Ciudad
del Vaticano, 30 de junio de 2015 (Vis).-El Papa Francisco ha
recibido esta mañana en audiencia a los participantes en el congreso
internacional promovido por el ''International Council of Christians
and Jews'', que tiene lugar en Roma del 28 junio al 1 de julio y
cuyo tema es ''El quincuagésimo aniversario de Nostra Aetate:
Pasado, presente y futuro de las relaciones entre judíos y
cristianos''.
El
Papa ha manifestado su agrado porque este año el congreso tenga
lugar en Roma,la ciudad en la que están enterrados los apóstoles
Pedro y Pablo, que para los cristianos son puntos de referencia
esenciales y "pilares" de la Iglesia y donde se encuentra
la comunidad judía más antigua de Europa occidental, cuyos
orígenes se remontan a los Macabeos. ''Por lo tanto -ha observado
Francisco- cristianos y judios viven juntos en Roma desde hace
casi dos mil años, aunque sus relaciones a lo largo de la historia
no hayan carecido de tensiones''.
El
verdadero diálogo fraternal se ha desarrollado, sin embargo, a
partir del Concilio Vaticano II, después de la promulgación de la
Declaración Nostra Aetate que representa '' el "sí"
definitivo a las raíces judías del cristianismo y el "no"
irrevocable antisemitismo.. Al celebrar el quincuagésimo
aniversario de Nostra Aetate, podemos constatar -observó el Papa-
los ricos frutos que ha producido y hacer con gratitud un balance
del diálogo entre católicos y judíos. Podemos expresar así
nuestro agradecimiento a Dios por todo lo bueno que se ha logrado en
términos de amistad y de entendimiento mutuo en los últimos
cincuenta años, porque su Espíritu Santo ha acompañado nuestros
esfuerzos para el diálogo''.
''Los
cristianos, todos los cristianos -subrayó el Pontífice- tienen
raíces judías. Por lo tanto, desde su creación, el ''International
Council of Christian and Jews'' ha acogido las diversas confesiones
cristianas. Cada uno de ellas, en la forma que le es propia, se
acerca al judaísmo, que, a su vez, se caracteriza por diferentes
corrientes y sensibilidades. Las confesionesiones cristianas
encuentran su unidad en Cristo; el Judaísmo encuentra su unidad en
la Torá. Los cristianos creen que Jesucristo es la Palabra de Dios
hecha carne en el mundo; para los judíos la Palabra de Dios está
presente principalmente en la Torá. Ambas tradiciones de fe tienen
como fundamento al único Dios, el Dios de la Alianza, que se revela
a los hombres a través de su Palabra. En la búsqueda de una actitud
justa hacia Dios, los cristianos se dirgen a Cristo como la fuente de
vida nueva, los judíos a la enseñanza de la Torá. Este tipo de
reflexión teológica sobre la relación entre el judaísmo y el
cristianismo comienza desde Nostra Aetate y, sobre esta base sólida,
puede y debe seguir desarrollándose''.
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