CIUDAD DEL VATICANO, 11 MAR 2002 (VIS) - El Papa recibió este mediodía a los miembros de la delegación de la Iglesia Ortodoxa de Grecia, enviada por el arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Su Beatitud Christódoulos, que participan del 8 al 13 de marzo en una serie de encuentros de trabajo en Roma.
En su discurso en francés, el Santo Padre dijo que "el conocimiento personal recíproco, el intercambio de informaciones, y un sincero diálogo sobre los modos de establecer las relaciones entre nuestras Iglesias, constituyen la condición indispensable para poder progresar en un espíritu de fraternidad eclesial. También es la condición esencial para instaurar una colaboración, que permita a los católicos y ortodoxos ofrecer juntos un testimonio vivo de su patrimonio cristiano común".
"Tenemos -continuó- el deber de transmitir este patrimonio cristiano que hemos heredado. Por eso, es cada vez más urgente que los cristianos ofrezcan a la sociedad una imagen ejemplar de su comportamiento común enraizado en la fe; que busquen juntos remedio a los graves problemas éticos que plantean las ciencias y el modo de actuar que trata de hacer abstracta toda referencia a la dimensión trascendental del hombre, o negarla".
Juan Pablo II puso de relieve que "nuestra responsabilidad consiste en tender al 'ecumenismo de la santidad'". Esto "nos llevar , con la ayuda de Dios, hacia la plena comunión, que no significa ni absorción ni fusión, sino un encuentro en la verdad y en el amor. Debemos profundizar en nuestra colaboración y trabajar juntos para hacer resonar con fuerza la voz del Evangelio en esta Europa que es la nuestra, donde las raíces cristianas de los pueblos deben reavivarse".
Tras afirmar que católicos y ortodoxos "estamos unidos en la proclamación del 'Kerygma' de la Resurrección", dijo: "Este anuncio que queremos hacer juntos dar a los hombres de hoy una razón de vida y de esperanza; nuestra voluntad de buscar la comunión entre nosotros podrá inspirar también a las sociedades civiles un modelo justo de convivencia".
AC;COMUNION;...;IGLESIA ORTODOXA GRECIA;VIS;20020311;340;
En su discurso en francés, el Santo Padre dijo que "el conocimiento personal recíproco, el intercambio de informaciones, y un sincero diálogo sobre los modos de establecer las relaciones entre nuestras Iglesias, constituyen la condición indispensable para poder progresar en un espíritu de fraternidad eclesial. También es la condición esencial para instaurar una colaboración, que permita a los católicos y ortodoxos ofrecer juntos un testimonio vivo de su patrimonio cristiano común".
"Tenemos -continuó- el deber de transmitir este patrimonio cristiano que hemos heredado. Por eso, es cada vez más urgente que los cristianos ofrezcan a la sociedad una imagen ejemplar de su comportamiento común enraizado en la fe; que busquen juntos remedio a los graves problemas éticos que plantean las ciencias y el modo de actuar que trata de hacer abstracta toda referencia a la dimensión trascendental del hombre, o negarla".
Juan Pablo II puso de relieve que "nuestra responsabilidad consiste en tender al 'ecumenismo de la santidad'". Esto "nos llevar , con la ayuda de Dios, hacia la plena comunión, que no significa ni absorción ni fusión, sino un encuentro en la verdad y en el amor. Debemos profundizar en nuestra colaboración y trabajar juntos para hacer resonar con fuerza la voz del Evangelio en esta Europa que es la nuestra, donde las raíces cristianas de los pueblos deben reavivarse".
Tras afirmar que católicos y ortodoxos "estamos unidos en la proclamación del 'Kerygma' de la Resurrección", dijo: "Este anuncio que queremos hacer juntos dar a los hombres de hoy una razón de vida y de esperanza; nuestra voluntad de buscar la comunión entre nosotros podrá inspirar también a las sociedades civiles un modelo justo de convivencia".
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