Ciudad
del Vaticano, 22 de junio de 2015 (Vis).-Esta mañana a las 9.00 el
Santo Padre ha visitado el Templo Valdense donde ha sido recibido
por el pastor Eugenio Bernardini, Moderador de la Mesa Valdense, el
Presidente del Consistorio de la Iglesia Evangélica Valdense de
Turín, Sergio Velluto y el pastor Paolo Ribet, titular de la
Iglesia Evangélica Valdense de esa localidad. También estaba
presente el Moderador de la Iglesia Valdense de Uruguay, el pastor
Oscar Oudri. Una acogida que hizo pensar al Papa ''en las reuniones
con los amigos de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la
Plata, donde pude apreciar la espiritualidad y la fe y aprender
muchas cosas buenas''.
''Uno
de los frutos principales que en estos últimos años el movimiento
ecuménico ya ha permitido cosechar es el redescubrimiento de la
fraternidad que une a todos los que creen en Jesucristo y han sido
bautizados en su nombre -señaló Francisco- Este vínculo no se
basa simplemente en criterios humanos, sino en la condivisión
radical de la experiencia en que se funda la vida cristiana: el
encuentro con el amor de Dios que se nos revela en Jesucristo y la
acción transformadora del Espíritu Santo que nos ayuda en el
camino de la vida. El redescubrimiento de esta hermandad nos permite
captar el profundo vínculo que ya nos une, a pesar de nuestras
diferencias''.
''La
unidad, que es el fruto del Espíritu Santo no significa uniformidad
-subrayó- Los hermanos, efectivamente, están unidos por un origen
común, pero no son idénticos entre sí. Está claro en el Nuevo
Testamento, donde, a pesar de llamar hermanos a todos aquellos que
compartían la misma fe en Jesucristo, se intuye que no todas las
comunidades cristianas tenían el mismo estilo, o una organización
interna idéntica... e incluso en el anuncio del Evangelio había
diversidad y contrastes a veces. Por desgracia, ha ocurrido y sigue
ocurriendo que los hermanos no aceptasen sus diferencias y
terminasen por hacerse la guerra unos a otros. Reflexionando sobre la
historia de nuestras relaciones, no podemos por menos que
entristecernos frente a los conflictos y la violencia cometida en
nombre de la propia fe, y pido al Señor que nos dé la gracia de
reconocernos todos pecadores y saber perdonarnos unos a otros. Es
la iniciativa de Dios, que nunca se resigna ante el pecado del
hombre, la que abre nuevas formas de vivir nuestra fraternidad, y a
esto no podemos escapar. Os pido perdón en nombre de la Iglesia
Católica por los gestos y los comportamientos no cristianos,
incluso no humanos que hemos tenido contra vosotros. ¡En nombre
del Señor Jesucristo, perdonadnos!''
El
Papa manifestó su profunda alegría al constatar que las relaciones
entre católicos y valdenses hoy se basan cada vez más en el respeto
mutuo y la caridad fraterna y que ha habido y hay muchas ocasiones
para reforzarlas, por ejemplo, ''la colaboración para la publicación
en italiano de una traducción interconfesional de la Biblia, los
acuerdos pastorales para la celebración del matrimonio y, más
recientemente, la redacción de un llamamiento conjunto en contra la
violencia contra las mujeres''. Además, este año por Pascua la
Iglesia Valdense de la ciudad italiana de Pinerolo ofreció a la
Iglesia Católica el vino para la celebración del Sábado Santo y la
Iglesia Católica correspondió ofreciendo a los Valdenses el pan
para la Santa Cena del domingo de Pascua. ''Es un gesto entre las dos
Iglesias -notó Francisco- que va mucho más allá de la pura y
simple cortesía; es un gesto que anticipa, de alguna manera la
unidad de la mesa eucarística que todos anhelamos''.
''Animado
por estos pasos estamos llamados a seguir caminando juntos-destacó
el Papa al final de su discurso- Un ámbito que brinda amplias
oportunidades para la colaboración entre valdenses y católicos es
el de la evangelización. Conscientes de que el Señor nos ha
precedido y nos precede en el amor, salgamos juntos al encuentro de
los hombres y mujeres de hoy, que a veces parecen tan distraídos e
indiferentes, para transmitirles el corazón del Evangelio, es decir
la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo
muerto y resucitado. Otro sector en que podemos trabajar cada vez
más unidos es el servicio de la humanidad que sufre, los pobres, los
enfermos, los inmigrantes.... Las diferencias sobre importantes
cuestiones antropológicas y éticas, que siguen existiendo entre
católicos y valdenses, no nos impiden encontrar formas de
cooperación en estos y otros campos. Si caminamos juntos, el Señor
nos ayuda a vivir esta comunión que precede a cualquier contraste''.
El
encuentro en el Templo Valdense finalizó con el rezo común del
Padrenuestro. Después el Papa regresó al Arzobispado para reunirse
con algunos familiares: seis primos carnales y sus familias; en total
treinta personas para las que ha celebrado la Santa Misa y con las
que almuerza.
Antes
de emprender el regreso a Roma, hacia las 17, 30, el Papa saludará
en el Arzobispado a los miembros del Comité para la Ostensión de la
Síndone y a los organizadores de la visita a Turín, su patria
chica, a la que el cardenal Bergoglio venía cada vez que viajaba a
Italia.
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