Ciudad
del Vaticano, 6 enero 2013 (VIS).- A mediodía de hoy, solemnidad de
la Epifanía del Señor, el Santo Padre se ha asomado a la ventana de
su estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza
de San Pedro. El acto comenzó con un ligero retraso porque antes el
Papa había consagrado cuatro nuevos arzobispos, entre ellos su
secretario particular, Georg Gänswein.
El
Papa empezó pidiendo perdón a los fieles por el retraso: "he
ordenado cuatro nuevos obispos en la Basílica de San Pedro y la
ceremonia duró un poco más. Pero, sobre todo, hoy celebramos la
Epifanía del Señor, su manifestación a los gentiles, mientras que
muchas Iglesias orientales, según el calendario Juliano, celebran la
Navidad. Esta pequeña diferencia, que superpone los dos momentos,
subraya que aquel Niño que nació en la humildad de la cueva de
Belén, es la luz del mundo que orienta el camino de todos los
pueblos. Es una combinación que hace pensar también desde el punto
de vista de la fe: por un lado, en Navidad, delante de Jesús vemos
la fe de María, de José y de los pastores, y hoy, en la Epifanía,
la fe de los tres Reyes Magos, venidos de Oriente para adorar al Rey
de los Judíos."
"La
Virgen María, junto con su esposo, son la "estirpe" de
Israel, el "resto" anunciado por los profetas del que debía
germinar el Mesías. Los Reyes Magos, en cambio, representan a los
pueblos, y podemos decir también a las civilizaciones, las culturas
y las religiones que están en camino hacia Dios, en busca de su
reino de paz, de justicia, de verdad y de libertad. Hay primero un
núcleo, encarnado sobre todo por María, la "hija de Sión":
un núcleo de Israel, el pueblo que conoce y tiene fe en aquel Dios
que se ha revelado a los patriarcas y en el camino de la historia.
Esta fe llega a su cumplimiento en María, en la plenitud de los
tiempos, en ella, "bienaventurada porque ha creído", el
Verbo se hizo carne, Dios ha "aparecido" en el mundo. La fe
de María se convierte en la primicia y el modelo de la fe de la
Iglesia, Pueblo de la Nueva Alianza. Pero este pueblo es desde el
inicio universal, y esto lo vemos hoy en las figuras de los Magos,
que llegaron a Belén, siguiendo la luz de una estrella y las
indicaciones de las Sagradas Escrituras."
Por
último, el Papa se refirió a las ordenaciones episcopales de la
mañana: "dos de los nuevos obispos permanecerán al servicio de
la Santa Sede, y los otros dos partirán para ser representantes
pontificios en dos naciones. Oramos por cada uno de ellos, por su
ministerio, y para que la luz de Cristo brille en todo el mundo."
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