CIUDAD DEL VATICANO, 6 DIC 2011 (VIS).-Ofrecemos a continuación un editorial del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, S.I., para “Octava Dies”, semanal informativo del Centro Televisivo Vaticano.
“‘¿Que será de este niño?’. Es la pregunta que en el Evangelio está en boca de amigos y parientes con el nacimiento del pequeño Juan, que será el Bautista, y es también la pregunta de todos nosotros ante la maravilla de un niño que viene al mundo. Pregunta que encierra al mismo tiempo esperanza y una cierta preocupación.
“Es la pregunta que nos hemos hecho durante el encuentro del Papa con los niños hace dos semanas, ciertamente el momento más bello y conmovedor de todo el viaje a Benín. El anciano Pontífice llevado de la mano y rodeado de graciosos pequeñines a paso de danza. El documento sinodal llevado a África por el Papa enumera, en un pasaje impresionante, algunos de los ‘tratamientos intolerables infligidos a tantos niños’: ‘Los niños asesinados antes de nacer, los pequeños no deseados, los huérfanos, los albinos, los niños de la calle, aquellos abandonados, los niños-soldado, los niños prisioneros, los pequeños obligados a trabajar, aquéllos maltratados a causa de una minusvalía física o mental, los considerados como brujos, los chicos vendidos como esclavos sexuales, aquéllos traumatizados, sin ninguna perspectiva de futuro…’. La Iglesia sabe que tiene que esforzarse por ellos. De las más de 125.000 instituciones de salud y caridad de la Iglesia en todo el mundo, un número superior a 20.000 están dedicadas específicamente a la infancia; otras tantas a la escuela o a la recuperación de los niños de la calle o en dificultad”.
“Con ocasión de un reciente convenio internacional sobre la protección de los niños de los abusos sexuales, la intervención de Mons. Scicluna, con un ‘Decálogo’ de principios claros y decididos, ha sido objeto de unánime reconocimiento. Y es también justo recordar el compromiso precioso y generoso dedicado por muchísimas mujeres, religiosas y laicas, en este campo. Ciertamente una de las formas más bellas – y útiles – de servicio femenino a la humanidad y a la Iglesia. En el tiempo de Adviento y de Navidad, tiempo del Señor niño, estas son reflexiones espontáneas: tenemos todos los motivos para seguir estando en primera línea en este frente”.
CTV/ VIS 20111206 (390)
“‘¿Que será de este niño?’. Es la pregunta que en el Evangelio está en boca de amigos y parientes con el nacimiento del pequeño Juan, que será el Bautista, y es también la pregunta de todos nosotros ante la maravilla de un niño que viene al mundo. Pregunta que encierra al mismo tiempo esperanza y una cierta preocupación.
“Es la pregunta que nos hemos hecho durante el encuentro del Papa con los niños hace dos semanas, ciertamente el momento más bello y conmovedor de todo el viaje a Benín. El anciano Pontífice llevado de la mano y rodeado de graciosos pequeñines a paso de danza. El documento sinodal llevado a África por el Papa enumera, en un pasaje impresionante, algunos de los ‘tratamientos intolerables infligidos a tantos niños’: ‘Los niños asesinados antes de nacer, los pequeños no deseados, los huérfanos, los albinos, los niños de la calle, aquellos abandonados, los niños-soldado, los niños prisioneros, los pequeños obligados a trabajar, aquéllos maltratados a causa de una minusvalía física o mental, los considerados como brujos, los chicos vendidos como esclavos sexuales, aquéllos traumatizados, sin ninguna perspectiva de futuro…’. La Iglesia sabe que tiene que esforzarse por ellos. De las más de 125.000 instituciones de salud y caridad de la Iglesia en todo el mundo, un número superior a 20.000 están dedicadas específicamente a la infancia; otras tantas a la escuela o a la recuperación de los niños de la calle o en dificultad”.
“Con ocasión de un reciente convenio internacional sobre la protección de los niños de los abusos sexuales, la intervención de Mons. Scicluna, con un ‘Decálogo’ de principios claros y decididos, ha sido objeto de unánime reconocimiento. Y es también justo recordar el compromiso precioso y generoso dedicado por muchísimas mujeres, religiosas y laicas, en este campo. Ciertamente una de las formas más bellas – y útiles – de servicio femenino a la humanidad y a la Iglesia. En el tiempo de Adviento y de Navidad, tiempo del Señor niño, estas son reflexiones espontáneas: tenemos todos los motivos para seguir estando en primera línea en este frente”.
CTV/ VIS 20111206 (390)
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