Ciudad
del Vaticano, 31 enero 2013
(VIS).-Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha
tenido lugar la presentación de la Asamblea Plenaria anual del
Pontificio Consejo de la Cultura que estará dedicada al tema
“Culturas juveniles emergentes”, y que tendrá lugar del 6 al 9
de febrero. Han intervenido el cardenal Gianfranco Ravasi, Presidente
del Pontificio Consejo de la Cultura, el obispo Carlos Alberto de
Pinho Moreira Azevedo, delegado de ese dicasterio, el
padre Enzo Fortunato, O.F:M. Conv., director de la Oficina de Prensa
del Sacro Convento de Asís y dos representantes de la
juventud: el italiano Alessio Antonielli y la malgache Farasoa Mihaja
Bemahazaka.
En
un texto pronunciado hace pocos días en el convento de San Francisco
en Asís para presentar este evento el cardenal Ravasi afirmaba que
su campo de interés privilegiado era “la cultura de los jóvenes”
y escribía: “Su caminar por las calles con los oídos tapados por
los auriculares con los que escuchan música señala que están
"desconectados" de la insoportable complejidad social,
política y religiosa que hemos creado los adultos. En cierto sentido
se calan la visera para autoexcluirse porque les hemos excluido con
nuestra corrupción e incoherencia, con la precariedad, el desempleo,
la marginación. Tendríamos que hacer un examen de conciencia los
padres, los maestros, los sacerdotes, la clase dirigente.
Efectivamente, la "diversidad" de los jóvenes, no es sólo
negativa, sino que contiene semillas sorprendentes de fertilidad y
autenticidad. Baste pensar en el voluntariado que abarca a un amplio
horizonte de jóvenes, en su pasión por la música, por el deporte,
por la amistad, que es una manera de decirnos que el hombre no vive
sólo de pan; pensemos en su espiritualidad tan original, en su
sinceridad, en la libertad oculta bajo un manto de aparente
indiferencia”.
“Por
estas y muchas otras razones -concluía el Presidente del Pontificio
Consejo de la Cultura- me interesan los jóvenes que son el
presente (y no sólo el futuro) de la humanidad. De los cinco mil
millones de personas que viven en países en desarrollo, más de la
mitad son menores de 25 años (85 % de los jóvenes de todo el
mundo). Y por esto, dejando aparte el siempre necesario análisis
objetivo socio-psicológico de la fe en los jóvenes, es decir, el
significado de la presencia religiosa en ellos, preferiría apostar
por la fe en los jóvenes, es decir, por la confianza en sus
posibilidades, incluso cuando están sepultas bajos esas diferencias
que, a primera vista, me impresionan ".
El
obispo Azevedo en su intervención en la conferencia de prensa ha
ilustrado el programa de la plenaria especificando que el objetivo es
“indagar con objetividad el fenómeno nuevo, complejo y fragmentado
de las culturas juveniles con la ayuda de expertos y escuchando el
parecer de los miembros y consultores del Pontificio Consejo de la
Cultura. Solo la apertura será pública en el Aula Magna de la
universidad LUMSA, con la novedad de un concierto de rock que
precederá la primera conferencia. En el documento de trabajo enviado
a todos los participantes se clarifica nuestra perspectiva de
análisis cultural de las transformaciones en los adolescentes y en
los jóvenes que ponen en tela de juicio las prácticas
evangelizadoras”.
“Hace
algunos días -ha comentado- la Organización Internacional del
Trabajo informaba de que 73,8 millones de jóvenes en el mundo
carecen de trabajo y que habrá medio millón más de aquí al 2014.
El dato plantea una serie de interrogantes: ¿Hay malestar frente a
la política? ¿Miedo al futuro? ¿Los jóvenes se manifestarán? ¿El
mito de la eterna juventud revela la ausencia de valor de la persona
adulta?”. En este contexto y, después de una mirada de conjunto,
el programa de la asamblea se centrará en algunas de las
características más destacadas y de amplia resonancia cultural,
como “la cultura digital que revoluciona el modelo y la gramática
educativa”. Se analizarán las estructuras y rituales de ese
lenguaje así como la importancia de la música, de los lugares de
encuentro, etc... Todas ellas cuestiones que “requieren un
discernimiento por parte de la Iglesia y un cambio profundo en el
lenguaje y la creación de códigos para que la visión cristiana sea
significativa”. También se hablará del “alfabeto emotivo” de
los jóvenes abordando entre otros los temas del valor del cuerpo,
las redes de amistad y el retardo en la autonomía.
El
segundo día, tres jóvenes de tres diversos continentes
reflexionarán sobre las razones para tener confianza en la juventud.
A pesar del miedo al porvenir y del empeoramiento de las condiciones
económicas, hay “enormes potencialidades, una creatividad
increíble, un voluntariado lleno de altruismo (...) y respuestas a
las preguntas sobre el significado y la esperanza”.
Sucesivamente
se afrontará el “gran argumento de generar en la fe que hemos
llamado -ha dicho monseñor Azevedo- “batalla cultural”.
Efectivamente, crear condiciones que hagan posible el encuentro con
la persona de Cristo requiere un enfoque cultural, además de
pastoral y teológico. Hay que entender la fatiga y a veces el
fracaso de las praxis eclesiales, que ahonda la zanja entre los
jóvenes y la Iglesia. También en la fe, la natalidad es baja. La
generación de los adultos o no sabe cómo o no tiene espacio para
ocuparse de su propia fe y generar en la fe”.
“La
audiencia del Santo Padre, al inicio de los trabajos, constituirá un
gran incentivo para este asamblea. Desde hace dos mil años, la
Iglesia no tiene un estilo artístico predeterminado, ni tampoco un
lenguaje predefinido. Tiene a la Persona y al mensaje de Jesús para
transmitir en este tiempo absolutamente “multi-vertido”. Las
culturas juveniles emergentes demuestran la vulnerabilidad, la
inseguridad y la fragilidad de fórmulas repetitivas. Esta
prometedora asamblea del Pontificio Consejo de la Cultura nos libera
de la superficialidad y de la apatía y no tiene miedo de la
confrontación con la verdad de las situaciones culturales”.
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