Ciudad
del Vaticano, 20 de abril 2013 (VIS.-El cardenal Leonardo Sandri,
Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales,
acompañado por monseñor Maurizio Malvestiti, Subsecretario del
mismo dicasterio, ha visitado el pasado 8 de abril, el monasterio
ruso de la Dormición de la Madre de Dios en Roma, con motivo de la
llegada en los últimos meses de algunas aspirantes a la vida
monástica.
El
cardenal ha recordado la gran riqueza de la tradición monástica
oriental en el corazón de la Iglesia de Roma, llamada a presidir en
la caridad a todas las Iglesias, y que ofrece de modo especial sus
oraciones por las intenciones del Pastor universal, el Papa
Francisco. Esa plegaria, ha afirmado el Prefecto, sostendrá la vida
de todas las Iglesias Orientales Católicas, a menudo probadas por
los sufrimientos y las persecuciones y representará una ayuda
inapreciable en el camino hacia la reconciliación y la unidad con
todos los hermanos cristianos.
La
comunidad, cuyo sustento en el pasado, se basaba en la realización
de iconos y de vestimentas litúrgicas para los obispos y sacerdotes,
reanudará la actividad de los laboratorios.
El
monasterio de la Dormición de Maria, (Uspenskij en eslavo) fue
inaugurado oficialmente el 15 de diciembre de1957, gracias a los
deseos del cardenal Eugene Tisserant, entonces Prefecto de la
Congregación para las Iglesias Orientales y a la labor de los padres
jesuitas. Fundado en los años de la persecución de la Iglesia tras
la “cortina de hierro”, fue bendecido por el Papa Pío XII, para
que contribuyera con sus oraciones al renacimiento espiritual de las
tierras del Este europeo, sobre todo de Rusia. En la audiencia
concedida al cardenal Tisserant en 1956, el Papa dio el consenso
para la erección en Roma de un monasterio femenino ruso para
“implorar la clemencia de Dios omnipotente hacia las gentes rusas”.
La
liturgia del monasterio, come el cardenal Tisserant deseaba, es de
rito bizantino, siempre en comunión con el Obispo de Roma que en el
oficio cotidiano de oración se menciona 7 veces. Desde hace más de
cincuenta años esa oración prosigue sin interrupciones y el
monasterio está considerado como una isla rusa por la que han pasado
estudiantes, presbíteros, monjes y monjas rusos. Entre ellos el
actual patriarca de Moscú Kyril I.
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