre todo a los más necesitados “que atraviesan
por momentos de sufrimiento, de tensión y temor. Y también a
nuestros hermanos cristianos que sufren tanto. A todos, cristianos y
no cristianos, los saludo y los abrazo con tanto afecto y les aseguro
mi oración diaria”.
Pero
el caminar para construir nace “del confesar cada vez más
profundamente la fe, del compromiso continuo de alimentar la vida
espiritual y de una formación permanente para una vida cristiana
siempre más auténtica y coherente. Este es un punto importante para
cada uno de vosotros y para toda la Orden: ...la profesión de fe y
el testimonio de la caridad están estrechamente unidos y son puntos
de fuerza de vuestra acción”.
“Un
vínculo antiguo -concluyó- os une al Santo Sepulcro, memoria
perenne de Cristo crucificado que allí fue depositado y de Cristo
resucitado que venció a la muerte. Jesucristo, crucificado y
resucitado, sea realmente el centro de vuestra existencia y de
cualquier proyecto personal o asociativo. Creed en la potencia
redentora de la Cruz y de la Resurrección para dar esperanza y paz.
¡De forma especial la Tierra de Jesús las necesita tanto!. La fe no
aleja de las responsabilidades que todos estamos llamados a asumir;
al contrario llama y empuja a un compromiso concreto para una
sociedad mejor”.
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