Ciudad
del Vaticano, 28 de junio de 2015 (Vis).-La resurrección de Cristo
que actúa en la historia como principio de renovación y esperanza
ha sido el tema de la reflexión del Papa durante el ángelus de
este domingo. Francisco ha ilustrado los dos relatos evangélicos de
la liturgia de hoy, el despertar de la muerte de la hija de uno de
los jefes de la sinagoga y la curación de la hemorroísa.
En
el primer pasaje, Jesús llamado por el padre de la niña muerta, le
dice: ''No tengas miedo; ten fe" y cuando llega a casa del alto
personaje ordena a la muchacha que se levante. La niña despierta y
empieza a andar .''Aquí -dijo Francisco- vemos el poder absoluto de
Jesús sobre la muerte física, que para Él es como un sueño del
que uno puede despertar''.
En
el segundo relato Jesús cura a una mujer que desde hacía doce años
padecía flujo de sangre, una enfermedad que, según la cultura de la
época, la hacía "impura" y debía evitar todo contacto
humano. ''Como si estuviera condenada una muerte civil'', explicó el
Pontífice. Pero esta mujer anónima entre la multitud que sigue a
Jesús, se dice: "Si consigo tocar aunque sea su túnica, me
salvaré". ''Y así fue. La necesidad de ser liberada la lleva a
atreverse y la fe "arranca", por así decir la curación
del Señor. El que cree, "toca'' a Jesús y consigue de él la
gracia que salva. La fe es esto: tocar Jesús y conseguir de él la
gracia que salva. La vida espiritual nos salva, la vida espiritual
nos salva de tantos problemas''.
''Estos
dos episodios - una curación y resurrección - tienen un centro
único: la fe. El mensaje es claro, y se puede resumir en una
pregunta: ''¿Creemos que Jesús nos puede curar y nos puede
despertar de la muerte?''. Todo el Evangelio está escrito a la luz
de esta fe: Jesús ha resucitado, ha vencido a la muerte, y debido a
esta victoria nosotros también resurgiremos. La resurrección de
Cristo actúa en la historia como principio de renovación y
esperanza. Cualquier persona que está desesperada y cansada hasta la
muerte, si confía en Jesús y en su amor puede empezar a vivir de
nuevo. También comenzar una nueva vida, cambiar de vida es una
forma de resurgir, de resucitar. La fe es una fuerza que da vida, da
plenitud a nuestra humanidad y los que creen en Cristo, deben
reconocerse, porque promueven la vida en cada situación, para que
todos, especialmente los más débiles, sientan el amor de Dios que
libera y salva''.
''Pidamos
al Señor, por intercesión de la Virgen María -acabó el Obispo de
Roma- el don de una fe fuerte y valiente, que nos empuje a difundir
esperanza y vida entre nuestros hermanos''.
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