Ciudad
del Vaticano, 19 de junio de 2015 (Vis).-''El mundo del deporte suele
mirar a la Iglesia con confianza y atención, porque sabe que es
posible trabajar juntos para devolver a la práctica deportiva su
sentido verdadero: un sentido educativo, recreativo, de
entretenimiento; y también su dignidad cultural y social. Lo sabéis
muy bien vosotros que habéis elegido el deporte como experiencia de
promoción y crecimiento en presencia de una condición de
fragilidad y limitación'', ha dicho el Papa recibiendo esta mañana
a 150 atletas de la ''Special Olympics Italia'', que participarán a
finales de julio en los Juegos Mundiales de Los Angeles. La ''Special
Olympics'' es una asociación deportiva internacional fundada en 1968
en Estados Unidos por Eunice Kennedy Shriver para ayudar a las
personas con capacidades psíquicas
diversas a desarrollar la confianza en sí mismas y sus
habilidades sociales mediante el entrenamiento y la competición
deportiva.
''Es
hermoso y significativo que los jóvenes y los adultos encuentren en
el entrenamiento deportivo y la participación en competiciones
internacionales un estímulo para vivir con plenitud su vida. Es
un reto -subrayó Francisco- ¡Y vosotros lo habéis aceptado
''bajando al campo''! Os animo a proseguir este esfuerzo de ayudaros
unos a otros a descubrir vuestro potencial y de amar la vida, de
apreciarla con todas sus limitaciones, y sobre todo con sus lados más
bellos.... El deporte es un camino ideal para este
descubrimiento, para abrirse, para salir de sí mismo y ponerse en
juego. Así se aprende a participar, a superarse, a luchar juntos.
Todo esto ayuda a convertirse en miembros activos de la sociedad e
incluso de la Iglesia; y ayuda a una y otra a superar todas las
formas de discriminación y exclusión''.
''Por
favor, sed fieles a este ideal de deporte .No os dejéis contagiar
por la falsa cultura deportiva, la del éxito económico, la de la
victoria a toda costa, la del individualismo. Es
necesario, en cambio, reencontrar el deporte 'amateur', el de la
gratuidad, el deporte por el deporte. Debemos
preservar y defender el deporte como experiencia de los valores
humanos, de competición, sí, pero con lealtad, con solidaridad.
¡Dignidad para cada persona siempre! Que nadie se sienta excluido de
la práctica del deporte. Y para lograr este objetivo hace falta la
acción generosa y armónica de las diversas realidades social e
institucionales''.
El
Papa acabó su discurso deseando a los atletas que vivieran los
próximos Campeonatos del Mundo con alegría, entrega y serenidad,
para divertirse y entablar amistad con sus hermanos y hermanas de
todo el mundo y les pidió que no se olvidasen de rezar por él.
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