Ciudad
del Vaticano, 30 de septiembre de 2012 (VIS).-”Sigo con afecto y
preocupación cuanto sucede a la población en la zona este de la
República Democrática del Congo, que estos días es también objeto
de atención en una reunión de alto nivel en las Naciones Unidas”
-dijo el Papa después de rezar el Ángelus-.En particular estoy muy
cerca de los prófugos, de las mujeres y niños que, debido a los
persistentes enfrentamientos armados se ven sometidos a sufrimientos,
violencias y profundos trastornos. Invoco a Dios para que se
encuentren caminos pacíficos de diálogo y de protección de tantos
inocentes y para que retorne, cuanto antes, la paz fundada en la
justicia y se restablezca la convivencia fraternal en esa población
sometida a pruebas tan duras, al igual que en la entera Región”.
Después,
en francés, habló de la vuelta a las aulas, alentando a los
profesores y educadores “en su alta misión al servicio de la
juventud” y deseándoles que transmitan a los estudiantes “el
placer de aprender para tener un oficio y ocupar su lugar en la
sociedad. La universidad puede ser un lugar donde ya se vive la
fraternidad. Un lugar del que Dios no puede estar ausente. Invito a
los adultos a educar, en todas las circunstancias, a los más jóvenes
a la estima mutua, a la atención a los demás y a la búsqueda de
Dios”.
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