Ciudad
del Vaticano, 18 abril 2013
(VIS).-”El Santo Padre comparte su dolor y el de tantas madres y
familias que han padecido y padecen la pérdida trágica de sus seres
queridos en ese momento de la historia argentina”. Son las palabras
que el Papa ha dirigido a Hebe de Bonafini, presidente de la
Asociación de las Madres de Plaza de Mayo, en una carta fechada el
10 de abril y firmada por monseñor Antoine Camilleri, Subsecretario
para las Relaciones con los Estados.
El
Obispo de Roma responde así a la carta que le envío Hebe de
Bonafini el pasado 21 de marzo alegrándose por el empeño del
cardenal Bergoglio en las “villas miserias” de Buenos Aires y
pidiéndole que se uniera “a todos los que en este mundo injusto
luchamos para que se termine la pobreza”.
El
Papa, -escribe monseñor Camilleri- manifiesta su gratitud por la
misiva y corresponde a “esa delicada atención pidiendo a Dios la
fuerza para luchar, desde el ministerio que acaba de asumir, a favor
de la erradicación de la pobreza en el mundo, de modo que cese el
sufrimiento de tantas personas que pasan necesidad. Su Santidad
valora y aprecia mucho a quienes están cerca de los más
desfavorecidos y se esfuerzan por ayudarlos, comprenderlos y salir
al encuentro de sus justas aspiraciones. En su oración, suplica
asimismo que ilumine a los que son responsables del bien común para
que combatan el flagelo de la miseria con medidas eficaces, ecuánimes
y solidarias”.
La
carta concluye con la bendición del Papa “como signo de esperanza
y aliento, a la vez que pide el favor de que recen y hagan rezar por
él”.
Las
Madres de Plaza de Mayo es una asociación de madres argentinas
creada en 1977 para denunciar la desaparición de sus hijos durante
la Junta Militar que gobernó a Argentina de 1976 a 1983. Desde 1977
se manifiestan todos los jueves en la Plaza de Mayo, frente a la
Casa Rosada (sede del Gobierno argentino) para protestar por los
crímenes cometidos en esa época y mantener viva la memoria de los
desaparecidos.
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