Ciudad
del Vaticano, 27 de septiembre de 2015 (Vis).-El Indepence National
Historical Park, considerado ''la milla cuadrada más histórica de
América'' por sus numerosos edificios vinculados con la Guerra de
Independencia de Estados Unidos de Gran Bretaña (1763-1783) fue ayer
el escenario del encuentro del Papa con la comunidad hispánica y
otros inmigrantes, cuyo tema central fue la libertad religiosa y la
defensa de las raíces propias de cada individuo y de cada pueblo. A
su llegada, los representantes de los Encuentros Nacionales del
ministerio Hispano, presentaron al Santo Padre para que los bendijese
la ''Biblia Católica para la Familia y para el Joven'' y la Cruz de
los Encuentros, que se lleva en peregrinación por todo Estados
Unidos antes de la preparación de cada evento. La iniciativa,
comenzada en 1972, se propone dar protagonismo a la comunidad
hispano-latina en la vida y las decisiones de la Iglesia Católica en
el país. El próximo Encuentro tendrá lugar en enero de 2017.
En
el discurso que dirigió a los miles de personas reunidas en el
Parque, el Papa subrayó que uno de los momentos más destacados de
su visita era su presencia en el Independence Mall, el lugar de
nacimiento de los Estados Unidos de América donde fueron proclamadas
por primera vez las libertades que definen ese País. ''La
Declaración de Independencia – recordó- proclamó que todos los
hombres y mujeres fueron creados iguales; que están dotados por su
Creador de ciertos derechos inalienables, y que los gobiernos existen
para proteger y defender esos derechos. Pero ''la historia también
muestra también que estas y otras verdades deben ser constantemente
reafirmadas, nuevamente asimiladas y defendidas... Recordemos las
grandes luchas que llevaron a la abolición de la esclavitud, la
extensión del derecho de voto, el crecimiento del movimiento obrero
y el esfuerzo gradual para eliminar todo tipo de racismo y de
prejuicios contra la llegada posterior de nuevos americanos. Esto
demuestra que, cuando un país está determinado a permanecer fiel a
sus principios, a esos principios fundacionales, basados en el
respeto a la dignidad humana, se fortalece y se renueva. Cuando un
país guarda la memoria de sus raíces, sigue creciendo, se renueva y
sigue asumiendo en su seno nuevos pueblos y nueva gente que viene a
él''.
Después
habló de la importancia de recordar el pasado porque ''un pueblo
que tiene memoria no repite los errores del pasado; en cambio,
afronta con confianza los retos del presente y del futuro. La memoria
salva el alma de un pueblo de aquello o de aquellos que quieren
dominarlo o quieren utilizarlo para sus propios intereses'' y
reiteró su deseo de reflexionar en un lugar ''símbolo del modelo de
los Estados Unidos americano'' del derecho a la libertad religiosa
,''Un derecho fundamental que da forma a nuestro modo de interactuar
social y personalmente con nuestros vecinos, que tienen creencias
religiosas distintas a la nuestra''.
''La
libertad religiosa, sin duda, -explicó- comporta el derecho de a
adorar a Dios, individualmente y en comunidad, de acuerdo con la
propia nuestra conciencia. Pero, por otro lado, la libertad
religiosa, por su naturaleza, trasciende los lugares de culto y la
esfera privada de los individuos y las familias, porque el hecho
religioso, la dimensión religiosa, no es una subcultura, es parte de
la cultura de cualquier pueblo y de cualquier nación. Nuestras
distintas tradiciones religiosas sirven a la sociedad sobre todo por
el mensaje que proclaman.... Nos recuerdan la dimensión trascendente
de la existencia humana y de nuestra libertad irreductible frente a
la pretensión de cualquier poder absoluto. Necesitamos acercarnos a
la historia... especialmente a la historia del siglo pasado, para ver
las atrocidades perpetradas por los sistemas que pretendían
construir algún tipo de 'paraíso terrenal', dominando pueblos,
sometiéndolos a principios aparentemente indiscutibles y negándoles
cualquier tipo de derechos. Nuestras ricas tradiciones religiosas
buscan ofrecer sentido y dirección...En el corazón de su misión
espiritual está la proclamación de la verdad y la dignidad de la
persona humana y de todos los derechos humanos...En un mundo en el
que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la
libertad religiosa, o, como dije antes, de reducirla a una subcultura
sin derecho a voz y voto en la plaza pública, o de utilizar la
religión como pretexto para el odio y la brutalidad, es necesario
que los fieles de las diversas tradiciones religiosas unan sus voces
para clamar por la paz, la tolerancia, y el respeto a la dignidad y a
los derechos de los demás''.
''Nosotros
-constató- vivimos en una época sujeta a la globalización..que
apunta a la uniformidad unidimensional y busca eliminar todas las
diferencias y tradiciones en una búsqueda superficial de la unidad.
Las religiones tienen, pues, el derecho y el deber de dejar claro que
es posible construir una sociedad en la que un sano pluralismo que,
de verdad respete a los diferentes y los valore como tales es un
aliado valioso ''en el empeño por la defensa de la dignidad
humana... y un camino de paz para nuestro mundo tan herido por las
guerras''.
A
continuacióin habló de los cuáqueros que fundaron Filadelfia
''inspirados por un profundo sentido evangélico de la dignidad de
cada individuo y por el ideal de una comunidad unida por el amor
fraterno''. Una convicción que los llevó a fundar una colonia que
fuera un refugio para la libertad religiosa y la tolerancia y, en
este contexto, rememoró que San Juan Pablo II, durante su visita a
los Estados Unidos en 1987, rindió ''un conmovedor homenaje al
respecto, recordando a todos los americanos que la prueba definitiva
de su grandeza es la manera en que tratan a todos los seres humanos,
pero sobre todo a los más débiles e indefensos''.
''Aprovecho
esta oportunidad – dijo- para agradecer a todos sea cual fuera su
religión, han tratado de servir a Dios, al Dios de la paz...
cuidando del prójimo necesitado, defendiendo la dignidad del don
divino, del don de la vida en todas sus etapas, defendiendo la causa
de los pobres y los inmigrantes. Con demasiada frecuencia los más
necesitados, en todas partes, no son escuchados. Ustedes son su voz,
y muchos ... han hecho que su grito sea escuchado. Con este
testimonio, que frecuentemente encuentra una fuerte resistencia,
recuerdan a la democracia norteamericanalos ideales que la fundaron,
y que la sociedad se debilita cada vez siempre que allí y en allí
donde cualquier la injusticia prevalece. Hace un momento, hablé de
la tendencia a una globalización. La globalización no es mala. Al
contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une. Lo que
puede ser malo es el modo de hacerlo. Si una globalización pretende
igualar a todos, como si fuera una esfera, esa globalización
destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada
pueblo. Si una globalización busca unir a todos, pero respetando a
cada persona.., a su riqueza, a su peculiaridad, respetando a cada
pueblo, a cada riqueza, a su peculiaridad, esa globalización es
buena y nos hace crecer a todos, y lleva a la paz. Me gusta usar un
poco la geometría aquí. Si la globalización es una esfera, donde
cada punto es igual, equidistante del centro, anula, no es buena. Si
la globalización une como un poliedro, donde están todos unidos,
pero cada uno conserva su propia identidad, es buena y hace crecer a
un pueblo, y da dignidad a todos los hombres y les otorga derechos'.
Por
último se dirigió a los miembros de la ''gran población hispana de
los Estados Unidos'' así como a los representantes de inmigrantes
recién llegados a los Estados Unidos. ''Gracias por abrir las
puertas .exclamó- Muchos de ustedes han emigrado –los saludo con
mucho afecto-, y muchos de ustedes han emigrado a este País con un
gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva
vida. No se desanimen por las dificultades que tengan que afrontar.
Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí
antes, ustedes traen muchos dones a esta nación. Por favor, no se
avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que
aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta
tierra americana. Repito, no se avergüencen de aquello que es parte
esencial de ustedes. También están llamados a ser ciudadanos
responsables y a contribuir –como lo hicieron con tanta fortaleza
los que vinieron antes-, a contribuir provechosamente a la vida de
las comunidades en que viven. Pienso, en particular, en la vibrante
fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida
familiar y los demás valores que han heredado. Al contribuir con sus
dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a
renovar la sociedad desde dentro. No perder la memoria de lo que pasó
aquí hace más de dos siglos. No perder la memoria de aquella
Declaración que proclamó que todos los hombres y mujeres fueron
creados iguales, que están dotados por su Creador de ciertos
derechos inalienables, y que los gobiernos existen para proteger y
defender esos derechos''
Francisco
finalizó su discurso dando gracias a todos por su calurosa
bienvenida y afirmando: ''Conservemos la libertad. Cuidemos la
libertad. La libertad de conciencia, la libertad religiosa, la
libertad de cada persona, de cada familia, de cada pueblo, que es la
que da lugar a los derechos''.
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