Ciudad
del Vaticano, 11 de mayo 2015 (VIS).- El Papa Francisco ha recibido
esta mañana en el Aula Pablo VI a más de siete mil niños y
jóvenes, que forman parte de ''La
fábrica de la paz'', una iniciativa promovida por diversas
instituciones, entre las cuales el Ministerio de Educación y la
Conferencia Episcopal Italiana, para favorecer la integración
multiétnica y sensibilizar a los responsables espirituales,
políticos y de la educación para que utilicen un lenguaje de paz.
La Fábrica de la Paz, presentada el pasado 5 de mayo en la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), es un gran laboratorio que quiere involucrar a
todas las escuelas en una red educativa que a través del arte, el
teatro, las nuevas tecnologías y el deporte formen en los valores
humanos a todos los niños y niñas, partiendo ya de la escuela
elemental.
A su llegada al Aula, el Papa fue
saludado calurosamente por los miles de ''trabajadores'' de la
fábrica y respondió a las preguntas que le hicieron algunos de
ellos, haciendo hincapié sobre todo en la relación inseparable
entre paz y justicia. Francisco no pronunció, en cambio, el discurso
que había preparado pero que dió por leído y del que publicamos a
continuación varios extractos:
'Os doy las gracias por vuestra
invitación para trabajar con vosotros en la "Fábrica de la
paz"! Es un buen puesto de trabajo ya que se trata de construir
una sociedad sin injusticias ni violencias,donde todos los niños y
jóvenes puedan ser acogidos y crecer en el amor. Hay tanta
necesidad de fábricas de la paz, porque por desgracia las fábricas
de guerra no faltan!''. ''La guerra es el resultado del odio, del
egoísmo, del deseo de poseer más y más y dominar a los demás. Y
vosotros para combatirla os comprometéis a difundir la cultura de
la inclusión, la reconciliación y el encuentro … Es un buen
camino, que necesita coraje y esfuerzo, para que todos entiendan la
necesidad de un cambio de mentalidad, para garantizar la seguridad de
los niños en el planeta, en especialv de los que viven en zonas de
guerra y persecución''.
'El término "fábrica" nos
dice que la paz es algo que hay que ... construir con sabiduría y
tenacidad. Pero para construir un mundo de paz, tenemos que empezar
por nuestro "mundo", es decir, el entorno en el que vivimos
todos los días: la familia, la escuela, el patio, el gimnasio, el
oratorio .... Y es importante trabajar junto con las personas que
viven junto a nosotros: amigos, compañeros de clase, padres y
educadores. Necesitamos la ayuda de todos para construir un futuro
mejor.... El verdadero constructor de paz es el que da el primer
paso hacia el otro. Y esto no es debilidad, sino fuerza, la fuerza de
la paz. ¿Cómo se pueden terminar las guerras en el mundo, si no
somos capaces de superar nuestros pequeños malentendidos y nuestras
rencillas? Nuestros actos de diálogo, de perdón, de reconciliación,
son los "ladrillos'' que se utilizan para construir el edificio
de la paz''.
''Otra característica de esta fábrica
es que no tiene fronteras...Se respira una atmósfera de acogida y
encuentro sin barreras ni exclusiones. Frente a las personas que
proceden de otros países y grupos étnicos, que tienen otras
tradiciones y religiones, vuestra actitud es la del conocimiento y el
diálogo, para la inclusión de todos, de acuerdo con las leyes del
Estado. Y además, habéis entendido que para construir un mundo de
paz es indispensable interesarse en las necesidades de los más
pobres, de los que sufren más y están abandonados, también de los
que están lejos. Pienso en tantos coetáneos vuestros que sólo por
el hecho de ser cristianos han sido expulsados de sus hogares, de sus
países, y alguno ha sido asesinado porque tenía en mano la Biblia
.Así el trabajo de vuestra fábrica se convierte verdaderamente en
una obra de amor. Amar a los demás, especialmente de los más
desfavorecidos, significa testimoniar que cada persona es un don de
Dios. Cada persona''
''Pero la paz es un don de Dios, un
don que pedir con confianza en la oración. Por eso es importante no
sólo ser testigos de la paz y el amor, sino también testigos de la
oración La oración es hablar con Dios, nuestro Padre que está en
los cielos, y confiarle nuestros deseos, nuestras alegrías y
tristezas. La oración es pedirle perdón cada vez que nos
equivocamos y cometemos algún pecado, convencidos de que Él
siempre perdona. Su bondad para con nosotros nos insta a ser, también
nosotros, misericordiosos con nuestros hermanos, perdonándolos de
corazón cuando nos ofenden o nos hacen daño. Y, por último la paz
tiene un rostro y un corazón: el rostro y el corazón de Jesús, el
Hijo de Dios, que murió en la cruz y resucitó para dar paz a todos
los hombres y a toda la humanidad. Jesús es "nuestra paz"
porque ha derribado el muro de odio que separa a los hombres entre
sí''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario