Ciudad
del Vaticano, 2 mayo 2013
(VIS).-El cardenal Jean-Louis Tauran y el Padre Miguel Angel Ayuso
Guixot, MCCJ respectivamente presidente y secretario del Pontificio
Consejo para el Diálogo Interreligioso firman el mensaje que, con
motivo de la festividad de Vesakh, ese dicasterio dirige anualmente a
los seguidores del budismo.
Vesakh
es la principal festividad budista que recuerda los tres momentos
fundamentales de la vida de Gautama Buda. Según la tradición, el
Buda histórico nació, obtuvo la iluminación y desapareció
alcanzando el Nirvana durante la luna llena del mes de mayo. Es, por
lo tanto, una festividad móvil que este año cae el 25 de este mes.
En estos días los seguidores del budismo decoran sus hogares con
flores y los perfuman con incienso, visitan los templos locales,
escuchan las enseñanzas de los monjes y les ofrecen dones.
El
mensaje de este año se titula “Cristianos y budistas juntos en el
amor, la defensa y la promoción de la vida humana”. Ofrecemos a
continuación el texto integral:
“En
nombre del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ,
quiero manifestaros a todos mis más sinceros saludos y buenos deseos
con motivo de la celebración de la fiesta de Vesakh que, a nosotros
los cristianos, nos brinda la oportunidad de renovare nuestro diálogo
amistoso y nuestra estrecha colaboración con las diferentes
tradiciones que representáis.
“El
Papa Francisco, en el comienzo de su ministerio reafirmó la
necesidad de diálogo y de amistad entre los seguidores de diferentes
religiones, señalando que "la Iglesia es (...) consciente de
la responsabilidad que todos tenemos con nuestro mundo, con la
creación entera que debemos amar y custodiar. Y podemos hacer mucho
por el bien de los que son más pobres, de los más débiles, de los
que sufren, para promover la justicia, para promover la
reconciliación, para construir la paz. . El Mensaje de la Jornada
Mundial de la Paz de 2013, titulado "Bienaventurados los que
trabajan por la Paz", señala:” El camino para la realización
del bien común y de la paz pasa ante todo por el respeto de la vida
humana, considerada en sus múltiples aspectos, desde su concepción,
en su desarrollo y hasta su fin natural. Auténticos trabajadores por
la paz son, entonces, los que aman, defienden y promueven la vida
humana en todas sus dimensiones: personal, comunitaria y
transcendente. La vida en plenitud es el culmen de la paz. Quien
quiere la paz no puede tolerar atentados y delitos contra la vida.
Quiero
expresar el sincero respeto por la Iglesia Católica por vuestra
noble tradición religiosa. A menudo observamos una consonancia con
los valores expresados también en vuestros textos religiosos: el
respeto a la vida, la contemplación, el silencio, la sencillez
Nuestro auténtico diálogo fraterno requiere que nosotros, budistas
y cristianos , desarrollemos lo que tenemos en común, y sobre todo
el profundo respeto por la vida que compartimos.
Queridos
amigos budistas vuestro primer precepto os enseña a absteneros
de destruir la vida de todos los seres que sienten prohibiendo que
uno mismo se mate o que mate a los demás. La piedra angular de
vuestra ética reside en la bondad hacia todos los seres. Los
cristianos creen que el núcleo de la enseñanza moral de Jesús es
doble: el amor de Dios y el amor del prójimo. Jesús dice: “Como
mi Padre me ha amado, así yo os amo a vosotros. Permaneced en mi
amor. Y el quinto mandamiento cristiano "No matarás", está
en perfecta armonía con vuestro primer precepto. La Nostra Aetate
enseña que "la Iglesia católica no rechaza nada de lo que en
estas religiones hay de santo y verdadero". Creo, por lo tanto,
que tanto para los budistas como para los cristianos urja crear un
clima de paz para amar, defender y promover la vida humana, sobre la
base del patrimonio auténtico de nuestras tradiciones religiosas”.
“Como
todos sabemos, a pesar de estas nobles enseñanzas sobre la santidad
de la vida humana, el mal contribuye de diversas formas a la
deshumanización de la persona, debilitando el sentido de humanidad
de los individuos y las comunidades. Esta trágica situación exige
que budistas y cristianos, unamos nuestras fuerzas para
desenmascarar las amenazas a la vida humana y despertar la conciencia
ética de nuestros respectivos seguidores para generar un
renacimiento moral y espiritual de los individuos y de la sociedad
con el fin de ser verdaderos constructores de paz, amando,
defendiendo y promoviendo la vida humana en todas sus dimensiones”
“Sigamos
trabajando con compasión y hermandad renovadas para aliviar el
sufrimiento de la familia humana, tutelando la santidad de la vida
humana. Con este espíritu os renuevo mis mejores deseos para una
fiesta de Vesakh pacífica y alegre”.
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