Ciudad
del Vaticano, 10 de mayo 2015 (VIS).- En el Regina Coeli de este
domingo, el Papa recordó a los miles de fieles reunidos en la Plaza
de San Pedro que el evangelio de hoy nos lleva de nuevo al Cenáculo
donde Jesús da a sus discipulos un nuevo mandamiento: ''Amaos los
unos a los otros como yo os he amado''. ''Estas palabras,
pronunciadas durante la última Cena -afirmó Francisco- resumen todo
el mensaje de Jesús; es más, resumen todo lo que hizo: Jesús dio
la vida por sus amigos. Amigos que no lo habían comprendido, que en
el momento crucial lo abandonaron, lo traicionaron y renegaron. Esto
nos dice que Él nos ama incluso si no somos merecedores de su
amor: ¡así nos ama Jesús!''.
De
esa manera ''nos enseña el camino para seguirlo, el camino del amor.
Su mandamiento no es un simple precepto, ...algo abstracto o ajeno a
la vida. El mandamiento de Cristo es nuevo, porque Él, en primer
lugar, lo cumplió, le dió carne, y así la ley del amor se escribió
una vez por todas en el corazón del ser humano.. Es un camino
concreto, un camino que nos lleva a salir de nosotros para ir hacia
los demás. Jesús nos ha enseñado que el amor de Dios se actúa
en el amor al prójimo. Uno y otro van juntos. Las páginas del
Evangelio están llenas de este amor: adultos y niños, cultos e
ignorantes, ricos y pobres, justos y pecadores fueron acogidos en el
corazón de Cristo.''
''Esa
Palabra del Señor -explicó el Papa- nos llama a amarnos los unos
a los otros, incluso si no siempre nos entendemos, si no siempre
estamos de acuerdo… pero es precisamente en esos casos donde se ve
el amor cristiano. Un amor que también se manifiesta si hay
diferencias de opinión o de carácter, ¡El amor es más grande que
estas diferencias! Es el amor que nos ha enseñado Jesús. Y el
amor de Cristo, que el Espíritu Santo derrama en nuestros corazones,
hace cada día prodigios en la Iglesia y en el mundo. Son tantos
gestos, pequeños y grandes que obedecen al mandamiento del Señor.''
''Pequeños
gestos de todos los días -concluyó Francisco- gestos de cercanía
a un anciano, a un niño, a un enfermo, a una persona sola y con
dificultades, sin casa, sin trabajo, inmigrada, refugiada… Gracias
a la fuerza de esta Palabra de Cristo, cada uno de nosotros puede
estar cerca del hermano y de la hermana que encuentra. Gestos de
cercanía, de proximidad. En estos gestos se manifiesta el amor que
Cristo nos ha enseñado''.
Después
del Regina Coeli, el Papa saludó entre otros al Cuerpo Forestal del
Estado Italiano que organiza la fiesta de las Reservas Naturales con
el objetivo de redescubrir y respetar las bellezas de la creación,
a los participantes en el congreso promovido por la Conferencia
Episcopal Italiana para apoyar una escuela de calidad y abierta a las
familias; a la delegación de mujeres de la “Komen Italia”, una
asociación para la lucha contra el cáncer de pecho; y a cuantos
tomaron parte en la iniciativa por la vida que tuvo lugar esta
mañana en Roma.
''Y,
hablando de vida -dijo- hoy en muchos países se celebra el día de
la madre: Recordamos con gratitud y afecto a todas las mamás. ...
¡Un aplauso para ellas, para las mamás que están en la Plaza!... Y
que este aplauso abrace a todas las mamás, a todas nuestras queridas
mamás: a aquellas que viven con nosotros físicamente, pero también
a las que viven con nosotros espiritualmente. Que el Señor las
bendiga a todas, y que la Virgen, a quien este mes está dedicado,
las custodie''.
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